El Nobel Boris Pasternak, entre la CIA y el KGB
Lara Prescott firma una monocorde novela sobre la accidentada publicaci¨®n de ¡®El doctor Zhivago¡¯
Toda ¨¦poca forja sus leyendas y mitos, y con el paso del tiempo es natural visitarlos y reinterpretarlos. Cuando Bor¨ªs Pasternak, despu¨¦s de varios intentos fallidos para publicar El doctor Zhivago, entreg¨® el manuscrito de la ¡°novela de su vida¡± a un emisario de la editorial Feltrinelli en 1956, sab¨ªa que por ese acto disidente le tocar¨ªa pagar un precio desmesurado. En el momento de despedirse de quienes hab¨ªan ido a visitarlo a la colonia de escritores pr¨®xima a Mosc¨² con el fin de llevarse al extranjero su explosivo artefacto literario, el poeta lanz¨® un funesto augurio: ¡°Quedan invitados a mi ejecuci¨®n¡±. ?l y Olga Iv¨ªnskaia ¡ªla joven editora que pas¨® a ser la inspiraci¨®n del personaje de Lara cuando surgi¨® el flechazo entre ambos en la redacci¨®n de una revista literaria¡ª vivieron su historia de amor oficiosa, con el incesante ¡°ruido de caza¡± de fondo de los ¨®rganos de seguridad, durante los ¨²ltimos 14 a?os de vida del autor, ca¨ªdo en desgracia por esa man¨ªa antisovi¨¦tica de ¡°hurgar en su alma¡±.
La grandeza de este cl¨¢sico de las letras rusas no reside s¨®lo en el romance de sus protagonistas, sino tambi¨¦n en las meditaciones que contiene sobre el arte, la condici¨®n mortal del ser humano y los tr¨¢gicos destinos expuestos a los embates de la historia. Como escribi¨® Dmitri B¨ªkov en su monumental biograf¨ªa del escritor, a veces nacen obras maestras que parecen justificar toda una ¨¦poca: ¡°La revoluci¨®n rusa sucedi¨® para que Yuri Zhivago pudiera conocer a Lara, para que se obrara el milagro de su amor en Var¨ªkino¡±.
Pero, adem¨¢s, el enmara?ado periplo que hubo de recorrer el manuscrito ha ido generando, aun sin quererlo, una abundancia de material que permite, a quien lo desee, aproximarse a ese caudal de informaci¨®n, a fin de examinar toda la complejidad de una ¨¦poca ¡ªla Guerra Fr¨ªa¡ª y, en concreto, la onda expansiva que esta novela gener¨®, truncando las aspiraciones de otros autores sovi¨¦ticos, pues el miedo a que estallara un nuevo caso Pasternak, pol¨¦mica del Nobel incluida, fue la raz¨®n de que en su momento no vieran la luz obras como, por ejemplo, las de Vasili Grossman.
Con la desclasificaci¨®n de archivos secretos y el acceso a documentos privados, se han ido completando lagunas en relaci¨®n con los entresijos de este superventas. Libros como el de Paolo Mancosu o el de Anna Pasternak han recuperado la figura de Iv¨ªnskaia, madre de dos hijos que sufri¨® un aborto en su primera detenci¨®n en Lubianka, as¨ª como dos penas de trabajos forzados en el Gulag ¡ªla segunda, junto a su hija¡ª y la presi¨®n constante del KGB, como se refleja en la obra de Prescott.
