El ritual de leer a Mishima de joven
El autor, que se hizo el harakiri hace medio siglo tras alentar un golpe fascista, conecta con nuevos lectores gracias a rasgos modernos como la identidad sexual o la literatura del yo
La popularidad del talento de Yukio Mishima ha seguido la trayectoria de una monta?a rusa en el ¨²ltimo medio siglo. Muri¨® el jueves 25 de noviembre de 1970 con 45 a?os, d¨ªa en que se quit¨® la vida con el rito del harakiri, tras conducir a cuatro de sus secuaces a un cuartel, atar a una silla a un coronel y arengar desde un balc¨®n a las tropas para que iniciaran un golpe de Estado y devolvieran el honor al emperador de Jap¨®n. Un gesto histri¨®nico que desde entonces atrae a muchos lectores j¨®venes que acaban fascinados por el autor, que aliment¨® un ideario fascista que le lastr¨® en su carrera hacia el Nobel.
Si en Jap¨®n aquel suicidio ritual ensombreci¨® a Mishima (1925-1970), en Occidente nadie como ¨¦l despert¨® tanto inter¨¦s por la literatura y cultura japonesas. Muchos j¨®venes van a su obra atra¨ªdos por su ¡°filosof¨ªa de acci¨®n¡±, asegura Isidro-Juan Palacios, que acaba de publicar Yukio Mishima. Vida y muerte del ¨²ltimo samur¨¢i (La esfera de los libros). El propio bi¨®grafo entr¨® por esa puerta cuando ten¨ªa 20 a?os al ver en el telediario el harakiri de Mishima: ¡°Lo que me llev¨® a ¨¦l no fue su literatura sino su acci¨®n, como presumo que les pasa tambi¨¦n a los j¨®venes de hoy. Unos y otros hemos llegado a esta misma conclusi¨®n, fieles a las ense?anzas que el propio maestro Mishima hizo suyas: la ¨²nica literatura que merece la pena leer y tratar es aquella que te lleva a alimentar y fortalecer los cauces que te sostienen en la acci¨®n. Este es el principio¡±.
Para muchos el autor ¡°representa el icono de la muerte en la juventud, la pureza del joven, el desprecio al pol¨ªtico, su aspiraci¨®n al idealismo o la desconfianza hacia la experiencia¡±, explica Carlos Rubio, uno de sus traductores, responsable en la editorial Alianza de un conjunto obras vertidas del japon¨¦s en una colecci¨®n con dise?o de Manuel Estrada.
Tras ese ingreso al universo mishimiano, a?ade Rubio, los lectores se sienten atra¨ªdos e identificados con ¡°el romanticismo, la belleza de sus narraciones, el exquisito poder evocador en tono cl¨¢sico y el idealismo propios del ideario juvenil¡±.
M¨¢s que lirismo y belleza
La escritora mexicana Brenda Navarro admite que alguien puede considerar anacr¨®nico hablar de Yukio Mishima en un siglo ¡°donde las contradicciones son un defecto. Pero es justo esa claridad de ideas lo que hace que considere que su obra est¨¢ vigente y es necesario escudri?arla hasta el cansancio¡±. Con esas convicciones controvertidas y extremas que pose¨ªa, agrega la autora de Casas vac¨ªas (Sexto Piso), el escritor japon¨¦s es un ejemplo de lo que es la literatura: ¡°Detr¨¢s de cada hecho horroroso hay belleza. Y hay que mirar de frente a Mishima para entenderlo. ?C¨®mo desentra?ar la belleza en actos tan terribles como los que suceden detr¨¢s de las militarizaciones que tienen auge hoy en el mundo? Yukio Mishima deja indicios. Nadie dijo que iba a ser f¨¢cil confrontarse con verdades ajenas a las nuestras. Pero hay que hacerlo, la literatura est¨¢ para esto¡±.
La pen¨²ltima gran seducci¨®n del autor japon¨¦s en Espa?a es de comienzos del siglo XXI cuando se cumplieron 30 a?os de su muerte. Alianza vio que estaba un poco olvidado y lo promovi¨®, recuerda su editor Manuel Florent¨ªn. Tras haber le¨ªdo sus obras emblem¨¢ticas en los a?os sesenta y setenta traducidas del ingl¨¦s o franc¨¦s (algunas por Juan Mars¨¦) la editorial empez¨® a sacar obras in¨¦ditas en Espa?a, en concreto con El rumor del oleaje. A esta novela siguieron otras como El color prohibido, Vestidos de noche, La escuela de la carne y Una vida en venta. La reedici¨®n de esta ¨²ltima en Jap¨®n, hace pocos a?os, fue un fen¨®meno editorial entre los j¨®venes, recuerda Jordi Fibla, otro de sus traductores.
