Pietro Marcello: ¡°El socialismo es obligatorio en el cine, un arte colectivo¡±
El cineasta italiano estrena ¡®Martin Eden¡¯, adaptaci¨®n de la novela hom¨®nima de Jack London, y considerada por los cr¨ªticos una de las grandes pel¨ªculas de 2020
En casi todas las listas estadounidenses y europeas del mejor cine de 2020, aparece un nombre italiano, Pietro Marcello (Caserta, 44 a?os) y una pel¨ªcula, Martin Eden, que se estrena hoy en Espa?a. ¡°Bueno, como soy tambi¨¦n el productor, esas cosas no me vienen mal¡±, cuenta el mencionado por tel¨¦fono. Pero, en cambio, el s¨¢bado los premios del cine europeo no le hicieron caso ante el arrase de la danesa Otra ronda. ¡°Entender¨¢s que eso me preocup¨® poco. Era mi primera vez y ya est¨¢¡±, responde vehemente. Y suena como su cine: seco, directo y a la vez humano. Marcello ha encontrado en la novela hom¨®nima ¡ªy hasta autobiogr¨¢fica¡ª de Jack London un material a altura de su talento para mezclar realidad y ficci¨®n que ya confirm¨® en Bella y perdida (2015). ¡°Ahora lo que me preocupa es el futuro de las salas de cine. Se est¨¢n muriendo, y detr¨¢s de ellas el ¨²nico arte colectivo. Si el narcisismo ha acabado con el sentido de lo que en otras ¨¦pocas fue el arte, es decir, la propia cultura, ahora vivimos el desastre de ver c¨®mo las salas acabar¨¢n convertidas en bingos y supermercados¡±. Y sube la voz: ¡°El cine es colectivo, no vale verlo en plataformas. Cierto que la decadencia empez¨® antes de la pandemia, pero el confinamiento le ha dado la puntilla¡±.
Alejado de este devenir actual, su Martin Eden es, como en la novela, un marinero al que un capricho del azar le abre las puertas de un mundo superior econ¨®micamente. Pero si London habla del Oakland de inicios del siglo XX, Marcello traslada el personaje a N¨¢poles ¡ªdonde se crio el director¡ª y a unas d¨¦cadas m¨¢s tarde. ¡°Terreno abonado para alcanzar la emancipaci¨®n a trav¨¦s de la cultura¡±, subraya. En realidad, es un no-tiempo. ¡°Mi objetivo era cruzar todo el siglo XX con un personaje que refleja sus vaivenes. Y para ello he decidido cruzar el cine m¨¢s popular con el experimental¡±. De ah¨ª el material de archivo, que ata al espectador a unos rostros y a una dignidad de clase. ¡°Si hubiera sido espa?ol, la hubiera desarrollado en C¨¢diz. Soy italiano, luego los rostros son napolitanos¡±. Y aunque parezca extra?o a ojos de muchos, en el siglo XXI hay nuevos Martin Eden: ¡°Los cineastas vamos cada uno por nuestro lado. Ni hacemos pi?a ni somos solidarios. Estamos, como muchos europeos, l¨¢nguidos, fl¨¢cidos. Hoy el Martin Eden del inicio es uno de los chavales que se monta en una patera o cruza de Siria a Europa, con empuje y garra¡±.
El antih¨¦roe latino
Martin Eden ahora es un antih¨¦roe latino. ¡°Acaba por ser una v¨ªctima de su ¨¦xito: empieza a publicar y desde ese momento, su universo naufraga, como todo artista que pierde conexi¨®n con la vida cotidiana. Su traici¨®n a su clase originaria los convierte en v¨ªctimas de ese sistema¡±, reflexiona Marcello, que solo salva de esa hecatombe art¨ªstico-moral a Pasolini y a Rossellini. ¡°Porque Pasolini fue el ¨²ltimo en contar una cierta belleza de los italianos, un pueblo dulce. Me refiero al primer Pasolini, el poeta. Acab¨® siendo v¨ªctima de su individualismo. Para m¨ª, el socialismo no es una doctrina pol¨ªtica, es algo que est¨¢ en la base de nuestra humanidad, y es obligatorio en el cine¡±. En cuanto a Rossellini, le apasionar¨ªa ¡°crear como ¨¦l hac¨ªa, con su m¨¦todo¡±. ?Y otros retratistas italianos como Visconti o Bertolucci? ¡°A ver, les respeto, pero no les aprecio. Prefiero otro cine, como el de Ermanno Olmi. Artistas y obras que no fueron deglutidos por la cultura del espect¨¢culo¡±.
Por eso, subraya, en su cine siempre habr¨¢ espacio para la clase obrera y siempre pondr¨¢ en la picota al individualismo. Repasa por ello la labor de todo su equipo, y los referentes pol¨ªticos y filos¨®ficos que aparecen en su metraje. Repetir¨¢ con im¨¢genes de archivo. ¡°El cine es un arte impuro. Y me siento como un obrero creando una m¨¢quina de m¨²ltiples piezas¡±. Ahora bien, ?la m¨¢quina despertar¨¢ a las conciencias? ¡°Hace un a?o era m¨¢s optimista. Hoy creo que estamos doblemente adormecidos. Tengo que reconocer que eso ya estaba en la novela: London profetiz¨® lo que ocurrir¨ªa en el siglo XX¡±. Dicho lo cual, respira. Y apunta cierta luz: ¡°Durante el confinamiento he estado trabajando entre Par¨ªs y Roma, preparando una pel¨ªcula colectiva, un reportaje sobre la juventud con Alice Rohrwacher y Francesco Munzi. Veremos¡±.
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