Isabel Rawsthorne y las artistas ninguneadas
Los museos cierran sus puertas, pero la contemplaci¨®n del arte sigue abierta. Cada d¨ªa, destacamos una obra visitable en la red y surgida del di¨¢logo entre dos creadores. Hoy: ¡®Baboon and child¡¯, de la pintora brit¨¢nica, figura de las vanguardias de Montparnasse
¡°Una tigresa. No. Es m¨¢s una pantera, una verdadera devoradora de hombres¡±. La deleznable mirada de Alberto Giacometti sobre la pintora brit¨¢nica Isabel Rawsthorne insist¨ªa en el estigma de la ¡°mujer fatal¡±. La artista ha pasado a la historia del arte como la musa m¨¢s famosa de las vanguardias de Montparnasse. Fue un rostro que no ha dejado rastro. Est¨¢ en los cuadros de todos ellos, pero es otra pintora invisible. Las cr¨®nicas solo recuerdan su belleza y sus proporciones, que ¡°se mov¨ªa con la agilidad de un depredador felino¡±, que ¡°era algo ex¨®tico¡±, que ¡°suger¨ªa or¨ªgenes oscuros¡±, que si sus p¨®mulos altos y sus ojos oblicuos, que si su mirada, que si su ¡°exuberancia prodigiosa¡±¡ Y el peor: ¡°Una feroz confianza animal en su derecho a hacer lo que quisiera¡±. Un lodazal personal con el que los artistas hombres no suelen cargar. Rawsthorne pos¨® -sin ser modelo profesional- para el propio Giacometti, Picasso, Derain y Francis Bacon, quien, mientras ejecutaba su primera versi¨®n del Papa Inocencio X (1650) de Vel¨¢zquez, la retrat¨® de manera obsesiva. Acumul¨® al menos 22 cuadros con Isabel como protagonista, cinco tr¨ªpticos incluidos.
El desd¨¦n de la artista por los roles femeninos convencionales y su atracci¨®n por pintar animales recuerdan a otra pintora naturalista, Rosa Bonheur, que un siglo antes escribi¨®: ¡°Estoy convencida de que el futuro es nuestro¡±. No les extra?e que a la hora de hablar de la carrera de la brit¨¢nica se expliquen los ¡°cortes y telas andr¨®ginos¡± que vest¨ªa, por influencia de Coco Chanel. Resulta inexplicable en la historia de una mujer que, por si fuera poco su obra, fue arrestada por los rebeldes franquista cuando trataba de cruzar disfrazada la frontera con Espa?a en julio de 1936, que sufri¨® los bombardeos de Barcelona de 1938, que estaba en Varsovia septiembre de 1939 cuando Alemania invadi¨® Polonia, y que trabaj¨® como esp¨ªa durante la Segunda Guerra Mundial...
Este fantasma de la historia del arte defin¨ªa su apasionante mirada pict¨®rica como quintessentialism: una figuraci¨®n que prefiere la esencia a la alta definici¨®n, la alusi¨®n a la evidencia. Rawsthorne rechaz¨® su entorno y la devoci¨®n del mercado por la abstracci¨®n y el surrealismo, para centrarse en la figuraci¨®n, en un naturalismo muy expresivo. Desde adolescente encontr¨® sus modelos al Zoo de Londres y convirti¨® a los seres enjaulados en un acto reflejo que alud¨ªan a las perturbaciones del ser humano. Su inter¨¦s fue el mundo animal, inquietante como este Baboon and Child (1964), que conserva desde 2014 la Tate Britain (Londres). Podr¨ªa referirse a una imagen velada de nosotros, haci¨¦ndonos los muertos para no morir. Es tan vulnerable como un feto, tan temeroso como un adulto. ¡°No lucho contra el mundo, lucho contra una fuerza mucho mayor, contra mi fatiga del mundo¡±, escribi¨® Emil Cioran, una d¨¦cada despu¨¦s de este babuino de Rawsthorne.
Visita virtual: Baboon and Child (1964), de Isabel Rawsthorne, en la Tate Britain (Londres).
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