Juan Mayorga: ¡°Echo de menos el teatro sobre todo como espectador¡±
El dramaturgo ha terminado una nueva obra durante el confinamiento: 'La colecci¨®n'
Juan Mayorga me ha hecho llegar sus nuevas obras: inevitable preguntarse si fueron escritas durante el coronavirus. R¨ªe. ¡°No, en realidad soy mucho mas lento de lo que parezco. Lo que pasa es que insisto. La colecci¨®n la he acabado durante el confinamiento, y hay gente que lo relaciona porque sucede en un espacio cerrado. Y tiene una mirada apocal¨ªptica, de reunir objetos como si estuviera a punto de acabarse el mundo. A veces me cuesta mucho encontrar la forma de la funci¨®n. Otras veces, en cambio, tienes suerte y la obra te sale en una noche de insomnio¡±. Con La colecci¨®n tard¨® varios a?os d¨¢ndole vueltas. Surgi¨® a partir de una entrevista que ley¨® un d¨ªa a una pareja de coleccionistas ancianos. Y uno de ellos dec¨ªa: ¡°Es l¨®gico que a nuestra edad y sin hijos, la gente se pregunte por el destino de nuestra colecci¨®n¡±. Tard¨® mucho, me cuenta, en advertir que lo decisivo era el tema de la herencia.
Otra singularidad: Los yugoslavos se public¨® y se puso en escena en Serbia y en Argentina, pero no en Espa?a. Tiene una relaci¨®n especial con ella, y por eso la ha reescrito durante estos d¨ªas. De La colecci¨®n ya hay una nueva versi¨®n ¡°porque tambi¨¦n mantengo una relacion conflictiva, como con otros textos m¨ªos. Yo intento no obedecer a la gente, pero siempre les escucho, incluso a los cr¨ªticos. Mucha gente me revela cosas acerca de las relaciones entre los personajes y las situaciones. Creo que habr¨¢ tiempo para una tercera reescritura. Y hay una traducci¨®n al ingles, y un proyecto para hacerla en Argentina, con Horacio Pe?a y Marcela Ferrad¨¢s (que hicieron una versi¨®n m¨ªa de Fedra, lib¨¦rrima). Y para llevarla al cine. Vaya, que parece que ha interesado. La herencia aparece mucho en mis obras, y me he dado cuenta de que cada vez es m¨¢s importante para m¨ª. O mejor dicho: me importa menos el mundo que estoy viviendo y m¨¢s el que vivir¨¢n mis hijos¡±.
Bautizar a los personajes es muy importante para Mayorga: al matrimonio de La colecci¨®n le ha dado el apellido Gelman, como homenaje al porte?o Juan Gelman, ¡°a qui¨¦n tuve la suerte de leer y de conocer un poco. Sin que se diga nunca, creo que en esa pareja hay algo de jud¨ªos centroeuropeos. Es una obra que querr¨ªa montar¡±.
Al dramaturgo le pill¨® el par¨®n general ensayando un nuevo montaje de La lengua en pedazos, con Clara Sanchis como Teresa y Jes¨²s Noguero en el rol del Inquisidor, ¡°y estamos anhelando que nos den ocasi¨®n de retomar los ensayos y de estrenar. Ser¨ªa probablemente en oto?o, como todo lo que te cuento. Vamos, esos ser¨ªan nuestros deseos. Otra experiencia muy bonita es Silencio, una pieza m¨ªa en la que tengo la suerte de dirigir a Blanca Portillo. Basada en mi discurso de la Academia, que ya escrib¨ª pensando que ten¨ªa una forma teatral, un nervio esc¨¦nico. En el discurso juego con que no soy yo, sino un actor amigo que me interpreta porque lo har¨¢ mejor que yo. Es un homenaje al actor capaz de crear silencios, e incluso capaz de crear belleza a partir de ese silencio imprevisto que es el blanco.
El proyecto de Silencio surgi¨® en el confinamiento. Curiosamente, estos meses se ha hablado mucho del silencio de nuestras ciudades, del valor del silencio. No se trata tan solo de un discurso te¨®rico, sino de una invitaci¨®n a pronunciar el silencio, y a sentirlo juntos en una sala de teatro. Creemos que hoy puede tener un cierto valor¡±.
Mayorga es imparable: me habla de un proyecto cinematogr¨¢fico, Entre los ¨¢rboles, que surgi¨® junto al director Norberto L¨®pez, con los actores que le acompa?aron en El cart¨®grafo, que son la propia Portillo y Jos¨¦ Luis Garc¨ªa P¨¦rez, y junto a Cristina Alarc¨®n: ¡°Con los cuatro apareci¨® la posibilidad de rodar algo en esta situaci¨®n tan extra?a para la gente del audiovisual. Vamos a intentar hacerlo lo antes posible¡±.
Concluye: ¡°Tenemos una cierta impresi¨®n de que no podemos salir de esto de cualquier modo. Que tenemos que obligarnos a ser todav¨ªa m¨¢s exigentes de lo que ¨¦ramos, con muchas ganas y la m¨¢xima excelencia. Tenemos que ofrecerle a la gente algo valioso. Estoy muy de acuerdo contigo cuando escribiste aquella columna donde dec¨ªas lo mucho que echas de menos el teatro: por reencontrarte con la gente. Antes que como dramaturgo o director, yo lo echo de menos como espectador. Ese salir de casa, encontrarte con otros, y de pronto empezar a sentir que desde el escenario te regalan algo. Como dices t¨², hay una compa?¨ªa que te faltaba: teatral y humana. De las muchas palabras bellas de nuestra jerga, quiz¨¢s compa?¨ªa es una de las m¨¢s hermosas. En el teatro nos hacemos todos compa?¨ªa. Somos compa?¨ªa. Y nos falta. Y tenemos que ensayar los abrazos¡±.
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