El actor secundario es la estrella
Brad Pitt, Anthony Hopkins, Al Pacino, Joe Pesci y Tom Hanks se disputan el Globo de Oro al mejor int¨¦rprete de reparto
El ganador se lleva un premio. Pero, tambi¨¦n, un deber. Quiere la cortes¨ªa de galas como los Oscar o los Goya que, desde el escenario, el galardonado se acuerde de sus rivales derrotados. Puede que sea un gesto aut¨¦ntico, una lecci¨®n de humanidad. Aunque a veces tan solo parece otro papel m¨¢s. Se trata, al fin y al cabo, de actores. Pero, en la entrega de los Globos de Oro de este domingo, se presupone que habr¨¢ respeto verdadero: resultar¨ªa inconcebible que el ganador del premio al mejor int¨¦rprete masculino de reparto no admire a sus compa?eros. Representan, b¨¢sicamente, la historia del cine. Se retan Brad Pitt, Anthony Hopkins, Al Pacino, Joe Pesci y Tom Hanks. Rara vez el actor secundario ha estado tan cerca de ser la estrella.
Las quinielas sostienen que, al final, brillar¨¢ la m¨¢s joven. Aunque es casi un decir: la edad media del grupo alcanza los 71,2 a?os. Pero Brad Pitt tiene 56 y los favores de los pron¨®sticos. Cliff Booth, el extra de riesgo que interpreta en ?rase una vez en¡ Hollywood, ha enamorado a cr¨ªtica y p¨²blico. Su manera despreocupada de abrazar la vida no teme ning¨²n adversario: ni los m¨¦todos poco ortodoxos del mafioso Joe Pesci o el sindicalista Al Pacino en El irland¨¦s; ni la santidad del pont¨ªfice que Anthony Hopkins encarna en Los dos papas; ni mucho menos a Fred Rogers, el educador que Tom Hanks recupera en Un amigo extraordinario.
Pero, m¨¢s all¨¢ de c¨®mo acabe, la competici¨®n supone un homenaje a cinco caminos extraordinarios. Y muy distintos. El irland¨¦s devuelve al esquivo Pesci a los focos que siempre rehuy¨®. Hizo falta una larga presi¨®n de sus amigos Scorsese y De Niro para que regresara a los plat¨®s que pr¨¢cticamente abandon¨® desde 1999. No por nada ocho a?os antes, cuando gan¨® su ¨²nico Oscar, por Uno de los nuestros, ofreci¨® el segundo discurso m¨¢s breve de la historia: ¡°Es un privilegio. Gracias¡±. Para superarle, a?os antes, Hitchkock se hab¨ªa limitado a decir solo la ¨²ltima palabra. Aunque, parad¨®jicamente, el actor tambi¨¦n es conocido por su lenguaje desbocado, seg¨²n el portal Imdb. Durante el rodaje de Solo en casa, cualquiera que soltara un taco deb¨ªa compensarlo con una donaci¨®n en una caja. Pesci la llen¨® el primer d¨ªa.
Hopkins tambi¨¦n llevaba tiempo en la sombra, y eso que no ha parado de estrenar pel¨ªculas. ¡°Nunca me consider¨¦ un gran actor, m¨¢s bien tuve un golpe de suerte. Si mi agente me planteara: ¡®?Quieres leer la gu¨ªa del tel¨¦fono para un director la semana pr¨®xima?¡¯, dir¨ªa que s¨ª¡±, relat¨® en una entrevista seg¨²n la misma web. Pero desde Amistad, en 1998, los premios no se acordaban de ¨¦l. Y hac¨ªa d¨¦cadas que Pacino tambi¨¦n esperaba una oportunidad as¨ª en la gran pantalla: ha acumulado nominaciones y victorias por la televisi¨®n, pero Esencia de mujer, en 1992, fue su ¨²ltimo trabajo encumbrado en el cine. Pitt ha alternado altibajos profesionales y personales, hasta regresar a este momento dorado. De ah¨ª que, quiz¨¢s, Hanks sea el ¨²nico que siempre ha estado ah¨ª. No por nada, suele decir que en el cine ¡°las carreras se basan en la longevidad¡±. La suya se basa en una fama de actor s¨®lido y buen tipo. Tanto que, al parecer, a veces pide a los ni?os que cierren los ojos y empieza a hablar: a saber qu¨¦ sienten los peque?os cuando escuchan la voz del vaquero Woody de Toy Story. Por todo esto, y m¨¢s, Hanks recibe en la gala tambi¨¦n el premio Cecile B. DeMille a toda una carrera. Pacino y Hopkins, por cierto, ya lo tienen.
