Damon Albarn (Gorillaz): "El pasado es aterrador, el futuro es el transhumanismo"
Tras siete a?os de silencio, Damon Albarn y Jamie Hewlett reactivan el grupo virtual que marc¨® el pop de comienzos de siglo con su nuevo disco 'Humanz'
"?Ya s¨¦! Quieres que hablemos de Gibraltar". Al otro lado de la l¨ªnea, Damon Albarn tiene el d¨ªa juguet¨®n. El m¨²sico brit¨¢nico est¨¢ en su estudio de grabaci¨®n londinense, donde ha acabado de cocinar el nuevo disco de Gorillaz, la banda virtual que crease hace ya casi dos d¨¦cadas junto al dibujante Jamie Hewlett, y demuestra estar de un excelente humor. "Yo digo que se lo devolvamos a los espa?oles. Pido perd¨®n en nombre de mi pa¨ªs", proclama el hombre al que conocimos por primera vez como l¨ªder de Blur, antes de probar con su castellano: "El mundo es muy loco, ?s¨ª?". En realidad, Damon, la idea era romper el hielo de la conversaci¨®n con algo mucho menos peliagudo: la fama de maestro del ping pong que se ha ido granjeando mientras se enfrentaba a la mayor¨ªa de los artistas invitados en Humanz, el ¨¢lbum que rompe siete a?os de silencio de sus criaturas animadas. "Yo dir¨ªa que el mejor jugador al que me he enfrentado haciendo este disco estar¨ªa entre Benjamin Clementine y Pusha T. Quiz¨¢s¡ Pusha T", concede tras pensarlo durante unos segundos. Ya, pero acab¨® gan¨¢ndoles a todos, ?verdad? "Bueno, sabes bastante de m¨ª", responde antes de soltar una parsimoniosa carcajada.
"?En qu¨¦ nos hemos convertido cuando una historia de Dibujos animados se vuelve real?"
Esas partidas de tenis de mesa reflejan la parte m¨¢s l¨²dica de Humanz, un ¨¢lbum "de club", seg¨²n Albarn, pero que tiene su origen en una ¨¦poca de incertidumbre. "Es un disco de di¨¢logos, son conversaciones entre hombres y mujeres, pero situados en una noche muy extra?a, una noche en la que nadie est¨¢ muy seguro de lo que va a suceder al d¨ªa siguiente", relata. Una hip¨®tesis que, aunque fuese de manera accidental, se adelant¨® a los acontecimientos. "S¨ª, esa noche estaba situada en el futuro, pero ahora ya es pasado. Me imagin¨¦ algo as¨ª como la coronaci¨®n de Donald Trump, que en ese momento parec¨ªa el m¨¢s improbable de los candidatos, por no decir presidente", explica entre divertido y espeluznado. "Era una l¨ªnea de narraci¨®n muy poderosa con la que trabajar. Haber hecho este disco es extra?o porque, a lo largo de la grabaci¨®n, se convirti¨® en algo prof¨¦tico, en una imagen demasiado real".
M¨¢s extra?o que la ficci¨®n
Que Gorillaz se anticipase a los acontecimientos es algo que tampoco deber¨ªa extra?arnos. Desde sus comienzos, cuando un Albarn que ya mostraba s¨ªntomas de haberse cansado de Blur (y del pop en general) se ali¨® con su antiguo compa?ero de piso, el creador de la serie de c¨®mics Tank girl Jamie Hewlett, su proyecto ha establecido un di¨¢logo constante entre realidad y ficci¨®n. Un grupo de personajes animados basados en algunos de los estereotipos de la cultura popular ¡ªel bajista Murdoc estaba inspirado en un joven Keith Richards, sin ir m¨¢s lejos¡ª que les permite introducir temas trascendentes en la m¨²sica de consumo masivo. Un juguete colorista y en apariencia inofensivo que sirve para hablar de la destrucci¨®n del planeta, tanto a manos de los pol¨ªticos como por la manera en la que gestionamos nuestros recursos naturales. Dicho de otra forma, un caramelo envenenado.
