El pueblo que sienta a todos los cin¨¦filos
Pese a las crisis de los cines, tres firmas de Ezcaray, en La Rioja, fabrican butacas para salas de todo el mundo
Hace setenta a?os, una docena de trabajadores de una antigua f¨¢brica de Ezcaray (La Rioja) llamada Siller¨ªa Segura decidieron crear la Sociedad Cooperativa de Obreros de Ezcaray. Por entonces Espa?a atravesaba la fiebre del cinemat¨®grafo y se inauguraban cines con patios de butacas de cientos de asientos. Anfiteatros inmensos para una sociedad hambrienta de espect¨¢culo, a la que se alimentaba desde este pueblo de 2.000 habitantes en el que el paro no es uno de sus problemas. Un lugar en plena monta?a, fr¨ªo en invierno y fresco en verano, que ha calentado las ilusiones de los espectadores de las grandes ciudades.
Los cines que la primera generaci¨®n de esta cooperativa hab¨ªa forrado de butacas empezaban a cerrarse a finales de siglo, cuando la sociedad empez¨® a llevarse el espect¨¢culo a casa. Primero fueron los videoclubs, ahora las plataformas digitales. La crisis financiera parec¨ªa haberles dado el tiro de gracia, pero el centenar de trabajadores de esta empresa resisti¨® gracias a los auditorios de las administraciones y a los cines y teatros que se inauguraban en el extranjero. Exportan a pa¨ªses como Alemania, Francia, B¨¦lgica y Holanda, adem¨¢s de EEUU, Portugal, Arabia Saud¨ª, Malasia y Emiratos ?rabes, entre tantos otros. El a?o pasado vendieron ocho millones de euros en producto, de los que el 60% fueron ventas internacionales. Anualmente producen cerca de 46.000 butacas de madera.
En unas semanas mandar¨¢n un centenar de ellas a la glorieta de Santa Mar¨ªa de la Cabeza, en Madrid, donde abrir¨¢n sus puertas las tres salas del Cine Embajadores, el primero que se inaugura en el centro de la ciudad despu¨¦s de d¨¦cadas de cierres y derribos de cinemat¨®grafos. La trasera de la butaca es de madera de haya, ¡°poco habitual en las salas de cine¡±, dice Juan Carlos S¨¢ez, el responsable de ventas. En la actualidad son 74 trabajadores, 26 de ellos socios: no capitalistas, sino socios trabajadores. El presidente trabaja, enfundado en su mono azul, soplando, cortando y punzando el hierro del que est¨¢n hechos estos asientos. Es el jefe de producci¨®n, organiza la empresa y trabaja en la secci¨®n de metal. Por eso anuncian en su web, como gran atractivo empresarial, que este modelo garantiza ¡°la responsabilidad y la profesionalidad de cada trabajador¡±.
Adem¨¢s de ellos, existen otras dos empresas que tambi¨¦n producen butacas para todo el mundo en la localidad riojana. Asc¨¦nder y Euro Seating son escisiones de la cooperativa y entre las tres dan trabajo a unas 300 personas. Ezcaray tiene un 8,7% de desempleo, 85 personas sin trabajo en una poblaci¨®n que durante a?os vivi¨® de la madera de sus montes, material que ahora traen de Pa¨ªs Vasco y Navarra. ¡°Ya solo quedan pinos malos de repoblaci¨®n¡±, cuenta Juan Carlos. En sus or¨ªgenes, la empresa se dedicaba al dise?o y producci¨®n de muebles, pero pronto vieron que los encargos de butacas absorb¨ªan todo sus esfuerzos.
Jes¨²s G¨®mez trabaja desde hace 31 a?os en la cooperativa y reconoce una labor artesanal en estos productos de madera y hierro (nunca de pl¨¢stico), a pesar de la aplicaci¨®n industrial para fabricar alguna de las partes. ?l se dedica a la exportaci¨®n y su padre, que tambi¨¦n fue socio, aserraba la madera. Dice que ya hay una tercera generaci¨®n en activo y que ¡°la peor ¨¦poca ha pasado¡±. Se refiere a la digitalizaci¨®n de los cines: el paso del 35 mil¨ªmetros al digital ha alterado la morfolog¨ªa de las salas. ¡°Llevamos dos a?os de repunte. Despu¨¦s del par¨®n de la crisis, ahora reformamos las de toda la vida y piden butacas de lujo motorizadas¡±, comenta Juan Carlos. Ezcaray seguir¨¢ acomodando al cine de todo el mundo desde un pa¨ªs con pocos cines.
Babelia
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