Mishima es m¨¢s que lirismo y belleza, aclara B¨¢rbara Blasco, premio Tusquets de Novela con Dicen los s¨ªntomas. La vigencia de sus temas y su lenguaje son aspectos que destaca la escritora valenciana y profesora del Taller de Escritura Fuentetaja: ¡°Parece tener un pie en nuestra ¨¦poca y otro en la suya. Conserva los valores de un mundo anterior: la creencia firme en la verdad, el honor, cierto idealismo y hasta podr¨ªamos incluir el suicidio (hoy casi nadie se suicida por un ideal). Trata temas como la orientaci¨®n sexual, sus mujeres son feministas, y ¨¦l mismo se machaca en el gimnasio, algo muy de nuestra ¨¦poca. El mundo que retrata es moderno y conecta con los j¨®venes¡±.
Una de esas modernidades radica en que Mishima es uno de los m¨¢ximos exponentes de la llamada literatura del yo con obras como Confesiones de una m¨¢scara (1949), se?ala Alejandro Morell¨®n, autor de Caballo sea la noche (Candaya) y ganador del IV Premio Hispanoamericano de Cuento Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez. En esa novela, explica Morell¨®n, ¡°la sensibilidad, la revelaci¨®n er¨®tica y la pulsi¨®n de muerte (el eros y el t¨¢natos) nos muestran, en su obra m¨¢s temprana, al Mishima m¨¢s tierno pero tambi¨¦n m¨¢s desgarrador¡±. El autor espa?ol comparte la fascinaci¨®n de Marguerite Yourcenar (Mishima o la visi¨®n del vac¨ªo) ¡°por esa manera casi incomparable de continuar las obsesiones hasta el ¨²ltimo aliento: en Confesiones de una m¨¢scara, el autor narra su despertar sexual a trav¨¦s de una estampa de San Sebasti¨¢n atravesado por flechas ¡ªun cuerpo musculoso, desnudo, enfrent¨¢ndose a la muerte¡ª, de forma muy parecida a como morir¨ªa a sus 45 a?os, por su propia mano¡±. Preludi¨® varias veces su final este autor nacionalista al extremo, homosexual y feminista.
Otra conexi¨®n con los j¨®venes es la belleza, recuerda David Carab¨¦n, compositor y vocalista de la banda barcelonesa Mishima. Carab¨¦n empez¨® a leerlo antes de los 20 a?os, sin saber de su harakiri. Cree que a un adolescente ¡°le afecta este acercamiento y vocaci¨®n intensa y de reivindicaci¨®n de poner en el centro la sensibilidad y el gusto est¨¦tico. Mishima est¨¢ en el centro de muchas disputas identitarias, sexuales, ideol¨®gicas y entre la tradici¨®n y la modernidad, pero ¨¦l lo resuelve con la celebraci¨®n de la belleza¡±.
Con Mishima, afirma Carab¨¦n, se aprende que la belleza no es algo fr¨ªvolo, sino que compromete: ¡°La belleza te puede subordinar y transformar. Esa fuerza que le otorga Mishima es lo que seduce a los adolescentes y j¨®venes a¨²n confusos con muchas posibilidades¡±.
Un suicidio samur¨¢i bien preparado
Los sucesos del 25 de noviembre de 1970, d¨ªa de la muerte de Yukio Mishima, fueron largamente preparados por el escritor. Mand¨® a su editor la ¨²ltima parte de la tetralog¨ªa 'El mar de la fertilidad'. Junto a cuatro miembros de un grupo paramilitar liderado por ¨¦l fue a visitar al comandante del cuartel general de Tokio del Comando Oriental de las Fuerzas de Autodefensa de Jap¨®n. Lo encerraron en el despacho y lo ataron a una silla.
Llevaban pancartas y la idea de pronunciar un encendido manifiesto. Mishima sali¨® al balc¨®n para arengar a la guarnici¨®n, de la que esperaba una airada respuesta, y un gesto: que se alzaran, dieran un golpe de Estado y eventualmente restituyeran el honor del emperador japon¨¦s.
Nada de todo eso sucedi¨®. Mishima ni siquiera consigui¨® hacerse o¨ªr, de modo que a los pocos minutos volvi¨® a la oficina donde aguardaba el comandante maniatado y llev¨® a cabo su 'seppuku', despedida ritual del samur¨¢i. La costumbre de la decapitaci¨®n al final del ritual le fue asignada a uno de sus secuaces, incapaz de hacerlo. Otro acab¨® el trabajo por ¨¦l. Tres miembros de la expedici¨®n sobrevivieron por expresa orden de Mishima. Y el mundo se estremeci¨® con el destino del escritor japon¨¦s m¨¢s conocido en Occidente.
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