Artemisia Gentileschi, la maestra de las representaciones femeninas del Barroco
Figura reconocida en su ¨¦poca pero despu¨¦s olvidada durante siglos, recobra ahora protagonismo por su calidad art¨ªstica con el claroscuro y como icono del feminismo
Artemisia Gentileschi representa el ejemplo de la disc¨ªpula que supera al maestro, en este caso su padre, Orazio Gentileschi, uno de los grandes exponentes de la escuela romana de Caravaggio. Tanto es as¨ª que durante mucho tiempo se dud¨® entre ambos de la autor¨ªa de muchos de los cuadros, aunque Artemisia siempre se acerc¨® m¨¢s al maestro lombardo del claroscuro por la violencia y el dinamismo que reflejan sus obras.
En un mundo y en una ¨¦poca en las que solo han trascendido nombres y obras de pintores, Artemisia fue tratada con respeto, admiraci¨®n e igualdad que el resto de artistas. No se puede decir lo mismo en su vida personal, donde sufri¨® abusos sexuales por parte de un ayudante del taller de su padre y fue vejada y humillada en un juicio p¨²blico para probar su honra.
Hizo amistad con Galileo y se carte¨® con ¨¦l, Buonarroti, el sobrino de Miguel ?ngel, la admirada y le encarg¨® una obra, trabaj¨® bajo los auspicios de los Medici, conoci¨® a Anthony Van Dyck, tambi¨¦n junto a su padre bajo el patrocinio de Carlos I de Inglaterra y viaj¨® por las ciudades bandera de la pintura barroca de Europa en el siglo XVII para impregnarse de todos los matices, escuelas y tendencias.
Pero si en algo destac¨® Artemisia por encima del resto de pintores fue a la hora de representar a la mujer. Los desnudos que pint¨®, siempre de temas religiosos o hist¨®ricos, transmiten unas emociones y una fortaleza que nunca alcanzaron otros maestros del desnudo femenino como Rubens, Vel¨¢zquez, Rembrandt, Carracci, Reni, Guercino o Sacchi.
En sus pinturas de personajes femeninos como Lucrecia, Betsab¨¦, Judith, Cleopatra, santa Cecilia o Magdalena se han le¨ªdo rasgos feministas rescatados el pasado siglo despu¨¦s de un gran olvido. Diversos an¨¢lisis de su obra la sit¨²an como la pintora m¨¢s importante del Barroco, habiendo sido su vida inspiraci¨®n para novelas, ensayos e incluso para una pel¨ªcula.
Artemisia Gentileschi logr¨® en su vida altas cuotas de independencia personal y gran reconocimiento a su val¨ªa creativa, y tal vez por ello, y tambi¨¦n marcada por el trauma de la agresi¨®n sexual que sufri¨® en su juventud, ofrece siempre en sus cuadros alg¨²n rasgo de la mujer valerosa y excepcional que formaba parte del imaginario dominante pero con actitudes especiales de coraje y llenas de fuerza f¨ªsica y moral que se resisten a ser controladas.
Artemisia naci¨® en Roma tal d¨ªa como hoy, 8 de julio, hace 427 a?os, en 1593. Su familia estaba compuesta por cuatro hijos y ella era la ¨²nica mujer. Su padre, el pintor Orazio Genteleschi, fiel seguidor de Caravaggio, ense?¨® a sus hijos dibujo, c¨®mo empastar los colores y la forma de dar brillantez a los cuadros. Todo giraba en torno a Caravaggio, que de vez en cuando visitaba el taller, pero solo Artemisia asimil¨® los conceptos mientras que sus hermanos se quedaban en meros aprendices.
Artemisia Gentileschi se qued¨® hu¨¦rfana de madre cuando ten¨ªa 12 a?os pero continu¨® con sus progresos pict¨®ricos. En 1610 firm¨® su primera obra, ¡®Susana y los viejos¡¯, que fue atribuida durante mucho tiempo a su padre. En el cuadro ya se observa asimilado el realismo de Caravaggio y el nuevo enfoque, en el que la protagonista reh¨²ye, avergonzada, la atenci¨®n de los viejos que la miran y en una postura que no era habitual, ya que hasta entonces los desnudos femeninos sol¨ªan pintarse en la acci¨®n del ba?o.
En mayo de 1611 Artemisia sufri¨® otra tragedia que marc¨® su vida: los abusos sexuales de uno de los colegas de su padre, Agostino Tassi, que ante la imposibilidad de que entrara en las escuelas de Bellas Artes, reservadas para hombres, lo nombr¨® su tutor. Era costumbre entre los artistas que los de mayores posibilidades se casaran con la hija del maestro, pero Tassi se neg¨® a hacerlo, a pesar de su promesa, as¨ª que Orazio inici¨® un juicio contra ¨¦l que dur¨® varios meses y que result¨® especialmente traum¨¢tico para Artemisia al tener que demostrar en p¨²blico su virginidad anterior. El honor de Artemisia qued¨® a salvo y se demostr¨® que Tassi estaba casado, que quer¨ªa asesinar a su esposa e incluso robar cuadros a Orazio. La corte exili¨® a Tassi de Roma, pero la orden nunca se cumpli¨®.