Aunque el talento es solo uno de los puntos en com¨²n entre todos. El grupo suma, c¨®mo no, n¨²meros abrumadores: entre los cinco, han conseguido 44 nominaciones a los Globos de Oro. Hopkins, el m¨¢s veterano (82 a?os), es el ¨²nico que nunca ha ganado. A Hanks y Pacino, en el otro extremo, ya no les caben los Globos de Oro de interpretaci¨®n en casa: tienen cuatro cada uno. Todos han tenido hijos, y tambi¨¦n han dejado pel¨ªculas para el recuerdo, de El padrino a Seven, de Philadelphia a Toro salvaje, de El silencio de los corderos a Forrest Gump. La lista es m¨¢s amplia, tanto que los cinco suelen aparecer en la mayor¨ªa de recopilaciones de los mejores actores del siglo. Todos tienen al menos un Oscar, aunque Pitt lo gan¨® solo como productor, por 12 a?os de esclavitud. Tambi¨¦n por eso, las previsiones apuntan a que ha llegado su a?o.
Puede que tambi¨¦n sea un premio a la constancia. Pitt se pas¨® infancia y juventud sin apenas salir de su Oklahoma natal. Y, una vez en Los ?ngeles, hizo de todo para sobrevivir a la espera del casting de su vida: incluido meterse en un disfraz de pollo para promocionar un establecimiento de comida r¨¢pida. Hasta que lleg¨® Thelma y Louise. M¨¢s tarde, super¨® adicciones a drogas y alcohol, adem¨¢s del fracaso de dos matrimonios. Aunque sus rivales tampoco lo tuvieron mucho m¨¢s f¨¢cil. El hombre que aterr¨® al mundo como Hannibal Lecter se crio en la panader¨ªa que regentaban sus padres; Hanks vendi¨® palomitas y cacahuetes en el estadio de b¨¦isbol de Oakland; y Pacino podr¨ªa sumar a las clases magistrales de actuaci¨®n las de supervivencia: fue recadero, vendedor y limpiador de zapatos, cajero de supermercado y mozo de mudanzas, adem¨¢s de lidiar con su insomnio cr¨®nico. Se puede decir que tambi¨¦n hizo de polic¨ªa: se tom¨® tan en serio su papel en Serpico, en 1973, que un d¨ªa detuvo a un camionero y amenaz¨® con llevarle a la comisar¨ªa.
Hay destinos cruzados que tambi¨¦n unen a estos actores. Hopkins realiz¨® dos sue?os que Pacino nunca logr¨®: dejar de fumar e interpretar a Picasso. Un d¨ªa el actor de El irland¨¦s le envi¨® una vez un e-mail a Hanks para decirle que era su fan. Y detr¨¢s de la c¨¢mara ninguno ha logrado el ¨¦xito que tiene delante de ella: Pacino, Hopkins y Hanks han dirigido con resultados desiguales; Pitt y Pesci ni siquiera lo han intentado.
En cambio, pese a tama?as trayectorias, los cinco apenas comparten pel¨ªculas: los filmes donde aparezcan dos de ellos juntos no llegan a la decena. Y eso incluidos El irland¨¦s, ?rase una vez en¡ Hollywood, la antolog¨ªa Ultimate Fights from the Movies, la casi desconocida obra en 4D Beyond All Boundaries y el desastre de taquilla que fue Corrupci¨®n y poder, con Pacino y Hopkins. Por lo menos, cuando Pitt coincidi¨® con Hopkins en Leyendas de pasi¨®n, aprendi¨® una gran lecci¨®n de vida. ¡°?A la mierda!¡¯. Fue de lo primero que te escuch¨¦ decir en el plat¨® y desde entonces siempre me ha acompa?ado como un principio gu¨ªa¡±, le confes¨® hace poco en una entrevista a su veterano compa?ero. Puede que todo ello le conduzca hasta el Globo de Oro. Hay incluso cr¨ªticos que ya sostienen que Pitt puede aprovechar la gala para ensayar su discurso para los Oscar. Pero, de paso, tambi¨¦n deber¨ªa celebrar a sus rivales. Esta vez, merece la pena de verdad.
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