Los derechos b¨¢sicos vistos a trav¨¦s de los cuadros del Prado
El Constitucional re¨²ne en un libro 25 obras comentadas por sus magistrados
El Tribunal Constitucional celebr¨® ayer sus 40 a?os con un acto ins¨®lito, por carente de precedentes, al presentar un libro que pretende ilustrar la presencia, o la negaci¨®n, de los derechos humanos en la historia del arte. La obra, Los derechos constitucionales. Un paseo por el Prado, se ha realizado con la colaboraci¨®n del Museo del Prado y consiste en una selecci¨®n de cuadros, en su mayor¨ªa muy conocidos, reinterpretados por los magistrados del Constitucional en funci¨®n de los derechos que cabe ver reflejados, o vulnerados, en cada pieza.
De forma indirecta, pero rotunda, el acto se convirti¨® en una cerrada defensa de la Constituci¨®n y los derechos que proclama, cuya tutela y garant¨ªa es responsabilidad del propio Constitucional. El presidente del patronato del Prado, Javier Solana, evoc¨® con un punto de emoci¨®n la legislatura constituyente, para defender su labor y la vigencia de la Carta Magna, precisamente en momentos de incertidumbre como los actuales. ¡°El Prado ¡ªdijo¡ª ha cumplido 200 a?os, pero es moderno, y la Constituci¨®n ha cumplido 40. Me complace que el tribunal y el museo defendamos juntos los valores fundamentales de la Constituci¨®n¡±.
El libro se abre con el lienzo de Antonio Gisbert Fusilamiento de Torrijos y sus compa?eros en las playas de M¨¢laga, de 1888, comentado por el magistrado Pedro Garc¨ªa Trevijano, que resalt¨® su fuerza de representaci¨®n de ¡°la dignidad de la persona¡±. Trevijano evoc¨® tambi¨¦n el contexto hist¨®rico, tras el regreso del ¡°malhadado Fernando VII¡± y la derogaci¨®n de la Constituci¨®n de 1812, y destac¨® el valor de la obra como ¡°una aleccionadora proclama en favor de la libertad, una ardiente defensa del hombre aplastado por la tiran¨ªa¡±, que hizo que Gisbert se sintiera ¡°como Delacroix ¡ªel artista franc¨¦s autor de La libertad guiando al pueblo¡ª, el abanderado de un tiempo mejor¡±.
Fernando Vald¨¦s, en su ¨²ltimo acto en el Tribunal Constitucional antes de presentar ayer su renuncia, procesado por malos tratos, parti¨® de una obra de Goya, El alba?il herido, para ilustrar el derecho a la seguridad social. Se trata de un cart¨®n destinado a servir de modelo a un tapiz, en el que dos hombres ¡°con el semblante serio, transportan en brazos a un colega que se ha ca¨ªdo de un andamio¡±. Una escena de las ¡°protagonizadas por el pueblo llano¡±, pintada dos a?os despu¨¦s de un edicto de Carlos III para exigir da?os y perjuicios a los maestros de obras ¡°por la ca¨ªda de los obreros¡± y que preve¨ªa ¡°ayudas a los heridos y sus familias¡±.
Encarna Roca, promotora del libro junto a Trevijano, se vali¨® de una obra de Tintoretto, Jos¨¦ y la mujer de Putifar, para glosar el derecho al honor. Es una pintura adquirida por Vel¨¢zquez en su segundo viaje a Italia y ¡°altamente imp¨²dica¡± para ilustrar dicho derecho, ya que se inspira en el relato del G¨¦nesis sobre las maquinaciones de la mujer de Putifar para acusar a Jos¨¦ de un intento de seducci¨®n que ¨¦l siempre quiso evitar. El cuadro le sirvi¨® a Roca para advertir de los riesgos actuales de las fake news, como en el episodio b¨ªblico, en tanto que instrumentos para la difamaci¨®n.
La fragua de Vulcano, de Vel¨¢zquez, sirvi¨® a Alfredo Montoya para ilustrar el derecho al trabajo. En la obra, el pintor que inmortaliz¨® a Felipe IV o al conde-duque de Olivares, ¡°retrata a gentes del com¨²n, entregadas a oficios humildes¡±. Todo ello ¡°con respeto y human¨ªsima comprensi¨®n¡±, siglos antes de que ¡°se empezara a reconocer la dignidad del trabajo y de los trabajadores¡±. Y as¨ª hasta 25 obras y comentarios de los magistrados del Constitucional en torno a lo que el presidente del tribunal, Juan Jos¨¦ Gonz¨¢lez Rivas, defini¨® como ¡°patrimonios prodigiosos¡± de Espa?a, en lo art¨ªstico y en lo jur¨ªdico.
Babelia
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