?Qui¨¦n escribi¨® ¡®Ciudadano Kane¡¯?
El estreno de ¡®Mank¡¯, de David Fincher, resucita un debate zanjado entre estudiosos sobre la autor¨ªa del guion de la m¨ªtica primera pel¨ªcula de Orson Welles
¡°?Qu¨¦ habr¨ªa dicho si hubiera ido a la ceremonia a recoger el Oscar? Pues que me alegra recibir este premio tal y como fue escrito el guion. Es decir, en ausencia de Orson Welles¡±. As¨ª acaba Mank, la nueva pel¨ªcula de David Fincher, que se estrena hoy viernes en un pu?ado de salas antes de su lanzamiento el 4 de diciembre en la plataforma Netflix. El protagonista del filme y el hombre que realiz¨® ese (impostado) discurso de agradecimiento son la misma persona: Herman J. Mankiewicz, coguionista de Ciudadano Kane junto a Orson Welles, que se vio favorecido en los premios de la Academia de Hollywood de 1942 por el desd¨¦n que mostr¨® la industria al genio reci¨¦n llegado de la costa Este. De sus nueve candidaturas al Oscar, Ciudadano Kane solo consigui¨® una estatuilla, la del guion original (Mank era muy apreciado), y ninguno de los dos escritores acreditados del filme (hubo m¨¢s) estaban presentes durante esa velada de galardones en el hotel Baltimore. El estreno de Mank ha resucitado un debate curiosamente ya zanjado desde hace a?os entre historiadores de cine: ?qui¨¦n escribi¨® Ciudadano Kane? ?Qui¨¦n es el padre de Rosebud?
A la segunda pregunta hay una respuesta r¨¢pida: Mankiewicz invent¨® la ¨²ltima palabra pronunciada antes de morir por Charles Foster Kane, como recurso dram¨¢tico que encadena la investigaci¨®n que realiza un periodista a la caza de los secretos del fallecido magnate de la prensa. Welles quer¨ªa usar un verso de alg¨²n poema, pero nunca encontr¨® uno a la altura, y nunca dud¨® en cederle el honor a su compa?ero de escritura. La otra duda no queda resuelta en Mank, en la que Fincher retrata los dos meses que estuvo encerrado en un rancho en Victorville (California) ¡ªy en cama, con la pierna rota por culpa de un accidente de coche, dictando cada palabra a una secretaria¡ª Mankiewicz escribiendo las dos primeras versiones del guion. El libreto de Mank es obra del padre de David Fincher, Jack, que cuando se jubil¨® como responsable de la delegaci¨®n de la revista Life en San Francisco se dedic¨® a escribir guiones. Este en concreto estuvo a punto de dirigirlo su hijo en los noventa, con Kevin Spacey como protagonista (ahora lo interpreta Gary Oldman). Pero David quer¨ªa rodarlo en blanco y negro, la productora Polygram se asust¨® y Jack falleci¨® en 2003 sin verlo en la pantalla. Cuando el a?o pasado Fincher se declar¨® harto de invertir su vida en la serie Mindhunter, Netflix le dio carta blanca para que rodara lo que quisiera. Y Mank resucit¨®... aunque tambi¨¦n con un profundo proceso de reescritura: Fincher hijo vio que su padre estaba demasiado imbuido por la tesis err¨®nea de la c¨¦lebre cr¨ªtica de cine Pauline Kael.
¡°Mank me provoca sensaciones contrapuestas. Es muy inteligente y a la vez muy discutible¡±, cuenta Esteve Riambau, uno de los grandes expertos mundiales en Orson Welles, autor de cuatro libros sobre este creador y director de la Filmoteca de Catalunya. ¡°En realidad, esto viene de Kael y de su ensayo en The New Yorker, un art¨ªculo muy innoble que atac¨® a Welles justo en sus peores momentos¡±. En febrero de 1971 la cr¨ªtica public¨® Raising Kane, un largu¨ªsimo art¨ªculo en el que apostaba por Herman Mankiewicz como el principal, si no ¨²nico, autor del guion de Ciudadano Kane. ¡°Adem¨¢s acusaba a Welles de haberse opuesto a que Mank apareciera en los cr¨¦ditos¡±, recuerda el historiador. En pro del cineasta entr¨® su adalid Peter Bogdanovich, que refut¨® la teor¨ªa en la revista Esquire en el art¨ªculo The Kane Mutiny. ¡°Despu¨¦s de esto, se han publicado numerosas biograf¨ªas, incluida una de Mankiewicz, que atajaba cualquier duda, y varios estudios sobre la pel¨ªcula¡±, cuenta con conocimiento de causa Riambau: posee m¨¢s de 120 libros sobre Orson Welles.
