Damon Albarn: ¡°Estoy avergonzado, deprimido y me siento abatido¡±
El m¨²sico, que ofrece con Gorillaz dos conciertos por Internet, se muestra enfurecido con su pa¨ªs, Reino Unido, y discrepa con Bruce Springsteen sobre la vuelta de la m¨²sica en vivo
Todo transcurr¨ªa bien, pero Damon Albarn se acaba de enfurru?ar. ¡°Eso es rid¨ªculo, es rid¨ªculo¡±, exclama, sin alterarse, pero contundente. Coge un cigarrillo, se lo lleva a la boca y lo suelta enseguida. Contin¨²a: ¡°No, no, no lo contemplo¡±. Habla sobre unas declaraciones de Bruce Springsteen a la revista Rolling Stone en las que el veterano roquero se aventura a poner fecha a la vuelta de los conciertos presenciales. ¡°Mi antena me dice que, en el mejor de los casos, ser¨¢ en 2022. Y considerar¨ªa una suerte para la industria de los conciertos si sucede entonces¡±, predijo Springsteen. Albarn desconoc¨ªa el planteamiento del creador de The River y se acaba de enterar por este periodista. Reflexiona el l¨ªder de Blur: ¡°No nos lo podemos permitir. Dos a?os parados, miles de j¨®venes perdi¨¦ndose la experiencia del directo¡ No puede ser. Este verano vamos a tener m¨²sica en directo y van a volver los festivales. Estoy seguro. Quiz¨¢ ¨¦l [Springsteen] no pueda hacerlo porque son 70.000 personas una sola noche, pero los festivales y los conciertos de 10.000, 20.000¡ van a volver en verano¡±.
Damon Albarn lleva una camiseta blanca, barba incipiente y se toca con la mano de vez en cuando el cabello para alborot¨¢rselo juvenilmente. Es un cincuent¨®n atractivo. Est¨¢ en Londres y responde a las preguntas de EL PA?S por una videollamada. Albarn es, junto a Jarvis Cocker (jefe de Pulp), el m¨²sico m¨¢s respetado de todos aquellos veintea?eros que conquistaron el rock a mediados de los noventa desde Reino Unido. ¡°Ah, s¨ª, el brit-pop. Lo pasamos muy bien¡±, dice sin muchas ganas de hablar sobre este tema.
A Albarn (Londres, 52 a?os) lo que le interesa es Gorillaz, un grupo que cre¨® hace dos d¨¦cadas sin muchos planes y que se ha convertido en su ocupaci¨®n prioritaria. La historia es conocida: una banda virtual de personajes animados donde ¨¦l pone la m¨²sica (siempre bien acompa?ado por colegas como Robert Smith, St. Vincent, Elton John o Beck, todos en el s¨¦ptimo y ¨²ltimo trabajo del grupo, Song Machine, Season One: Strange Timez) y la parte visual corre a cargo del historietista y dise?ador Jamie Hewlett (Horsham, 52 a?os). ¡°Gorillaz ha estado en activo m¨¢s tiempo que Blur. Y esto me lleva a una reflexi¨®n. Aqu¨ª no existen los egos que hay en una banda. Cada uno sabe la funci¨®n que tiene. Tanto Jamie como yo somos muy aut¨®nomos. Eso nos garantiza la longevidad¡±.
El s¨¢bado 12 y domingo 13 de diciembre Gorillaz se apunta a los conciertos en streaming de pago. El m¨²sico cuenta algunos detalles: ¡°Hemos trabajado duro para producir algo especial y vivir la experiencia en live streaming. Animaci¨®n, acciones en directo, fantas¨ªa, psicodelia, hologramas... Todo se mueve de forma muy fluida. Espero que impresione a la gente¡±. Sin embargo, no tiene claro que este tipo de espect¨¢culos sea el futuro: ¡°Es una forma de hacer algo, porque si no estar¨ªamos parados en casa. Pero no hay nada que pueda reemplazar a un espect¨¢culo en directo donde la gente interact¨²a¡±. Y aqu¨ª podr¨ªamos volver a retomar a Springsteen, pero mejor no¡
Hay algo que le irrita mucho m¨¢s a Albarn y tiene que ver con la deriva de su pa¨ªs. El domingo 13 de diciembre se han citado Bruselas y Londres para definir el acuerdo comercial de la era post-Brexit, que comienza el 1 de enero. ¡°Contin¨²a habiendo grandes diferencias¡±, ha apuntado estos d¨ªas el primer ministro brit¨¢nico, Boris Johnson. El l¨ªder de Gorillaz se muestra taxativo en este tema: ¡°Es la gran verg¨¹enza nacional. Estoy avergonzado, deprimido y me siento abatido. No veo ning¨²n aspecto positivo en el Brexit. Me gustar¨ªa pertenecer a Europa, no estar fuera de ella¡±.
Adem¨¢s de sus proyectos de m¨²sica pop, Albarn, una mente inquieta sin miedo a experimentar, ha impulsado proyectos como The Good, The Bad & The Queen o Africa Express, donde relaciona a m¨²sicos africanos con bandas fundamentalmente brit¨¢nicas. No es ajeno a la explosi¨®n actual de la m¨²sica latina: ¡°Hay un boom tremendo. Amo la m¨²sica que se est¨¢ haciendo en Suram¨¦rica. Me parece que tiene una gran riqueza. Rosal¨ªa tambi¨¦n me gusta. Tengo mucha m¨²sica latina en casa, desde los a?os setenta hasta ahora¡±.
El m¨²sico relata que el otro d¨ªa intent¨® comprender una letra de Bad Bunny con la ayuda de su hija, Missy (en honor a Missy Elliott), de 21 a?os, que estudi¨® en un colegio internacional de espa?ol. ¡°Ella habla muy bien y, aunque lo intent¨®, no pude comprender nada. La verdad es que no estoy muy dotado para el espa?ol¡±, informa, sonriendo. La madre de Missy es la pintora y fot¨®grafa Suzi Winstanley, con la que el cantante lleva m¨¢s de dos d¨¦cadas.
Un hombre familiar hoy aunque vivi¨® su etapa de estrella del rock con sus escarceos con las drogas duras. ¡°En el pasado utilic¨¦ las drogas para abrir mi mente y estar m¨¢s receptivo. Pero ahora no las necesito. No hay mucha diferencia entre crear m¨²sica con drogas o con caf¨¦. Se trata de tener la mente abierta¡±, explica. Su rutina cuando no est¨¢ de gira es la siguiente: se levanta a las seis de la ma?ana, se toma un t¨¦, monta un poco en bici, se va a ensayar y a componer hasta las seis, y luego cena y familia. Las estrellas del brit-pop han sentado la cabeza y destilan prudencia. Todos, salvo Liam Gallagher. Hace unas semanas alguien pregunt¨® en Twitter al cantante de Oasis qu¨¦ opinaba del nuevo disco de Gorillaz, y contest¨®: ¡°No escucho tonter¨ªas¡±.
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