Un canto al agua en tiempos de pandemia

Un d¨ªa del confinamiento, Telmo Esnal (Zarautz, 53 a?os) escuch¨® una conversaci¨®n en el programa Hora 25 de la cadena SER. ¡°De repente, sent¨ª que ten¨ªa relaci¨®n con UR, un relato de Pablo Azkue que profundiza en la conciencia y en el mar. Pablo me hab¨ªa enviado su cuento cuando estren¨¦ el documental Dantza, y hab¨ªa rodado con ¨¦l una pieza¡±, cuenta sobre el inicio de su proyecto. ¡°Y empec¨¦ a investigar¡±. As¨ª naci¨® Urtzen, el documental que ha ganado el premio Lurra otorgado por Greenpeace.

Esnal, codirector de Aupa Etxebeste! y Agur Etxebeste! y responsable en solitario de Urte berri on y de Dantxa, vivi¨® la cuarentena en soledad en su piso de Zarautz, pero con Urtzen se abri¨® una ventana al mundo. El documental arranca con ¨¦l prepar¨¢ndose para el encierro y posteriormente desarrollando conversaciones sobre el agua con numerosos expertos. Hay apasionados debates filos¨®ficos, pol¨ªticos, biol¨®gicos, antropol¨®gicos, medioambientales e incluso ling¨¹¨ªsticos, para poner en contexto la importancia del mar y del agua en el euskera. Mientras Esnal se va grabando en sus quehaceres, con una habilidad audiovisual que engancha. ¡°Mira que pod¨ªa haber estado tranquilo, y acab¨¦ haciendo una pel¨ªcula¡±, r¨ªe con ganas. ¡°En realidad, yo ya estaba con un tratamiento para otra pel¨ªcula, y para ver pel¨ªculas y leer libros¡±. Al d¨ªa siguiente de escuchar en la radio el programa, repiti¨® en el podcast y empez¨® a grabarse a s¨ª mismo. ¡°He logrado contactar con mucha gente y a la vez he usado im¨¢genes de archivos grabadas por m¨ª o por otros, porque quer¨ªa ser coherente con el mensaje: reciclo, reutilizo, como deber¨ªamos hacer con el resto de las cosas en la Tierra¡±. El espectador sigue los pasos de Esnal, en c¨®mo una conversaci¨®n lleva a la otra de manera apasionante. ¡°Busqu¨¦ darle fluidez a la historia, que no se convirtiera en el director frente al ordenador. Aqu¨ª el montaje ha importado mucho¡±.

Esnal reconoce adem¨¢s que Urtzen es su b¨²squeda del mar cuando deje de verlo. ¡°De mi piso a la orilla no hay nada, pero en el estado de alarma me encerr¨® sin vistas. Alg¨²n d¨ªa daba una vuelta larga a la vuelta de la compra y pod¨ªa asomarse a lo lejos desde la carretera¡±, confiesa y prosigue: ¡°En realidad, te planteas si no tenemos que parar m¨¢s, estamos destrozando la Tierra. Olvidamos que tenemos el mismo porcentaje de agua en el cuerpo que el planeta, el 70%. Y que sale agua salada cuando lloramos, sudamos. Incluso el l¨ªquido amni¨®tico es agua salada. Nuestra agua corporal sigue un ciclo parecido al que vive en la Tierra, y ni lo recordamos. Caemos en la contradicci¨®n, yo el primero, y en esta sociedad actual es muy complicado ser coherente. La pandemia, por ejemplo, al final nos ha dejado m¨¢s irascibles, hemos dado un paso atr¨¢s en el cuidado medioambiental. De repente, hay mascarillas tiradas por la calle o en el mar¡±.

Urtzen tambi¨¦n indaga en c¨®mo Euskadi ha dado la espalda muchas veces al mar. ¡°Nos hemos centrado en el caser¨ªo, en la tierra, y se nos olvida lo que ha aportado el mar, desde donde han llegado cosas buenas¡±, cuenta el director, que por eso entr¨® en el debate ling¨¹¨ªstico de la ra¨ªz ur, agua en euskera: ¡°?Es muy rebatible? Puede, pero hablemos, pensemos, filosofemos... Seamos educados entre nosotros y con el planeta¡±.