La pintura ¡®Judith decapitando a Holofernes¡¯ (1612-1613), que se exhibe en la Galleria degli Uffizi de Florencia impresiona por la violencia de la escena que representa, y ha sido interpretada en clave psicol¨®gica y psicoanal¨ªtica como un deseo de venganza respecto a la violencia que ella hab¨ªa sufrido.
Gentileschi se cas¨® un mes despu¨¦s con un ayudante secundario del taller, llamado Pietro Antonio di Vicenzo Stiattesi. Con ¨¦l se mud¨® a Florencia, aunque su uni¨®n no fue feliz, pero le dio la oportunidad de prosperar como artista. En Florencia Gentileschi disfrut¨® del patrocinio de Cosimo de Medici y se hizo amigo de muchos artistas, escritores y pensadores de su tiempo, incluido el famoso astr¨®nomo Galileo Galilei y el sobrino de Miguel ?ngel, Buonarroti. Fue la primera mujer en ingresar en la Academia del Dibujo de Florencia.
En esa ciudad Artemisia se enamor¨®, quiz¨¢ por primera vez, de un joven patricio de 20 a?os. Su aventura era conocida por su marido seg¨²n las cartas encontradas recientemente y se marcharon a Roma en 1621, donde la pintora comenz¨® una vida libre e independiente que incluy¨® viajes con una estancia en G¨¦nova, donde viv¨ªa entonces su padre. En 1630 se traslad¨® a N¨¢poles, donde residi¨® con sus dos hijas vivas, de los cinco que hab¨ªa tenido. All¨ª fund¨® un taller que compet¨ªa con los mejores artistas de la ciudad, como Ribera o Stanzione, y con encargos de patronos de importancia como el virrey de Espa?a, que ya ten¨ªa tres obras suyas y encarg¨® para Felipe IV el ¡®Nacimiento de san Juan Bautista¡¯.
En N¨¢poles Artemisia trabaj¨® por primera vez en cuadros para una catedral, dedicados a San Jenaro en Pozzuoli. En 1638 Artemisia se reuni¨® con su padre en Londres, en la corte de Carlos I de Inglaterra, donde Orazio se convirti¨® en pintor cortesano y recibi¨® el importante encargo de decorar un techo en la Casa delle Delizie de la reina Enriqueta Mar¨ªa de Francia en Greenwich con la alegor¨ªa del ¡®Triunfo de la Paz y de las Artes¡¯.
El padre de Artemisia muri¨® repentinamente en 1639 y ella tuvo que cumplir sus encargos, aunque no hay muchas obras que puedan asignarse con certeza a este periodo. Poco despu¨¦s, en 1642, Artemisia abandon¨® Inglaterra cuando se produjeron las primeras escaramuzas de la guerra civil.
La reconocida artista regres¨® definitivamente a N¨¢poles, donde pas¨® el resto de su vida. All¨ª tuvo como mecenas a Antonio Ruffo, de Sicilia, y en la correspondencia que mantuvieron siempre se mostr¨® activa y con proyectos.
Hasta hace poco se pensaba que Artemisia hab¨ªa muerto en 1653, aunque evidencias recientes vienen a confirmar su muerte en la devastadora epidemia de peste que asol¨® N¨¢poles en 1656 y que se llev¨® por delante a la mitad de la poblaci¨®n y con ella a toda una generaci¨®n de artistas.
Su tumba se encontraba en la iglesia de San Giovanni Battista dei Fiorentini de N¨¢poles, que fue demolida tras la Segunda Guerra Mundial. En su l¨¢pida estaba escrito un sencillo ¡°HEIC ARTEMISIA¡± (Aqu¨ª Artemisia).
Despu¨¦s de su muerte fue pr¨¢cticamente olvidada hasta el siglo XX, cuando un ensayo de 1916 del cr¨ªtico de arte italiano Roberto Longhi titulado ¡®Gentileschi padre e figlia¡¯ (Gentileschi padre e hija) tuvo el m¨¦rito de llamar la atenci¨®n de la cr¨ªtica sobre la estatura art¨ªstica de Artemisia Gentileschi en el ¨¢mbito de los caravaggistas en la primera mitad del siglo XVII.
A partir de ese momento surgi¨® tambi¨¦n el inter¨¦s feminista en Artemisia Gentileschi. La historiadora de arte Linda Nochlin public¨® un art¨ªculo titulado ¡®?Por qu¨¦ no han existido grandes artistas mujeres?¡¯ Nochlin asegura que los estudios sobre Artemisia y otras artistas femeninas ¡°val¨ªan la pena¡± para ¡°aumentar nuestro conocimiento sobre los logros de las mujeres y de la historia del arte en general¡±, y su art¨ªculo llev¨® a los acad¨¦micos a hacer un mayor esfuerzo por ¡°integrar a las mujeres artistas en la historia del arte y la cultura¡±.
Artemisia tiene alrededor de un centenar de obras en las principales pinacotecas del mundo. Si bien es cierto que hubo mujeres pintoras coet¨¢neas, como Sofonisba Anguissola, Lavinia Fontana, Fede Galizia o Barbara Longhi, ella destac¨® por encima de todas por su manejo de los pinceles, de la luz y de la veracidad de las mujeres que pint¨®, m¨¢s all¨¢ del realismo, imprimiendo retazos en su car¨¢cter desconocidos hasta entonces en la pintura.
Babelia
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