En junio de 2018, Los secretos que guardamos ¡ªnovela basada en los acontecimientos que rodearon la puesta en circulaci¨®n de la novela de Pasternak con la implicaci¨®n de la CIA¡ª levant¨® expectaci¨®n, pues se publicit¨® que su autora, la debutante Lara Prescott, hab¨ªa firmado un contrato de siete cifras para publicar su obra en Estados Unidos y al otro lado del charco se vendieron los derechos de traducci¨®n a decenas de lenguas. Las editoriales demandan, a riesgo de caer a veces en la banalizaci¨®n, relatos que visibilicen a mujeres. En esta narraci¨®n, una parte de la trama se centra en un entorno hist¨®ricamente feminizado, el de la oficina, con particular ¨¦nfasis en un invento ¡ªla m¨¢quina de escribir¡ª que contribuy¨® a la incorporaci¨®n masiva femenina en el mercado laboral. El ej¨¦rcito de mecan¨®grafas de la novela es un engranaje casi invisible de la CIA ¡ªagencia dominada por hombres¡ª en su cruzada por utilizar una novela antisovi¨¦tica como un arma contra el enemigo comunista.
A partir de este buen arranque asistimos a un intento por levantar una novela polif¨®nica ¡ªcon un pie en el Este y otro en el Oeste¡ª que enseguida suena monocorde. Entran en escena Olga Iv¨ªnskaia y un inane Pasternak con cuya mentad¨ªsima obra, que se intu¨ªa el coraz¨®n de esta novela hist¨®rica con aires de thriller, apenas se dialoga. En la trama occidental m¨¢s adelante cobrar¨¢ protagonismo un amor l¨¦sbico entre dos esp¨ªas americanas: la glamurosa Sally, veterana en los servicios de inteligencia, que entrenar¨¢ a una joven de origen eslavo, antes mecan¨®grafa, que todo cuanto aporta acerca del contexto de los rusos emigrados es que se llama Irina y que su madre rusa no se f¨ªa de los americanos. Esta se disfrazar¨¢ de monja para repartir una tirada pirata de la novela en ruso ¡ªhecha por encargo para la Agencia en Holanda¡ª en el pabell¨®n del Vaticano durante la Exposici¨®n Universal de Bruselas de 1958, s¨®lo 10 meses despu¨¦s de su exitoso lanzamiento en italiano. La moral imperante hace que se desvanezca el encuentro pasional entre las dos hero¨ªnas, adem¨¢s de tener repercusiones laborales.
Sorprende que al marcado acento sobre la cuesti¨®n femenina en los cap¨ªtulos occidentales se contraponga un personaje real simplificado en exceso, Iv¨ªnskaia, que aparece como musa del poeta y v¨ªctima de su amor, cuando ella, con sus luces y muchas sombras, ejerc¨ªa de experta a cargo del departamento de nuevos autores en una publicaci¨®n sovi¨¦tica, fue traductora literaria y memorialista, y antes de conocer a Pasternak tuvo una agitada vida amorosa que contrasta con el puritanismo latente en el otro bando.
Seis d¨¦cadas despu¨¦s de la aparici¨®n de El doctor Zhivago, echar la vista atr¨¢s no deber¨ªa limitarse a un acto de nostalgia a lo Mad Men o de recuperaci¨®n de un libro legendario al hilo del mito fabricado por el cine. La novela de Prescott lleva a pensar en otra ¡°pel¨ªcu?la¡±, esta vez sobre nuestros tiempos, en la que tambi¨¦n participan agentes, pero no de la CIA, sino literarios. Pese al suculento anticipo, la reciente bibliograf¨ªa sobre el tema abordado ¡ªse consulta s¨®lo la publicada en ingl¨¦s¡ª y lo subyugante de la historia, construir un buen libro sigue siendo ese secreto que Pasternak resumi¨® as¨ª: ¡°Las obras hablan de muy diversas formas: con los temas, las situaciones, las tramas y los personajes. Pero sobre todo hablan con la presencia de arte contenida en ellas¡±.
Marta Reb¨®n ha traducido El doctor Zhivago (Galaxia Gutenberg, 2010).
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Autor: Lara Prescott.
Traducci¨®n: Aurora Echevarr¨ªa.
Editorial: Seix Barral, 2020
Formato: tapa blanda (464 p¨¢ginas) y ebook.
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