Kit de supervivencia cultural para el encierro (d¨ªa 8)
'Babelia' recomienda los mejores libros, discos, pel¨ªculas, series, c¨®mics y videojuegos para disfrutar en casa
¡®Babelia¡¯ propone un libro, un disco, una pel¨ªcula, una serie, un c¨®mic y un videojuego cada d¨ªa, mientras dure el confinamiento en los hogares y la par¨¢lisis del sector del ocio, para poder disfrutar de la cultura desde casa.
UN LIBRO: Hacia la boda, de John Berger
En los pr¨®ximos meses, aunque no haya librer¨ªas donde comprarlos, el coronavirus producir¨¢ una avalancha de libros que en su mayor¨ªa ser¨¢n testimonios de c¨®mo se vivi¨® la enfermedad o la cuarentena. No ser¨¢ la primera vez. La epidemia del sida produjo en los a?os ochenta y noventa una contundente respuesta desde las artes pl¨¢sticas ¨Ccon F¨¦lix Gonz¨¢lez Torres a la cabeza (v¨¦ase la ¨²ltima edici¨®n de Arco)¨C y desde la literatura de testimonio, con memorias como las de Harold Brodkey ¨CEsta salvaje oscuridad¨C o autoficciones como Al amigo que no me salv¨® la vida, de Herv¨¦ Guibert. La primera persona estuvo a la altura, pero faltaba la gran novela. La escribi¨® John Berger en 1995: Hacia la boda.
Sabemos que todos los libros tratan de los temas eternos y que todo lo que pueda decirse del amor y la muerte lo escribieron Ovidio y Shakespeare, pero hay algo que ning¨²n cl¨¢sico pudo escribir, por ejemplo, una novela de amor en los tiempos del sida. En la suya, Berger cuenta el viaje a Italia de los invitados a un casamiento desde distintos puntos de Europa. El resultado convierte el Cantar de los cantares en una road movie coral. Unos padres, una hija, su futuro marido y un m¨¦dico portador de malas noticias son algunas de las voces que suenan en las 200 p¨¢ginas de un libro ¨Csapiencial y sabio¨C lleno de observaciones fulgurantes como la descripci¨®n de una peluquer¨ªa en la que hay ¡°confianza en lugar de espejos¡± o como esta pregunta: ¡°?Qu¨¦ haremos antes de la eternidad?¡±. Y esta respuesta: ¡°Tomarnos alg¨²n tiempo. Bailar descalzos¡±. John Berger don¨® los derechos de autor de su novela al comit¨¦ ciudadano anti-sida de Madrid. Como dec¨ªan los cl¨¢sicos, donde hay dolor hay un lugar sagrado. Javier Rodr¨ªguez Marcos
Hacia la boda. John Berger. Traducci¨®n de Pilar V¨¢zquez. Alfaguara, 1995. Est¨¢ disponible en ediciones impresa y digital en Todos tus libros, Fnac o Amazon.
UN DISCO: Entertainment!, de Gang of Four
Salir cada d¨ªa a aplaudir esta muy bien, es justo para quienes van destinados los aplausos y necesario para los que los dan. Pero, a veces, uno necesita una buena cacerolada, aunque sea simplemente para ejercitar la memoria, que es lo primero que se atrofia en tiempos como estos. En 1979, este grupo formado en la Universidad de Leeds (Reino Unido), lanz¨® su disco de debut, este Entertainment!, la gran cacerolada del movimiento post punk. En ese lugar com¨²n de los ¨¢lbumes que se mantienen igual de relevantes hoy que cuando fueron lanzados, este largo es el rey. Cada crisis que sobrevenida desde su lanzamiento ¨Cy llevamos ya unas cuantas¨C ha terminado invoc¨¢ndolo.
El nombre de la banda proviene de cuatro dirigentes del partido comunista chino que fueron arrestados tras la muerte de Mao. El disco cuenta con un tema feminista titulado At Home He¡¯s a Tourist ("En casa es un turista") y otro llamado Love Like Anthrax ("Amor como Anthrax"). Desde una perspectiva marxista que cuestionaba, sobre todo, el entretenimiento, no ya como opio del pueblo, sino como forma de aburrimiento terminal, y tan ligados al situacionismo como a la Escuela de Frankfurt, los de Leeds despacharon un disco perfecto. Eterno. ?Suena demasiado intenso? Pues no lo es. Tiene elementos de funk, de dub y, claro, de punk. Se baila. Con espuma en la boca, pero se baila. Entertainment! es, sobre todo, un disco de pop pol¨ªtico. Pero desde lo literario, no desde la propaganda, lo que lo hace interesante a partir de la duda y la ambig¨¹edad, no de la soflama y la certeza. La guitarra de Andy Gill es ¨²nica, una navaja mil veces imitada y jam¨¢s igualada. El bajo de Dave Allen es pura econom¨ªa disco. Las melod¨ªas de Jon King, certeras, criminales y adhesivas. Sin ellos no existir¨ªan ni Red Hot Chilli Peppers, ni REM, ni Franz Ferdinand. Saldremos de esta y nos metemos en otra. Entonces volveremos a recomendar este disco. Xavi Sancho
Entertainment!. Gang of Four. 1979. El disco est¨¢ disponible en Spotify y Apple Music.
