John Updike, el dios cruel y compasivo de la clase media
El gran escritor estadounidense narra en 'C¨¢sate conmigo', novela de 1977 que se reedita ahora en castellano, el adulterio de dos personajes a los que comprende, perdona y condena al mismo tiempo
Todo un misterio c¨®mo se comportar¨¢ la posteridad con John Updike (Reading, Pensilvania, 1932 - Beverly Farms, Massachusetts, 2009), pero la cosa no est¨¢ para apostar a su favor. Si estuviera vivo, es m¨¢s que probable que muchos intentasen exhibir en sus muros y paredes su cabeza de rinoceronte blanco. No ocurri¨®, a pesar de que, en sus ¨²ltimos a?os de vida, la veda sobre ¨¦l ya se hab¨ªa abierto. La correcci¨®n pol¨ªtica le acus¨® de casi cualquier cosa, optando por ningunear cada nueva entrega suya antes que destrozarlo, porque a¨²n se le respetaban tanto su prestigio como su tes¨®n competitivo. Novelas como La belleza de los lirios (1996), Gertrudis y Claudio (2000) o recopilaciones de cuentos como Lo que queda por vivir (1994) demostraron merecerse ese respeto.
Estamos refiri¨¦ndonos a una de las cimas del Himalaya de la edad de oro de la novela norteamericana del siglo XX junto con Norman Mailer, Philip Roth o Saul Bellow. Un trozo de los sesenta y setenta le pertenece si se tiene en cuenta que, adem¨¢s de esos compa?eros de viaje, Updike coincidi¨® con John Cheever, Carson McCullers, Truman Capote, Flannery O¡¯Connor, Ralph Ellison o Joyce Carol Oates. Supo crearse entre aquellos agujeros negros y supernovas un territorio propio, la clase media blanca norteamericana que controlaba mejor el alcohol que el adulterio, con el bot¨®n rojo de la pastilla anticonceptiva en la mesilla de noche. Updike, que empez¨® queriendo ser artista gr¨¢fico, luch¨® y consigui¨® ser lo que ¨¦l cre¨ªa que necesitaba la narrativa estadounidense de su tiempo: un escritor tan grande como popular. Algo como Mickey Mouse, Elvis Presley o la televisi¨®n. Dibuj¨® con trazo claro, arquitect¨®nico y minucioso los barrios, las casas residenciales, las habitaciones, los aseos y dormitorios, divorcios, disputas y armisticios, el romance, el sexo y la deslealtad de sus conciudadanos en un estilo tan despiadado como hermoso. Te clavaba el escalpelo con un corte limpio que te exim¨ªa tanto de la ¨¦pica como de los ¨²ltimos sacramentos. Sus libros son narcisistas, y el tiempo transcurrido empuja su perfeccionismo, en demasiadas ocasiones, hacia lo esnob, pero su lectura sigue revelando algo prodigioso. Parecen ser libros escritos por un dios que comprende sin juzgar ni intervenir. Nos hace vernos como seres peque?os y corrientes, pero no est¨²pidos ni banales, corriendo hacia la muerte, que tratamos de evitar ancl¨¢ndonos en la eternidad del instante perfecto al precio ¡ªhijos, ruina, muertes¡ª que sea.
Todo eso est¨¢ en el rescate que hace Gatopardo Ediciones de C¨¢sate conmigo, novela editada en 1977 que en Espa?a publicar¨ªa la extinta editorial Noguer, con un mismo traductor, pero distinta traducci¨®n. En ella, Updike regresa de nuevo a su territorio favorito: los problemas conyugales de la clase media norteamericana, despu¨¦s de su best seller, Parejas (1968), y en medio de su portentosa serie con el personaje de Harry Conejo Angstrom (una tetralog¨ªa y un libro de cierre post mortem de Harry, que ser¨¢ lo que har¨¢ que se siga leyendo a Updike y aqu¨ª s¨ª que caben apuestas).
La acci¨®n se sit¨²a en 1962, en Greenwood, en las afueras de Connecticut. Sue?o americano adulto: playas, cenas, ni?os, c¨®cteles al atardecer, juegos de guerra de sexos, dormitorios propios y ajenos. Jerry y Sally inician una relaci¨®n extramatrimonial que desean que desemboque en sus respectivos divorcios y una nueva boda. Desconocen que sus respectivas parejas tambi¨¦n est¨¢n teniendo su propia aventura. En cinco cap¨ªtulos, John Updike distribuye juego. Las cartas est¨¢n marcadas y var¨ªan de valor seg¨²n las conversaciones, los personajes, el tempo dado en las cinco partes en la que se divide la novela. La culpa derivada de la aparente posibilidad de elegir, el templo religioso que al adulterio le tienta destruir para erigir uno nuevo, ya pagano, a la mayor gloria de no seguir muerto en vida. Todo esto est¨¢ en esta novela, con el estilo de siempre, esa tercera persona que no es sino una primera tramposa, y lo imp¨²dico de una mirada humana, profunda, escatol¨®gica, tan cruel como compasiva: comprende, perdona y condena al mismo tiempo.
En su trayectoria, C¨¢sate conmigo es un trabajo artesanal, impecable, s¨ª, que funciona como un reloj, pero sin aliento may¨²sculo. Pero eso no desmerece nada en el caso de Updike, porque un poco suyo es casi demasiado para muchos otros. Y adem¨¢s, como en casi todos sus libros, sean novelas o cuentos, hay alguna escena que acabar¨¢s llev¨¢ndote contigo. Como, por ejemplo, esa en la que Jerry y Sally, que han vivido un d¨ªa id¨ªlico en unas playas a tiro de avi¨®n, unas horas que les han reafirmado en su decisi¨®n de romper sus respectivos matrimonios y estar juntos, llegan al aeropuerto para volver a casa y una tormenta hace prever que el vuelo de regreso se retrasar¨¢. Eso acarrear¨¢ que la realidad dom¨¦stica, el perro hasta entonces d¨®cil y amaestrado les morder¨¢ la mano. La burbuja de la fantas¨ªa ad¨²ltera estalla por un avi¨®n con retraso. Finalmente, el mago les salva para condenarles: volar¨¢n a tiempo, las coartadas de cada uno funcionar¨¢n y se salva el match ball. Pero, sin embargo, la luz ha cambiado y han visto, se han visto, y lo mismo ya no es lo de siempre. Lo suyo, dure ya lo que dure, termin¨®. Como en esas miradas de algunas pel¨ªculas de Antonioni que lo dicen todo y es amargo y final.
BUSCA 'C?SATE CONMIGO'
Autor: John Updike
Traducci¨®n: Andr¨¦s Bosch
Editorial: Gatopardo, 2020
Formato: Tapa blanda o bolsillo. 335 p¨¢ginas.
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