Pasi¨®n com¨²n por los tipos de letra
Hay en Tenerife dos j¨®venes singulares que creen que Gutenberg es el rey y que mantienen viva la imprenta
En Actos de fe/Acciones concretas, una exposici¨®n abierta en el Museo Extreme?o e Iberoamericano de Badajoz en homenaje al escritor, editor y tip¨®grafo Juli¨¢n Rodr¨ªguez (fallecido en el verano de 2019), hay frecuentes alusiones a tipos mitol¨®gicos de la historia de la tipograf¨ªa. ?ptima, Bodoni, Palatino¡ Por ejemplo, del tipo de letra Palatino se dice en el programa de esa muestra de devoci¨®n por el pasado de la vida de las viejas letras, que naci¨® en 1948 y es ¡°una de las letras m¨¢s frecuentes en el salto entre el impreso y la lectura en pantalla¡±. Juli¨¢n, por cierto, la utiliz¨® para su colecci¨®n Editora de Bolsillo. ¡°Reelaborada en la segunda mitad del XX a partir de tipos cl¨¢sicos, Palatino permite la transici¨®n entre el papel y el p¨ªxel con mucha facilidad¡±.
Como si se agarraran como una lapa de tinta a su derecho a revivir, los viejos tipos resisten en algunos templos donde la tipograf¨ªa es el ¨²ltimo suspiro de los que alguna vez pensaron que Gutenberg era insuperable. Entre esos forzados est¨¢n en Tenerife dos individuos singulares que vienen de territorios marcados por la historia de la imprenta, Mathias Beck, alem¨¢n, y Lars Amundsen, noruego. No son monjes de clausura, son j¨®venes dise?adores, dan clases de su oficio, y ya tienen entre sus alumnos clientela como para imaginar que quiz¨¢ los tipos que tambi¨¦n amaba Juli¨¢n Rodr¨ªguez no son la primera impresi¨®n del cartel de Lo que el viento se llev¨®.
Llevados por su locura com¨²n, Mattias y Lars rastrearon en imprentas saqueadas por la obsolescencia e inventaron su propia imprenta. Se fijaron en un libro que les sirvi¨® de gu¨ªa (Tenerife con olor a tinta, de Rafael Zurita) para buscar entre los restos de los impresores arruinados. De lo que sacaron hay ahora, en los bajos del Museo Municipal de Santa Cruz, una antolog¨ªa rediviva de la tipograf¨ªa. Se llama Tipos en su tinta. La linotipia, que parec¨ªa que iba a ser una reliquia al frente de las empresas que la usaron (como este peri¨®dico), est¨¢ aqu¨ª a pleno rendimiento. Tipos en su tinta naci¨® para este oficio viejo en 2013. En su taller cuadriculado impera un orden que no envidia el de los dise?os de las nuevas tecnolog¨ªas, pero todo tiene el aire de haber sido tra¨ªdo del ba¨²l de los tiempos en los que comunicar era cuesti¨®n de tinta y de tipos.
Esta semana, en el auditorio del TEA (el museo insular que al principio se llam¨® ?scar Dom¨ªnguez, como el gran artista de la isla) y la Sala de Arte del Parque, se celebr¨® un homenaje a los tipos que m¨¢s fama literaria tuvieron en la Canarias republicana, y que m¨¢s resonaron en el mundo, aquellos con los que se imprimi¨® la revista gaceta de arte (as¨ª, en min¨²sculas). Ese homenaje fue concebido por los dos tip¨®grafos, que lo unieron al recuerdo centenario de una haza?a gemela a la de aquella gaceta, la bauhaus (igualmente en min¨²sculas), de la que los canarios Eduardo Westerdahl, Pedro Garc¨ªa Cabrera y Domingo P¨¦rez Minik (entre otros) se hicieron c¨®mplices en el atrevimiento de apostar por un nuevo lenguaje del arte.
El noruego y el alem¨¢n se paseaban por la exposici¨®n como tipos que miran la imprenta como un milagro de hierro y de madera y de tinta que no morir¨¢ nunca a manos del p¨ªxel. Juli¨¢n Rodr¨ªguez hubiera paseado con ellos. Actos de fe. Pasi¨®n compartida por los tipos de letra.
Babelia
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