Mark Haddon:¡åLos mitos sobreviven porque son ambiguos"
El autor de ¡®El curioso incidente del perro a medianoche¡¯ invoca a la vez a Shakespeare y a la mitolog¨ªa cl¨¢sica en su ¨²ltima novela, ¡®El delf¨ªn¡¯
De peque?o, Mark Haddon (Northampton, 58 a?os), al que el mundo recordar¨¢ siempre por El curioso incidente del perro a medianoche (Salamandra), quer¨ªa ser cient¨ªfico. En concreto, quer¨ªa ser paleoantrop¨®logo. Quer¨ªa estudiar los restos hom¨ªnidos del Valle del Rift, en Etiop¨ªa, recuerda. Est¨¢ sentado en un sof¨¢ repleto de cojines cuando atiende la videollamada. Detr¨¢s hay una estanter¨ªa atestada de libros y c¨®mics ¡ªentre ellos, Lo que m¨¢s me gusta son los monstruos, de Emil Ferris¡ª, al cuello lleva anudada una bufanda. El lugar desde el que habla es su casa en la, dice, ¡°tranquila Oxford¡±. Ha vuelto a correr. Ya est¨¢ lo suficientemente recuperado del doble bypass al que se someti¨® a principios del a?o pasado como para poder hacerlo. ?Por qu¨¦ no acab¨® estudiando paleoantropolog¨ªa? ¡°Oh, no era lo suficientemente bueno en matem¨¢ticas, y me di cuenta de que la literatura pod¨ªa haber algo m¨¢s emocionante que en la ciencia¡±, responde.
La forma en que lo descubri¨® no es en absoluto can¨®nica. En clase, recuerda, ¡°nos mostraron un par de libros de poes¨ªa con fotograf¨ªas atroces sobre las cosas horribles que los seres humanos hacen a otros seres humanos, y la mezcla de aquellas palabras hermosas frente a la brutalidad de las im¨¢genes hizo que estallaran fuegos artificiales en mi cabeza, ?qu¨¦ demonios era aquello?¡±. Desde la publicaci¨®n en 2003 de la novela protagonizada por Christopher Boone, el chaval con s¨ªndrome de Asperger que investiga el caso de un perro asesinado ¡ªy de paso, alumbra el lado oscuro de su disfuncional familia¡ª, Haddon ha intentado, sin ¨¦xito, superar aquella cima, siguiendo, en la distancia, los pasos de los Boone. Es decir, hasta El delf¨ªn (Salamandra), todo lo que hab¨ªa escrito ¡ªpara adultos, pues tambi¨¦n es autor de libros para ni?os¡ª era, en cierto sentido, un drama familiar. En El delf¨ªn, en cambio, apuesta por una vuelta a lo hom¨¦rico.
¡°Supongo que todo empez¨® cuando me di cuenta de que mis amigos hablaban m¨¢s de un idioma, y yo no. Me propuse estudiar al menos un par, y pens¨¦ que por qu¨¦ no pod¨ªa estudiar griego y lat¨ªn¡±, dice, orgulloso de su excentricidad. Que acabase interes¨¢ndose por los mitos antiguos era, asegura, ¡°inevitable¡±. En El delf¨ªn reelabora la historia de Apolonio de Tiro ¡ªlas aventuras del pr¨ªncipe Pericles en su huida despu¨¦s de descubrir que el rey Ant¨ªoco abusa de su hija¡ª, pero no la original, sino el Pericles, pr¨ªncipe de Tiro, que escribieron a medias William Shakespeare y George Wilkins, ¡°una obra menor de Shakespeare, de la que apenas se habla¡± y que hasta cierto punto le disgustaba "por la manera en que se roba la voz a la protagonista¡±. ¡°Para m¨ª nunca hab¨ªa tenido sentido que la acci¨®n se centrase en el hombre que huye y las aventuras que vive, la tragedia la estaba viviendo ella, ?y no ten¨ªa m¨¢s sentido que todo aquello fuese algo que ella imaginaba para justificar su abandono?¡±, se pregunta.
Eso fue lo que hizo. Le dio voz a quien nunca la tuvo, la chica que sufre el abuso y fue ella, fue ¡°su mente adolescente¡± la que invent¨® ¡°las gestas absurdas de Pericles¡± como quien crea una especie de ¡°b¨¢lsamo, un ung¨¹ento¡± para calmar el dolor. Y a trav¨¦s de ella cont¨® una historia que es a la vez todas las historias. La historia de c¨®mo Shakespeare y Wilkins escribieron Pericles, pr¨ªncipe de Tiro, la historia m¨ªtica original, y una historia del presente en la que el rey es un millonario sin escr¨²pulos, y Angelica una hu¨¦rfana en manos de un monstruo. Un viaje en el tiempo y en el espacio que mezcla personajes y ¨¦pocas ¡°para contar de la mejor forma posible la historia¡±. Si su prosa parece m¨¢s colorista que de costumbre es porque ha intentado llevar el lenguaje a extremos a los que no hab¨ªa llegado antes. Y siempre con Virginia Woolf, su escritora favorita, ¡°la que mantuvo la puerta abierta en mi caso, y a la que vuelvo una y otra vez¡±, en mente.
La supervivencia de los mitos
?Nos aboca este mundo sin futuro claro a volver al pasado, a explicarnos a trav¨¦s de los mitos? ¡°Los mitos sobreviven porque son lo bastante ambiguos como para que cada generaci¨®n pueda llev¨¢rselos a su terreno. Tienen tantas caras que siempre vas a encontrar una que hable de ti¡±, contesta. Por otro lado, prefiere no hacer ning¨²n tipo de predicci¨®n sobre lo que puede o no ponerse de moda, literariamente hablando, porque, dice, ¡°las fuerzas que act¨²an sobre el novelista tienen poco que ver con lo que pasa en el mundo, en realidad¡±. ¡°Cuando lees un libro como el m¨ªo, est¨¢s leyendo algo que empez¨® hace cinco a?os en la mente del escritor. Escribir novelas obedece a una frecuencia amplia, y es un deber del escritor ignorar lo que ocurre hoy. A finales del a?o pasado se escribieron un mont¨®n de novelas sobre el Brexit, ?y a qui¨¦n interesa el Brexit hoy? La literatura no es ni deber¨ªa ser eso¡±, sentencia. ¡°A veces parece que cuando algo funciona, se tiran todos a la yugular, como si alguien hubiese abierto una puerta para que entraran, ?no?¡±, se pregunta.
?l mismo la abri¨® en 2003. Hoy en d¨ªa, intenta rechazar todo lo que tiene que ver con aquel libro, que fue una bendici¨®n en su momento pero que, con el tiempo, se ha convertido en una especie de maldici¨®n. Ser el autor de El curioso incidente del perro a medianoche se convirti¨®, durante un tiempo, un trabajo a jornada completa. Hoy hace voluntariado y, sobre todo, pinta. Casi nunca escribe. ¡°Ojal¨¢ pudiera ser como Hilary Mantel, y escribir 2.000 palabras al d¨ªa. Lo que m¨¢s hago es salir a correr y aburrirme. Pero aburrirse forma parte del oficio del escritor. Es muy f¨¢cil tener ideas, lo dif¨ªcil es clasificarlas, y darles vida. Y eso lo hace cuando no haces nada. Cuando te aburres¡±, confiesa, a¨²n con la bufanda puesta, y el c¨®mic de Emil Ferris de fondo.
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