El viaje de Christopher Boone
'El curioso incidente del perro a medianoche' arrasa en el West End de Londres La versi¨®n teatral de la novela de Mark Haddon se llev¨® siete premios Olivier
La anterior temporada, el dramaturgo Simon Stephens acept¨® el reto de llevar a escena El curioso incidente del perro a medianoche, la popular¨ªsima novela de Mark Haddon, y consigui¨® uno de los mayores ¨¦xitos del National Theatre (Londres). Como estaba cantado, pas¨® al West End en primavera y poco m¨¢s tarde igualaba el reciente r¨¦cord de Mathilda llev¨¢ndose siete Oliviers. He visto la funci¨®n este verano en el Apollo de Shaftesbury Avenue, donde permanecer¨¢hasta bien entrado 2014. Quienes la vieron en el Cottesloe me dicen que all¨ª era, naturalmente, una producci¨®n m¨¢s ¨ªntima, con el p¨²blico alrededor. El Apollo es un teatro a la italiana de mayor boca y fondo: lo que puede perder en intimismo se gana en espectacularidad.
El curioso incidente es un formidable trabajo de equipo, liderado por Marianne Elliott, la directora (junto con Tom Morris) de War Horse, otro de los grandes triunfos del NT. El reto de Stephens era insuflar constante teatralidad al mon¨®logo del adolescente protagonista, y el de Elliott (y compa?¨ªa), traducirlo en un torrente de acciones e im¨¢genes. Luke Treadway (28 a?os, Olivier al mejor actor) encarna a Christopher Boone, un quincea?ero al que no hay que encasillar con las etiquetas de autista o v¨ªctima del s¨ªndrome de Asperger: Haddon no utiliza ninguno de esos t¨¦rminos. Chris es un chaval muy inteligente, un gran talento matem¨¢tico, pero se lleva mal con el mundo y con los otros. No soporta el contacto f¨ªsico. El m¨ªnimo cambio le altera. Se siente amenazado por sonidos y colores. No entiende la mentira. Ni las frases hechas o las met¨¢foras: si alguien le dice ¡°tengo un d¨ªa de perros¡±, le pregunta por los perros. Vive con su padre (Sean Gleeson) y solo le tranquiliza el universo num¨¦rico y la compa?¨ªa de Toby, su rat¨®n mascota. A simple vista, Chris parece oscilar entre la m¨¢s irritante arrogancia y el m¨¢s absoluto desvalimiento: Luke Treadway nos hace ver, como en el libro, su dolor secreto, su p¨¢nico, su humor, su coraje.
El gran logro de la funci¨®n es la manera en que consiguen hacer entrar en el cerebro del quincea?ero
El curioso incidente es un relato inici¨¢tico. La historia comienza cuando Wellington, el perro de la vecina de los Boone, aparece una ma?ana atravesado por una horca de jard¨ªn, y Chris inicia una delirante investigaci¨®n que le llevar¨¢ a averiguar algo muy distinto de lo que buscaba. Stephens ha ideado un punto de partida un tanto artificioso, pero que sirve para poner en marcha la m¨¢quina: Siobhan (Niamh Cusack), la profesora de Chris, imagina una posible funci¨®n escolar a partir del diario del muchacho. Es, ya digo, un puro detonante, porque lo que tanto a Stephens como a Elliott les interesa es mostrar el mundo exterior ¡°traducido¡± por Chris y la turbamulta de sensaciones que bulle en su cabeza, y el gran logro de la funci¨®n es la manera en que consiguen hacerte entrar en su cerebro. Bunny Christie firma la escenograf¨ªa, una gran caja recubierta de ese papel negro utilizado para dibujar gr¨¢ficos y sobre el que se proyectan las animaciones digitalizadas de Finn Ross. La veterana Paule Constable (Tony por War Horse) vuelve a hacer maravillas con la luz, y no le va a la zaga Ian Dickinson atrapando y amplificando todos los sonidos que atormentan al protagonista. Cada vez que Chris pierde el control, un torbellino de cifras invade el fondo, y cuando el ataque de nervios es incontrolable, recurren (en una imagen algo m¨¢s trillada) a un estallido de leds rojos. En los momentos de calma, Chris y su mascota parecen emprender un viaje astral y flotar entre constelaciones. Tambi¨¦n se proyectan sus constantes dibujos: rostros que indican emociones, las casas del barrio (a lo Dogville), sus veloc¨ªsimas operaciones matem¨¢ticas. La compa?¨ªa (once actores superlativos) se desdobla en treinta y tantos personajes. E incluso recrean objetos, estilo Complicit¨¦. El movimiento hace pensar en una danza imparable coreografiada por Scott Graham y Steven Hoggett, en un trabajo que corta el hipo.
La velocidad no emborrona la nitidez de los trazos psicol¨®gicos: es estupendo el retrato de los padres, que adoran a su hijo, pero han de enfrentarse a la reiterada dificultad de protegerlo y convivir con ¨¦l. Mi momento favorito de la primera parte es la escena en la que Chris encuentra las cartas de su madre ausente. Marianne Elliott la narra como una enso?aci¨®n: la madre (Holly Aird) lee las cartas en voz alta mientras Chris, cada vez m¨¢s enloquecido, monta un tren el¨¦ctrico con v¨ªas, puentes, casas, ¨¢rboles, al ritmo de la m¨²sica en crescendo, hasta que cae desmayado por la agitaci¨®n. Perfecto remate: el padre desviste al hijo, en repentino y absoluto silencio, y le lleva a la cama. Escenario vac¨ªo. Las casas se iluminan, el tren se pone en marcha. Comienza el viaje.
La parte central de la segunda parte parece una versi¨®n moderna de De los Apeninos a los Andes, de D¡¯Amicis, montada por Robert Lepage. Chris, que apenas ha salido nunca de su barrio en Swindon, tiene los reda?os de trasladarse a Londres rumbo a Willesden para recuperar a su madre. Esa largu¨ªsima secuencia es un portento de direcci¨®n, porque el protagonista ha de enfrentarse a un mundo en el que todo es amenaza. Riadas de gente, r¨®tulos indescifrables, luces y sonidos que estallan como disparos: una verdadera sobredosis de realidad. Hay fragmentos deslumbrantes, como la escalera mec¨¢nica proyectada, o la escena, llena de suspense, en que baja a las v¨ªas electrificadas para rescatar a su mascota. Y queda mucho por contar, mucho por ver, mucha sorpresa y mucha maravilla, incluida una inesperada propina, cuando el p¨²blico ya est¨¢ enfilando el pasillo de salida.
PD. Tambi¨¦n he visto, en el Romea barcelon¨¦s, Un aire de familia, la comedia ¨¢cida de Jaoui-Bacri que har¨¢ unos diez a?os dirigi¨® Manel Dueso en el Marquina (Como en las mejores familias), con Javier C¨¢mara, Blanca Portillo y Natalie Poza. Estupenda funci¨®n entonces y estupenda ahora, con otro reparto sensacional: Francesc Orella, Ramon Madaula, ?gata Roca, Maife Gil, Cristina Genebat y Jacob Torres. Dirige Pau Dur¨¤, que la interpret¨® en Madrid. Ya les contar¨¦. Ah¨ª se perfila un merecido ¨¦xito.
The curious incident of the dog in the night-time. Apollo Theatre. Londres. Hasta el 25 de octubre de 2014.
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