¡°Ser¨ªa inconcebible que Espa?a no protegiese el templo de Debod¡±
Jaled El-Enany, ministro de Antig¨¹edades y Turismo de Egipto, celebra la pr¨®xima inauguraci¨®n del Gran Museo de Giza
El bullicio del distrito de Al Abasiya, en el coraz¨®n isl¨¢mico de El Cairo, se cuela por las ventanas del despacho de Jaled El-Enany, un egipt¨®logo de 49 a?os al que el presidente egipcio, Abdelfat¨¢ al Sisi, encomend¨® en 2016 el complejo Ministerio de Antig¨¹edades y al que sum¨® el a?o pasado la estrat¨¦gica cartera de Turismo. La pr¨®xima inauguraci¨®n del Gran Museo de Giza, el gigantesco contenedor hist¨®rico que se alza ya a la sombra del tr¨ªo de legendarias pir¨¢mides, acapara toda la atenci¨®n de este profesor, a quien le ha tocado pilotar la pol¨ªtica de recuperaci¨®n del turismo cultural tras un lustro catastr¨®fico para el sector en el pa¨ªs de los faraones.
¡°El Gran Museo¡±, se ufana, ¡°es uno de los grandes proyectos culturales del mundo, con un presupuesto de mil millones de d¨®lares (924,71 millones de euros) para exhibir en cerca de medio mill¨®n de metros cuadrados decenas de miles de objetos del Egipto antiguo, muchos de los cuales ser¨¢n expuestos por primera vez al p¨²blico¡±.
La satisfacci¨®n se borra de su semblante cuando la entrevista con EL PA?S deriva hacia la pol¨¦mica suscitada en Madrid en torno al templo de Debod por el veterano egipt¨®logo Zahi Hawass, quien le precedi¨® en el Ministerio de Antig¨¹edades hasta la revoluci¨®n de 2011. Sostiene Hawass que el monumento nubio rescatado hace 52 a?os de las aguas de la presa de Asu¨¢n y reasentado en el solar de triste memoria del Cuartel de la Monta?a sufre a la intemperie las inclemencias del clima madrile?o. ¡°Si no se cubre y se protege, habr¨ªa que devolver el templo a su pa¨ªs de origen¡±, vino a advertir este carism¨¢tico egipt¨®logo, quien hace casi dos d¨¦cadas reclam¨® al Museo Brit¨¢nico la restituci¨®n de la c¨¦lebre piedra de Rosetta.
¡°El templo fue ofrecido al pueblo espa?ol con la condici¨®n de que fuera visible y accesible¡±, tercia con pedagog¨ªa el ministro El-Enany, ¡°en agradecimiento del pueblo egipcio por su contribuci¨®n a la campa?a internacional de salvaguarda de los monumentos nubios¡±. La Unesco se dispone a conmemorar en las pr¨®ximas semanas el 40? aniversario del fin de una de las misiones arqueol¨®gicas m¨¢s importantes de su historia, en la que se rescataron de las recrecidas aguas del Nilo joyas ¨²nicas como Abu Simbel. ¡°Ofrecimos a Madrid el templo de Debod¡±, prosigue su calculada argumentaci¨®n el titular de la cartera de Antig¨¹edades, ¡°y tenemos plena confianza en que el Gobierno espa?ol, que ha dado sobradas muestras de respetar el patrimonio hist¨®rico, tomar¨¢ todas las medidas a fin de proteger de la mejor forma este monumento para disfrute de las generaciones futuras y de toda la humanidad¡±.
¡ª?Si Espa?a no cubre el templo, como han hecho otros pa¨ªses receptores para prevenir su deterioro, Egipto reclamar¨ªa su propiedad?
¡ªMe parecer¨ªa inconcebible que un pa¨ªs como Espa?a, de una gran cultura y civilizaci¨®n, no protegiese el templo de Debod de su destrucci¨®n. En caso contrario, tendr¨ªamos que discutirlo con nuestros colegas espa?oles. Espa?a tiene una doble responsabilidad sobre un monumento salvado por la Unesco y regalado por Egipto.
El Gobierno de El Cairo repatria regularmente restos arqueol¨®gicos desde todos los pa¨ªses del mundo, seg¨²n el ministro del ramo. ¡°Por v¨ªa diplom¨¢tica, mediante procesos judiciales, a trav¨¦s de negociaciones directas, gracias a donaciones generosas de mecenas del Golfo¡¡±, detalla el profesor El-Enany, quien recientemente apareci¨® fotografiado en la prensa de El Cairo junto a un valioso ata¨²d dorado reci¨¦n devuelto por Estados Unidos, despu¨¦s de haber sido vendido a un anticuario en 1971 con documentaci¨®n falsa. ¡°Todos los pa¨ªses tienen derecho a recuperar sus obras de arte expoliadas¡±, sentencia.
La ¨¦poca colonial
Mientras que el polemista Hawass no vacila en reivindicar para Egipto el busto de Nefertiti que se exhibe en Berl¨ªn o el Zodiaco de Dendera custodiado en el Louvre, el actual responsable de la arqueolog¨ªa egipcia considera que ¡°hay que respetar las decisiones tomadas en ¨¦pocas coloniales sobre la salida de objetos arqueol¨®gicos adoptadas de forma legal¡±.
El ministro retorna a la zona de confort del Gran Museo de Giza para anunciar su apertura oficial a finales de este a?o gracias al esfuerzo d¨ªa y noche de 8.000 obreros y t¨¦cnicos. Fuentes de su departamento que prefieren no ser citadas apuntan a una fecha en torno al 6 de octubre, cuando Egipto conmemora el victorioso inicio de la Guerra de Yom Kipur contra Israel en 1973. ¡°El nuevo complejo de Giza va a ser un activo cultural y tur¨ªstico de muy alta calidad. En pocas horas, el visitante podr¨¢ acceder a la pir¨¢mide de Keops y, a escasos centenares de metros, contemplar en la pir¨¢mide moderna del Gran Museo vestigios como el obelisco suspendido o los colosos de Rams¨¦s II¡±.
¡°Esperamos alrededor de cinco millones de visitantes anuales, entre extranjeros y egipcios, frente a los tres millones que acuden al viejo museo de la plaza de Tahrir¡±, agrega El-Enany. La construcci¨®n de nuevas carreteras y hoteles acompa?a el proyecto, que cuenta ya con el nuevo aeropuerto internacional de la Esfinge a una veintena de kil¨®metros. El vuelco del turismo cultural hacia Giza, al oeste de la congestionada ciudad de El Cairo, resulta tan patente como la huida del Egipto oficial en direcci¨®n al este, donde se ultiman las fara¨®nicas obras de la nueva capital administrativa, tambi¨¦n auspiciada por el presidente Abdelfat¨¢ al Sisi.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.