Esta vez, sin embargo, parece que el juego ha ido demasiado lejos. "Hemos llegado a un momento en el que es como, guau, ?en qu¨¦ nos estamos convirtiendo cuando seguimos una historia de dibujos animados y ahora se convierte en algo real?", se pregunta Albarn sobre la idea que dio origen a Humanz. "Quiz¨¢s no estar¨ªamos teniendo una conversaci¨®n as¨ª si Hillary hubiese ganado", concede, "pero ahora el mundo se ha convertido en un lugar distinto. La semana pasada, alguien en EE UU me dijo que Humanz era ciencia ficci¨®n pol¨ªtica", a?ade satisfecho con esa definici¨®n. Pero ¨¦l no se atribuye dotes adivinatorias: simplemente vivimos en un mundo en el que la realidad parece haber adelantado a la ficci¨®n por la derecha hasta dejarla muy atr¨¢s. "Las profec¨ªas son solo eso, imaginaci¨®n", resume el m¨²sico. Y la imaginaci¨®n, incluso la m¨¢s oscura, se puede cumplir.
Por un momento, Damon se pone serio. "S¨ª, las noticias son deprimentes", asume en un d¨ªa en el que EE UU acaba de lanzar sus bombas sobre Siria. "Esto es algo que empez¨® hace mucho tiempo, con la invasi¨®n de Irak en 2003, y no parece que pol¨ªticamente nos estemos acercando a un final. Todo lo que ha venido despu¨¦s es una consecuencia directa de eso, como el Brexit, un intento absurdo de controlar la migraci¨®n. Donald Trump tambi¨¦n es un resultado de lo mismo. Nos manifestamos multitudinariamente a lo largo del mundo en 2003¡ y fuimos ignorados. ?Qu¨¦ hacemos ahora?", se pregunta. "Supongo que lo ¨²nico que nos queda es seguir intentando comunicarnos. Eso y decir la verdad".
Bailar hasta que todo acabe
"La m¨²sica es algo demasiado precioso como para hacer que sirva a otra gente para ganar dinero"
"Es muy f¨¢cil tener una visi¨®n pesimista del mundo ahora mismo, pero lo ¨²nico que est¨¢ pasando es que estamos en una etapa de transici¨®n", explica Albarn intentando quitar gravedad a la deriva de la conversaci¨®n. ?Y hacia d¨®nde vamos, Damon? "?Transhumanismo, ese es futuro!", dice con convicci¨®n, refiri¨¦ndose a esa corriente de pensamiento que persigue cambiar la condici¨®n humana a trav¨¦s de los avances tecnol¨®gicos. "No digo que yo lo firme, pero creo que es hacia donde vamos, es parte de nuestra evoluci¨®n", prosigue. "Hacemos pl¨¢stico, hemos conseguido fabricar piel como la nuestra... Nos volveremos mucho m¨¢s resistentes, pero quiz¨¢s menos humanos". Un futuro que, lejos de anticipar como desesperanzador, se toma con distancia y humor. "Quiz¨¢s entonces, cuando seamos menos humanos, la gente de otros planetas quiera venir a hablar con nosotros", dice antes de soltar otra de sus carcajadas.
Por todo eso, Albarn insiste en que Humanz no es, en absoluto, un disco pesimista. "?Para nada!", exclama. "En un principio quer¨ªa hacer un disco de baile, pero que tuviese una historia, algo que no suele suceder a menudo con la m¨²sica de club. Por eso ten¨ªa que ser un disco nocturno. Pero lo que sucedi¨® es que me imagin¨¦ una noche bastante aterradora. Gorillaz es, en un sentido, una banda muy g¨®tica. Me imagin¨¦ una fiesta g¨®tica, extra?a". "Una fiesta para el fin del mundo", seg¨²n la definici¨®n del rapero Pusha T, una de las v¨ªctimas de la mu?eca de Albarn, que comparte en el disco una agridulce (pero combativa) Let me out con la leyenda del soul Mavis Staples. "No exactamente para el fin del mundo", le corrige el brit¨¢nico, "Solamente una noche en la que cambia todo". En cualquier caso, si nos enfrent¨¢semos a la extinci¨®n inminente de todo lo conocido, ¨¦l tiene claro lo que har¨ªa: "Me ir¨ªa a beber algo. Luego ya ver¨ªamos a d¨®nde me llevan los acontecimientos, pero seguro que empezar¨ªa con una copa".
