Godard, el rey del cine que vive como un paria
?ltimo superviviente de la Nouvelle Vague, el director cumple 90 a?os en 2020. El Museo Reina Sof¨ªa y la Cinemateca Francesa le dedican un doble homenaje
A lo largo de los ¨²ltimos diez a?os, Jean-Luc Godard se ha acabado quedando solo. La d¨¦cada comenz¨® con las muertes de ?ric Rohmer y Claude Chabrol. Prosigui¨® con las de Alain Resnais y Jacques Rivette. Concluy¨® con el luto por Agn¨¨s Varda y Anna Karina. Al borde del nuevo decenio, Godard se ha convertido en el ¨²nico superviviente de la Nouvelle Vague ¡ªcon el permiso de Jacques Rozier, que dej¨® de rodar hace m¨¢s de 20 a?os¡ª, en el ¨²ltimo de aquellos revolucionarios que cambiaron para siempre la manera de hacer cine.Tras su ataque al coraz¨®n en 2015, se crey¨® que su salud era fr¨¢gil. Regres¨® tres a?os despu¨¦s con una obra indescifrable y prof¨¦tica, El libro de imagen, que no ten¨ªa aspecto de testamento, sino m¨¢s bien de un nuevo comienzo, el en¨¦simo en su larga carrera. Su t¨ªtulo provisional era Renacimiento. Esa habr¨¢ sido la palabra clave en su trayectoria, durante la que habr¨¢ perseguido una reinvenci¨®n constante de su persona, de su cine, de todos los cines.
Godard cumplir¨¢ 90 a?os en diciembre y ya empieza a recibir los obligatorios homenajes. Hasta el 16 de febrero, el Museo Reina Sof¨ªa presenta un programa dedicado al cineasta que reivindica sus ¨²ltimas pel¨ªculas. ¡°Es interesante ver como alguien que es casi nonagenario y es tratado en todo el mundo como una instituci¨®n sigue siendo el cineasta m¨¢s vanguardista del presente¡±, se?ala Chema Gonz¨¢lez, jefe de actividades culturales del Reina Sof¨ªa y comisario de este ciclo, centrado en la etapa m¨¢s tard¨ªa de su trayectoria, tantas veces tratada de abstrusa e ininteligible.
"Es el soberano del pa¨ªs de las im¨¢genes, pero vive como si fuera un paria"
El homenaje arranca tras el inicio, en 1988, de sus m¨ªticas Historia(s) del cine, con las que Godard decidi¨® reescribir la historia del siglo XX a partir de la historia de la imagen, monumental proyecto que le ocupar¨¢ toda una d¨¦cada. Despu¨¦s, a lo largo de t¨ªtulos como Elogio del amor, Nuestra m¨²sica o Film Socialisme, la noci¨®n de relato, de la que hab¨ªa desconfiado ya desde sus inicios, se ir¨¢ diluyendo definitivamente. ¡°La narraci¨®n no desaparece del todo en su cine, porque pervive con cierta nostalgia en algunas pel¨ªculas, como en Adi¨®s al lenguaje, donde plantea una historia de pareja que puede recordar a lo que fue Godard en otro tiempo¡±, apunta Gonz¨¢lez. Aunque ese fuera, al fin y al cabo, un relato casi par¨®dico. ¡°Nos interesa ver c¨®mo ha dejado atr¨¢s todos sus papeles ¡ªel gran autor, el militante, el poeta¡ª para convertirse en un pensador de las im¨¢genes¡±, a?ade el programador.
El t¨ªtulo del ciclo, Im¨¢genes despu¨¦s de la implosi¨®n, no deja lugar a dudas sobre su contenido. ¡°El cine actual se ha quedado hu¨¦rfano de lo real, ya no hay un referente ver¨ªdico en ¨¦l. Ante la saturaci¨®n de im¨¢genes que caracteriza el presente, Godard no ha cedido a ese torrente, sino que ha sido capaz de ordenarlo, de dotar de sentido a esa saturaci¨®n¡±, analiza Gonz¨¢lez.
