Flujo y reflujo de Fluxus
Un libro compendia escritos de artistas del movimiento iconoclasta y experimental de los a?os sesenta
Hay libros que son actos textuales. As¨ª llama Mariano Mayer al compendio que ha organizado sobre Fluxus editado por Caja Negra. Actos t¨¢citos, firmes y definitivos. Poemas y acertijos en suspenso. Operaciones azarosas atadas a aquel experimento que George Maciunas lanz¨® al mundo en su af¨¢n por celebrar el devenir del arte y la vida. Fluxus aparec¨ªa en 1961 en la galer¨ªa A/G, abierta en uno de los locales que se alquilaban en el 354 de Canal Street de Nueva York. All¨ª Maciunas acogi¨® a una serie de artistas pl¨¢sticos y compositores, entre ellos George Brecht y La Monte Young, que presentaron desde performances musicales, sonoras, visuales y po¨¦ticas, hasta todo tipo de objetos encontrados. La deuda a esa actitud antiarte dad¨¢ y la m¨²sica indeterminada defendida por John Cage estaban ah¨ª, as¨ª como la sombra del ready made de Duchamp, seguramente el primer artista en cuestionar los principios epistemol¨®gicos del arte. De ese nihilismo art¨ªstico habla el texto de Maciunas recogido en el coraz¨®n de este libro y escrito en 1962, al tiempo que Robert Morris dec¨ªa que la materia es inagotable y Yoko Ono abogaba por la riqueza mental que supone abandonar las posesiones mentales y materiales que obstruyen la mente.
Le¨ªdo de tir¨®n, el libro deviene una polifon¨ªa que socava la preciosidad del arte, ese que m¨¢s que idear obras genera las estructuras de producci¨®n para que estas existan. Daba igual d¨®nde: un aeropuerto, un supermercado, un edificio o el mundo entero. Todo era material flexible para reinstalar la fascinaci¨®n por lo cotidiano. Su esp¨ªritu anti-cerebral, anti-elitista y anti-solemne empuj¨® a Fluxus a ampliar las categor¨ªas est¨¦ticas y estirar la sombra de su influencia que llega hasta hoy, sesenta a?os despu¨¦s. Fluxus escrito recoge ese periodo nunca concluido de la historia del arte contempor¨¢neo, con textos producidos por muchos de los que pertenecieron al anti-movimiento, como George Brecht, Larry Miller o Robert Filliou, pero tambi¨¦n por artistas pr¨®ximos a su modo de acci¨®n, de otros contextos y geograf¨ªas, y que se vincularon al grupo de modo tangencial, como Marta Minuj¨ªn, Roberto Jacoby, Edgardo Antonio Vigo o el colectivo Zaj.
Le¨ªdo de tir¨®n, el libro deviene una polifon¨ªa que socava la preciosidad del arte
Fluxus se cre¨® luchando ¡°contra la insondable estupidez, tristeza y mediocridad que destroza nuestras vidas¡±, dec¨ªa Robert Filliou, un talante reproducido tantas veces en los tickets de entrada del Reina Sof¨ªa, cual mensaje subliminal previo a la entrada al museo, y punto emocional del que parte Mariano Mayer. Con esa testarudez, Filliou abri¨® un poco m¨¢s la puerta por la que, dicen, penetra la sabidur¨ªa. Y es lo que traduce aqu¨ª hasta en las notas a pie de p¨¢gina, luchando por dejar de ser un mensaje fantasma. Lo mismo ocurre con el ep¨ªlogo, una entrevista de Larry Miller a George Maciunas de 1978 que se abre con un diagrama y se cierra con esa idea de un rostro estampado en un papel con la que se inicia el libro. Es un volumen redondo, en todos los sentidos. Lejos de proponer una lectura ¨²nicamente como documentos de ¨¦poca, dispara la euforia iconoclasta propia de este colectivo de l¨ªmites difusos, donde las ideas funcionan como materiales de implicaci¨®n y continuidad, siempre l¨²dicas, ins¨®litas, imprevisibles, prosaicas, cotidianas e ir¨®nicas. La prueba absoluta de que Fluxus sigue siendo polifac¨¦tica y polimorfa.
BUSCA ONLINE 'FLUXUS ESCRITO'
Autor: Varios Autores.?Mariano Mayer (comp.).
Editor: Caja Negra.
Formato:?Tapa blanda (336 p¨¢ginas).?
Encu¨¦ntralo en tu librer¨ªa m¨¢s cercana?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.