UNA PEL?CULA: Total, de Jos¨¦ Luis Cuerda
En 1983 Jos¨¦ Luis Cuerda estren¨® en TVE el telefilme?Total, que abr¨ªa su obra a la comedia del absurdo, a las historias con reparto corales, a su propio?surruralismo y que podr¨ªa considerarse el precedente de Amanece, que no es poco. Ese?surruralismo atraviesa As¨ª en el cielo como en la tierra y alcanza a su ¨²ltimo largometraje,?Tiempo despu¨¦s. Total se desarrolla en el a?o 2598, en un Londres devenido en peque?o y perdido pueblo de clara atm¨®sfera castellana (en realidad se rod¨® en Soria). Un pastor de ovejas cuenta a la audiencia las se?ales que mostraron el final del mundo, como que las vacas quer¨ªan ir a la escuela, que las paredes de las casas se ca¨ªan, que las gallinas se convert¨ªan en culebras, que los hijos son mayores que los padres, que una historia de amor duraba un paseo o que una mujer, do?a Paquita, se aparec¨ªa en los lugares m¨¢s insospechados. Cuerda ya cont¨® en esa pel¨ªcula con rostros que se har¨ªan fundamentales en su obra posterior: Miguel Rell¨¢n, Agust¨ªn Gonz¨¢lez, Luis Ciges¡ junto a nombres ilustres como Jos¨¦ Mar¨ªa Caffarel, Mar¨ªa Luisa Ponte, Manuel Alexandre, Alicia S¨¢nchez, Enriqueta Carballeira o Chus Lampreave.
En?Total, Cuerda arranca su corpus filos¨®fico: la vida no importa?per se sino por la manera en que se encara. En su caso, buen comer, buenos vinos y mucho humor, gran capacidad de re¨ªrse de los absurdos detalles que colorean las existencias humanas. O, como dec¨ªa su creador, que se confesaba seguidor de una prolija lista de autores espa?oles esparcedores de humor,?Total "abri¨® un boquete, una gatera para asomase y abordar una realidad, mental sobre todo, que estaba pidiendo a voces an¨¢lisis, opini¨®n, reacci¨®n. Que se la sobase a modo, vamos". Gregorio Belinch¨®n
Total. Jos¨¦ Luis Cuerda. 1983. La pel¨ªcula est¨¢ disponible en la web de RTVE.
UNA SERIE: Inside n?9
Poco despu¨¦s de que Black Mirror recuperara con ¨¦xito el formato de las antolog¨ªas ¡ªcap¨ªtulos o temporadas con historias autocontenidas y, en muchas ocasiones, reparto diferente¡ª, la BBC se lanz¨® en 2014 a la piscina dando luz verde a esta rareza. Steve Pemberton y Reece Shearsmith ven¨ªan de marcarse otra enorme excentricidad, la casi enfermiza comedia negra Psychoville. Con Inside n?9 se mantienen dentro del humor m¨¢s oscuro pero con un tono m¨¢s accesible para el gran p¨²blico.
Una de las mejores cosas de esta serie es que, cuando comienza un cap¨ªtulo, el espectador nunca sabe a qu¨¦ se va a encontrar durante la siguiente media hora. Suele haber un giro final en la historia, unas veces m¨¢s sorprendente que otras. Tambi¨¦n suelen tener un tono oscuro, inquietante, pero con destellos de humor negro e incluso surrealista. Pueden variar entre el drama, el terror, el suspense y la comedia. Uno de los episodios es mudo. Otro transcurre dentro de un armario. Cualquier cosa es posible, y aparentes nimiedades pueden desembocar en tragedias o situaciones incomprensibles para los personajes quedan explicadas a modo de puzle en el que las piezas solo encajan al final.