Al mismo tiempo, una retrospectiva completa de sus pel¨ªculas tiene lugar en la Cinemateca Francesa, en Par¨ªs, donde se ha anunciado la presencia del siempre esquivo Godard de cara a la ¨²ltima sesi¨®n prevista para el 1 de marzo (en ella tambi¨¦n se tendr¨ªa que desvelar, salvo cambio de planes, un nuevo cortometraje realizado por el director para la ocasi¨®n). Una nueva ojeada a su obra permite entender que cada nueva etapa de su trayectoria se erigi¨® contra el periodo que le preced¨ªa. ¡°Godard siempre ha dicho que rueda cada pel¨ªcula contra la anterior¡±, confirma la historiadora del cine Nicole Brenez, profesora en la Sorbonne, gran especialista en la obra de Godard y programadora de este ciclo. Por ejemplo, tras el ¨¦xito de Al final de la escapada, que le propulsa como gran renovador del anquilosado cine franc¨¦s all¨¢ por 1959, Godard no dudar¨¢ en renegar de ese filme. ¡°Nunca he entendido esa pel¨ªcula¡±, lleg¨® a decir una vez.
¡°Pese a todo, cuando uno ve todas sus pel¨ªculas, descubre que no hay una l¨®gica de contradicci¨®n sistem¨¢tica. M¨¢s bien es como si decidiera explorar nuevos territorios tras haberse cansado de los anteriores¡±, argumenta Brenez. O como si se lanzase a recorrer nuevos continentes formales, pero con la experiencia que le procur¨® descubrir los precedentes. Estar en minor¨ªa es su zona de confort. Llevar la contraria es el deporte nacional de su peque?a rep¨²blica. ¡°Es el soberano del pa¨ªs de las im¨¢genes, pero vive como si fuera un paria¡±, sonr¨ªe Brenez. ¡°Solo as¨ª se entiende el aislamiento en el que ha decidido trabajar, cuando podr¨ªa dirigir un estudio o una fundaci¨®n, si quisiera, al estilo de Martin Scorsese. Si le gustase el poder, lo podr¨ªa ejercer sin problemas. Pero Godard es, fundamentalmente, un anarquista y un libertario¡±.
En el Fausto de Goethe, Mefist¨®feles se define como ¡°el esp¨ªritu que siempre niega¡±. Godard, cuya discrepancia sistem¨¢tica siempre parece m¨¢s est¨¦ril que constructiva, no le har¨ªa ascos a ese t¨ªtulo. ¡°La contradicci¨®n que practica no es hegeliana, porque no intenta alcanzar una s¨ªntesis¡±, afirma Brenez, que tambi¨¦n distingue la sombra del romanticismo alem¨¢n en su figura solitaria. Su vinculaci¨®n a la Nouvelle Vague termin¨® oficialmente con la creaci¨®n del grupo Dziga Vertov, colectivo cinematogr¨¢fico fundado en 1968 para impulsar un cine de orientaci¨®n mao¨ªsta, sin actores, sin argumento y donde las decisiones eran tomadas en asamblea general, en oposici¨®n frontal a la noci¨®n tradicional del genio rom¨¢ntico. ¡°En realidad, existe un v¨ªnculo gen¨¦tico entre el romanticismo alem¨¢n y el pensamiento de Marx¡±, sonr¨ªe Brenez. ¡°Hay un horizonte rom¨¢ntico en Godard, que ha obrado por un mundo m¨¢s habitable, m¨¢s respirable y justo. Y esa es, en el fondo, una aspiraci¨®n puramente rom¨¢ntica¡±. Dziga Vertov se autodisolver¨¢ en 1972. El denostado genio rom¨¢ntico pervive.
?Se ve fragilizada la herencia de la Nouvelle Vague en una Francia que exporta, con un pu?ado de excepciones, un aluvi¨®n semanal de comedias blandas y preformateadas, en las ant¨ªpodas del cine de autor de otro tiempo? ¡°No lo creo. La pol¨ªtica de los autores sigue siendo definitoria, como resistencia a la industria pura y la l¨®gica mercantil. Sigue siendo un factor de libertad y autonom¨ªa muy importante para quienes hacen cine¡±, opina Brenez. En su destierro voluntario hacia un flanco marginal, Godard sigue siendo el abanderado principal de esa postura creativa. Fue Fran?ois Truffaut quien encontr¨® la mejor definici¨®n posible para su amigo y futuro enemigo: ¡°Jean-Luc no es el ¨²nico que filma como respira, pero s¨ª es el que respira mejor¡±.
El ¨²ltimo Godard. Im¨¢genes despu¨¦s de la implosi¨®n. Museo Reina Sof¨ªa. Madrid. Hasta el 16 de febrero.
Jean-Luc Godard: Retrospective. Cinemateca Francesa. Par¨ªs. Hasta el 1 de marzo.
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