Mujercitas en extra?o aislamiento familiar

Protege a tus hijas se presenta, a primera vista, como una ingeniosa variante de Orgullo y prejuicio, de Jane Austen, porque en ¨¦sta de lo que se trata es de evitar a toda costa las posibles bodas de las cuatro hijas solteras y criadas en casa de un matrimonio formado por un reputado autor de novelas policiacas y una mujer delicada y afectuosa con sus hijas, pero a la que no se debe alterar para no afligirla. La variante es s¨®lo un soporte porque, en cuanto al desarrollo de la historia, la novela est¨¢ mucho m¨¢s cerca de otra narraci¨®n familiar: Mujercitas, de Louise May Alcott.

Los Harvey, que viven en un peque?o pueblo no lejos de Londres, han educado a sus cinco hijas en la casa familiar, lejos de cualquier instituci¨®n escolar, salvo la hermana mayor, Pandora, que, misteriosamente, se ha desce?ido de ese apartamiento social y vive en Londres reci¨¦n casada. La extravagancia comienza por sus nombres: Pandora, Thisbe, Morgan y Cressida, impuestos por la madre; el de la menor, Teresa, m¨¢s convencional, le toc¨® elegirlo al padre; ¨¦ste se pasa el d¨ªa en su estudio escribiendo sin parar mientras la madre languidece o pinta acuarelas.

El primer y m¨¢s importante acierto de su autora es entregar la voz narrativa a Morgan, la hermana intermedia llamada as¨ª por Morgan Le Fay, la poderosa hechicera del ciclo art¨²rico. Tal elecci¨®n de autor quiere decir que la historia la conoceremos a trav¨¦s de su mirada y su interpretaci¨®n de los hechos, lo cual permitir¨¢ mantener al lector, y a ella misma por ende, en la intriga respecto al porqu¨¦ de la ins¨®lita forma de vida de los Harvey.

A medida que la novela avanza en compa?¨ªa de las chicas ¡ªo, mejor dicho, de la relaci¨®n de Morgan con ellas y sus padres¡ª, el personaje que verdaderamente se apodera de la novela de manera sinuosa es Grace, la madre, de la que todos est¨¢n pendientes para evitarle cualquier disgusto, pues la afectan intensamente; y el primero de todos, el padre, que manifiesta un grado de adoraci¨®n y preocupaci¨®n por su esposa rayano en la obsesi¨®n, sin que por ello pierda el car¨¢cter protector hacia las cuatro hijas menores, aunque lejos del que su madre recibe. La brutal carta que su padre escribe a Cressida tras haberse fugado de casa y que provoca una espantosa culpabilidad en la chica marca la diferencia.

El segundo acierto de la autora es la creaci¨®n de caracteres. Todos los personajes est¨¢n muy bien construidos, con la excepci¨®n del padre, que es de una sola pieza. Las cinco hijas est¨¢n perfectamente diferenciadas entre s¨ª y construidas al detalle; y no s¨®lo eso: el ambiente, la ¡°atm¨®sfera¡± que generan, es estupenda y recoge admirablemente en su seno a todos y cada uno de los personajes, incluidos los secundarios. Es un relato s¨®lido y consistente. La voz narradora est¨¢ tan bien medida como en esta frase: ¡°Los m¨¦dicos llegaron con una puntualidad despiadada¡±, porque el adjetivo final revela el punto de vista de Morgan, la narradora, pues su mirada es la que domina en todo el texto.

El tercer y definitivo acierto es la presencia de la madre, una presencia que es, a la vez, huidiza y dominadora, lo que la convierte en la figura m¨¢s inquietante y misteriosa del relato, en h¨¢bil equilibrio con la riqueza emocional de las hijas. El modo en que la trama desvela la historia paso a paso, incluida la sorprendente independencia de la hija mayor, Pandora, es mod¨¦lico gracias al muy inteligente uso del punto de vista. Una novela comme il faut, sin alardes, de toda solidez, que muestra un dominio m¨¢s que notable de la narraci¨®n tradicional inglesa del pasado siglo.

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Autora: Diana Tutton.

Traducci¨®n: Miguel Ros

Editorial: Alba, 2020.

Formato: tapa blanda (358 p¨¢ginas, 21 euros).

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