Si en Mis almuerzos con Orson Welles (Anagrama), que re¨²ne las conversaciones entre el cineasta y Henry Jaglom, Welles regatea hablar de su peli, salvo para decir cosas como ¡°Kane es una comedia, porque las comedias tambi¨¦n pueden exagerar. Todo el asunto de Xanad¨² es un poco exagerado. Y Sartre, que no tiene sentido del humor, no la entendi¨®¡±, para explicar su fracaso en Francia; en Ciudadano Welles (Grijalbo) Bogdanovich s¨ª le pregunta por el proceso. Y Welles describe algo corroborado posteriormente por los bi¨®grafos de Mank ¡ªpor ejemplo, en The Encyclopedia of Orson Welles, en la entrada referida al coguionista¡ª: ¡°Perd¨ªamos tanto en disputas, que una vez que estuvimos de acuerdo sobre la l¨ªnea argumental y el personaje, Mank se march¨® e hizo su versi¨®n¡±. Buen momento para recordar, como se?ala Welles, que recluir al escritor era la mejor manera de salvarle de su autodestrucci¨®n, de una adicci¨®n al alcohol que sabote¨® toda la carrera del hermano mayor de Joseph L. Mankiewicz (Julio C¨¦sar, Eva a desnudo), de un brillante y reputado escritor, periodista miembro de la m¨ªtica mesa redonda del Algonquin, y que abandon¨® Nueva York atra¨ªdo por los cantos de sirena de Hollywood. Como se ve en Mank, ¨¦l a su vez fue reclutando a cualquiera que en la costa Este supiera construir frases con ingenio, como Ben Hecht. Con Welles ya hab¨ªa trabajado en varias producciones del Mercury Theatre, la compa?¨ªa independiente teatral del ni?o prodigio, y cuando con 24 a?os le llamaron de Hollywood, record¨® a Mank y le contrat¨® para que le ayudara con un guion mientras ¨¦l hac¨ªa otras dos pel¨ªculas previas.
Porque Ciudadano Kane no iba a ser la primera pel¨ªcula de Welles. Ni la segunda. Pero problemas presupuestarios hundieron su versi¨®n de El coraz¨®n de las tinieblas, de Conrad, y RKO, que le hab¨ªa contratado, le apret¨®. El aut¨¦ntico magnate William Randolph Hearst, amigo del padre de Welles, supuso la semilla del guion. Fue Welles quien se lo cont¨® a Mank, y no al rev¨¦s, como testimonia Charles Lederer, otro enorme guionista, maestro de la screwball comedy, y que asisti¨® a aquella conversaci¨®n. Lederer lo recuerda bien porque era sobrino de Marion Davies, la jovenc¨ªsima actriz esposa de Hearst, que en realidad nada ten¨ªa que ver con la rubia tonta de Ciudadano Kane. ¡°Marion era una mujer extraordinaria. Mi sensaci¨®n fue que ten¨ªa raz¨®n para sentirse disgustada por eso¡±, le confiesa Welles a Bogdanovich. Por cierto, Lederer le cont¨® a Bogdanovich c¨®mo se quejaba Mankiewicz de los cambios ya durante esos dos meses de encierro.
Quien realmente desmonta a Kael es Robert L. Carringer, autor del impresionante C¨®mo se hizo Ciudadano Kane (Ultramar). El estudioso analiza todas las diferentes versiones del guion, las dos primeras de Mank (titulado American), y cinco m¨¢s de Welles sin Mank. El cineasta aleja a Kane de ser una fotocopia de Hearst para darle un vuelo propio, y elimina y pule numerosas p¨¢ginas: aunque la estructura y los personajes principales permanecen, el tono y las secuencias var¨ªan bastante, y crea toda la fluidez visual. Eso s¨ª, ninguno bautiz¨® el filme: fue George Schaefer, jefe de RKO, quien pens¨® en Ciudadano Kane.
¡°Mankiewicz tiene muchos guiones en los que no fue acreditado, en este s¨ª¡±, subraya Riambau. ¡°Y no fue Welles quien no quiso que apareciera en los cr¨¦ditos. Mank es curiosa porque ataca al Welles guionista, le caricaturiza como persona y sin embargo muestra una adoraci¨®n casi patol¨®gica sobre el Welles director, calcando algunas secuencias de Ciudadano Kane¡±. Y se?ala que olvida c¨®mo se trabajaba en Hollywood, con m¨²ltiples reescrituras de guion antes de llegar al rodaje, y al Oscar; en Mank en cambio Fincher prefiere la elipsis.
Solo una vez m¨¢s cruzaron sus pasos Welles y Hearst, que obviamente odiaba el proyecto desde el primer d¨ªa en que supo de ¨¦l. ¡°Me encontr¨¦ a solas con ¨¦l en un ascensor en el hotel Fairmont, en la noche del estreno de Ciudadano Kane en San Francisco. ?l y mi padre fueron buenos amigos, as¨ª que me present¨¦ y le pregunt¨¦ si le gustar¨ªa asistir a la gala¡±, le cuenta Welles a Bogdanovich. ¡°No me respondi¨® y estaba a punto de bajarse en su piso cuando le insist¨ª: ¡®Charles Foster Kane hubiera aceptado¡¯. No hubo r¨¦plica, y Kane me la hubiera dado¡±.
Babelia
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