Pemberton y Shearsmith, adem¨¢s de firmar los guiones, aparecen en casi todos los episodios. Ellos son el v¨ªnculo entre los episodios. Ellos y el hecho de que cada historia se desarrolle en el interior de un espacio se?alado con el n¨²mero 9. Con puestas en escena casi teatrales y pocos escenarios, la clave de todo est¨¢ los guiones, adem¨¢s de un s¨®lido reparto por el que ha ido pasando la flor y nata de la interpretaci¨®n brit¨¢nica. Natalia Marcos
Inside n?9. Steve Pemberton y Reece Shearsmith. BBC, 2014. Las cinco temporadas de la serie se pueden ver en Filmin.
UN C?MIC: La casa
Parece como si hoy las casas fueran nuestras c¨¢rceles. Encerrados en nuestro confinamiento, vemos esas cuatro paredes como barrotes de una condena de la que no sabemos duraci¨®n. No somos conscientes de lo diferente que puede ser el significado de ¡°casa¡± para el que vive en la comodidad de un barrio privilegiado o en una chabola sin agua ni luz: no siempre la realidad marca que ¡°casa¡± sea sin¨®nimo de ¡°hogar¡±. Porque las casas son muchas cosas: son refugio, como nos record¨® Daniel Torres en La Casa. Cr¨®nica de una conquista, pero otras veces son protagonistas callados y silenciosos de nuestras vidas. Miramos a nuestra familia y vemos a nuestra pareja, nuestros hijos e hijas, nuestras mascotas incluso, olvidando que tambi¨¦n nuestra casa es parte de ella. Para bien o para mal, cada ladrillo, cada pared, cada rinc¨®n, cada habitaci¨®n, cada l¨¢mpara o cada puerta son inm¨®viles compa?eros de nuestro viaje, siempre detr¨¢s nuestro, guardando sin que nos demos cuenta las memorias y los recuerdos. No hacen distinci¨®n de alegres o tristes, solo los almacenan, como fantasmas que est¨¢n siempre ah¨ª sin hacer ruido.
Para Paco Roca, la muerte de su padre signific¨® volver a esa casa de campo de familiar con otra mirada, la que le descubri¨® ese protagonista mudo de la vida de su familia. En La casa, cuenta c¨®mo dialog¨® con los lugares de su pasado, c¨®mo los fantasmas que habitaban aquella vieja casa le trajeron recuerdos olvidados, escondidos en los objetos m¨¢s insignificantes, en los pasillos por los que tantas veces pas¨® sin verlos. La catarsis personal de Paco Roca es un viaje emocional con el que es muy dif¨ªcil no empatizar: nos abre los ojos a ver esas casas en las que estamos encerrados con otra mirada, descubriendo su lento pero firme p¨¢lpito. ?lvaro Pons
La casa, de Paco Roca. Astiberri, 2015. El libro est¨¢ disponible en Todos tus libros, Fnac y Amazon.
UN VIDEOJUEGO: Death Stranding
Cuando Hideo Kojima anuncia un nuevo juego, el mundo tiembla. A final del a?o pasado lleg¨®, tras muchos a?os de espera, Death Stranding, el ¨²ltimo trabajo de uno de los grandes creadores del videojuego, padre de la m¨ªtica saga Metal Gear y querido y odiado a partes iguales. En una ocasi¨®n James Joyce dijo no tener del todo claro de qu¨¦ iba en realidad su Ulises, y algo as¨ª podemos decir nosotros del Death Stranding, del que si bien sus significados ¨²ltimos ¡ªla muerte como un espacio f¨ªsico, las conexiones entre las personas a trav¨¦s del tiempo¡ª son m¨¢s complejos de alcanzar, su nivel de juego b¨¢sico viene que ni pintado para estos d¨ªas: en el juego controlamos a Sam, un repartidor que recorre un mundo vac¨ªo llevando paquetes a las ciudades donde la gente est¨¢ confinada por un gran mal invisible que acecha fuera.
Al juego le reprocharon, adem¨¢s de su desmedida ambici¨®n argumental, el giro en sus mec¨¢nicas ¡ªb¨¢sicamente, se trata de caminar¡ª y el hecho de que tuviera poca acci¨®n. Pero no hay que dejarse enga?ar por las apariencias: la grandeza de este juego exclusivo de PS4 ¡ªen junio saldr¨¢ para Windows¡ª es que consigue que nos importe hacer caminar al personaje, que celebremos la subida a una monta?a o la entrega de cada paquete como un logro personal. Sugerente y prof¨¦tico a partes iguales, nadie gana a Kojima en cuanto a repercusi¨®n se refiere. Jorge Morla
Death Stranding. Kojima, 2015. El videojuego est¨¢ disponible para PS4.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.