Como en cualquier celebraci¨®n, en la de Gorillaz hay muchos invitados, siguiendo una concepci¨®n colaborativa de la m¨²sica presente desde el comienzo de la banda. Por sus discos siempre han pasado desde veteranos hist¨®ricos como Lou Reed, Bobby Womack, Ike Turner o Mark E. Smith de The Fall hasta algunos de los m¨²sicos m¨¢s interesantes de cada momento, pero en Humanz la lista de cr¨¦ditos se dispara. Y con una caracter¨ªstica com¨²n: la predominancia de la m¨²sica negra, desde el soul y el R&B hasta el rap, el dancehall jamaicano o el house de Chicago. "Son las m¨²sicas m¨¢s innovadoras ahora mismo, absolutamente. Es el lugar m¨¢s interesante que explorar", defiende Albarn, que desde hace a?os ha ido expandiendo su ¨¢rea de acci¨®n del pop a casi cualquier otro estilo, con especial inter¨¦s en la m¨²sica tradicional africana. "Tienes que aprender de cualquier experiencia, y con este disco yo he aprendido mucho". Cuando se pone a repasar las colaboraciones, su voz sube un par de tonos. "Me encanta la canci¨®n con Kelela. Y Peven Everett me vol¨® la cabeza. Jamie Principle tambi¨¦n. ?Y Kali Uchis! Fant¨¢stica¡ As¨ª podr¨ªa seguir horas", exclama con j¨²bilo genuino. Tanto tiempo no tenemos, pero entre los nombres que se incluyen en el disco tambi¨¦n aparecen los raperos Vince Staples, Danny Brown, D.R.A.M. y De La Soul, el jamaicano Popcaan, Jehnny Beth (cantante del grupo post punk Savages) o la mism¨ªsima Grace Jones. "Me siento muy afortunado de poder haber trabajado con toda esta gente", resume.
"Me encanta la canci¨®n con Kelela. Y Peven Everett me vol¨® la cabeza. Jamie Principle tambi¨¦n. ?Y Kali Uchis! Fant¨¢stica¡ As¨ª podr¨ªa seguir horas"
Sin embargo, la colaboraci¨®n que ha despertado m¨¢s comentarios es la de un viejo conocido y archienemigo en los 90, Noel Gallagher. El exl¨ªder de Oasis, que en el momento de m¨¢ximo apogeo del brit pop asegur¨® odiar a Damon y su compa?ero en Blur Alex James ("espero que pillen el sida y se mueran", declar¨® al diario The Observer), aparece en We got the power, la canci¨®n que cierra el disco apelando a la esperanza y la unidad. "Simplemente me dijo: 'Ey, me gustar¨ªa mucho estar en un tema de Gorillaz'. Yo le contest¨¦ que intentar¨ªa encontrar uno en el que pudiese funcionar. Y, en este disco, We got the power era el ¨²nico tema en el que encajaba", explica Albarn con naturalidad. "Vino al estudio y fue muy cort¨¦s. Grab¨® la melod¨ªa que le di y fue genial. Tiene un tono maravilloso en su voz", cuenta normalizando una relaci¨®n que hace a?os que pas¨® del odio al respeto. "Para m¨ª no era un asunto del otro mundo. No hago distinciones entre ninguna de las personas que colaboran en Gorillaz, todos est¨¢n incluidos", concluye.
Lo que podr¨ªa parecer una mera cortes¨ªa entre colegas, en el caso de Albarn parece ir algo m¨¢s all¨¢. Precisamente con el nacimiento de Gorillaz su carrera dio un giro, desde la figura del poster boy del pop brit¨¢nico a una concepci¨®n m¨¢s relajada y aventurera de la creaci¨®n musical en la que ¨¦l no est¨¢ siempre en el centro de la acci¨®n. "Gorillaz es algo colaborativo", defiende. "Es como ser un director de cine, realmente. Me hace feliz estar rodeado de m¨²sicos, participar de la m¨²sica. Yo les dejo hacer lo que quieran, no me entrometo. Puede que luego edite un poco pero, una vez que todos ellos encuentran su mojo, tienen la posibilidad de llevarlo a donde quieran".
Libertad creativa
El Damon Albarn de la actualidad resume su postura ante su trabajo con un s¨ªmil dom¨¦stico: "Tengo una hija de 18 a?os y cada d¨ªa intento comunicarme con ella. Como m¨²sico es lo mismo: cada vez que trabajas con alguien nuevo tienes que aprender a comunicarte. Nunca te puedes dormir en los laureles". Con Missy, fruto de su relaci¨®n con la artista Suzi Winstanley, intenta conectar "a veces por Snapchat" y otras "yendo a Brighton y pasando un rato juntos en la playa". Tambi¨¦n a trav¨¦s de la m¨²sica: "Ahora mismo est¨¢ enganchada al hip-hop de los 90", explica, lo que parece l¨®gico si se tiene en cuenta que debe su nombre a una de las artistas favoritas de Albarn en los 90, la rapera Missy Elliott.
Ya sea con su hija, con m¨²sicos de medio mundo o con un periodista que no conoce de nada, el l¨ªder de Gorillaz demuestra haber llegado a un punto sereno de su carrera. Los tabloides ya no informan de sus relaciones amorosas ¡ªla suya con Justine Frischmann, de la banda El¨¢stica, fue el gran culebr¨®n pop de los 90¡ª, y ha dejado atr¨¢s episodios oscuros, como una adicci¨®n a la hero¨ªna que, no obstante, reconoci¨® que le hizo ser "incre¨ªblemente productivo". "Soy un tipo de 49 a?os, padre de una hija, que vive en un mundo confuso", resume ¨¦l. Pero tambi¨¦n alguien que disfruta con la posibilidad de poder hacer lo que le venga en gana cuando le venga en gana. "Me encanta la idea de poder hacer m¨²sica de manera espont¨¢nea y poder difundirla cuando sea", cuenta. "Es genial. Como m¨²sico, este es el momento m¨¢s emocionante jam¨¢s vivido. Hago m¨²sica todos los d¨ªas y ahora puedo publicarla cuando quiera".
"Es un disco de di¨¢logos, son conversaciones entre hombres y mujeres, pero situados en una noche muy extra?a, una noche en la que nadie est¨¢ muy seguro de lo que va a suceder al d¨ªa siguiente"
Justo antes de que sonase su tel¨¦fono, sin ir m¨¢s lejos, Damon estaba completando algunos de los "40 o 45 temas" que se han quedado fuera de Humanz. "Tengo montones y montones de material. Veremos si puedo terminarlo todo", dice con calma. "Depender¨¢ de por cu¨¢nto tiempo quiera seguir haciendo esto. No me gusta demasiado hacer planes. No s¨¦, quiz¨¢s dentro de seis meses diga que me quiero ir al oeste de ?frica a estudiar m¨²sica o algo as¨ª. O quiz¨¢s ya no est¨¦ aqu¨ª, ?sabes a lo que me refiero? Me gusta ir a donde me lleven las musas".
De momento, sigue disfrutando de una idea que le permiti¨® crear su propia respuesta al pop comercial. "Hab¨ªa mucha hipocres¨ªa cuando empezamos con Gorillaz, como todas esas boy bands. No escrib¨ªan su propia m¨²sica¡ Era todo prefabricado. La m¨²sica es algo demasiado precioso como para que se utilice para que otra gente gane dinero. As¨ª que nostros dijimos: 'Vamos a fabricar una banda, pero a fabricarla de verdad".
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Humanz, el nuevo disco de Gorillaz, se publica el 28 de abril.
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