La m¨²sica que reconforta: el ¡®boom¡¯ de los viejos discos tras el virus
Durante el confinamiento, el fondo de cat¨¢logo de Spotify aument¨® sus reproducciones en un 60% y se organizaron fiestas 'online' para escuchar ¨¢lbumes m¨ªticos. ?Qu¨¦ nos hace regresar a esas canciones?
El 12 de marzo empez¨® a manifestarse en Spotify un peculiar fen¨®meno. Las reproducciones de los 200 temas m¨¢s populares del momento empezaron a bajar. Datos del 16 de abril mostraban que en aquel ¨²ltimo mes, que coincid¨ªa casi exactamente con el arranque del confinamiento en muchos pa¨ªses por la pandemia de la covid-19, los ¨¦xitos recientes hab¨ªan sonado en la plataforma de origen sueco un 28% menos. Aunque es cierto que algunos lanzamientos estaban siendo pospuestos por la crisis sanitaria (Lady Gaga, Adele, Sam Smith) tambi¨¦n es verdad que durante ese periodo vieron la luz nuevas propuestas de artistas como J Balvin, Dua Lipa, The Strokes o Fiona Apple. Mientras, lo que Spotify considera m¨²sica de cat¨¢logo ¨Ctoda aquella que ha sido editada hace m¨¢s de 18 meses¨C aumentaba un 60% su n¨²mero de reproducciones.
De entre los diez discos m¨¢s descargados en iTunes, esta semana se encuentran dos de Adele, Abba, Queen y Bob Marley. Mientras, las listas brit¨¢nicas, tan especiales ellas, mezclaban durante las primeras semanas de confinamiento las novedades de turno con temas rescatados del pasado con motivos humor¨ªsticos, como Don¡¯t Stand So Close To Me ("No te acerques tanto a m¨ª") de The Police o It¡¯s The End of the World As We Know It ("Es el fin del mundo tal y como como lo conocemos") de REM y los cl¨¢sicos para una comuni¨®n cat¨¢rtica en tiempos de incertidumbre, como el Imagine de John Lennon, un tema que solo requiere de un a?o de vendimia regular o la lesi¨®n de un futbolista franquicia para encaramarse a los m¨¢s alto de las listas de nuevo y unir a la gente. ¡°Cuando nos enfrentemos a situaciones de estr¨¦s, tendemos a movernos hacia atr¨¢s, hacia un momento en nuestra vidas en que nos sent¨ªamos seguros y protegidos. Es natural en momentos como los que vivimos ahora¡±, apunta la psicoterapeuta estadounidense Lori Gottlieb en The Atlantic.
La forma en que hemos estado consumiendo m¨²sica durante la etapa m¨¢s dura del confinamiento ha sido distinta a como lo hac¨ªamos antes. Nada de escucharla en el coche. Ni en el metro yendo a trabajar. Nada de hacer de dj en fiestas en casa y, mucho menos, nada de acercarse al dj en bares o discotecas a pedirle algo o a preguntarle qu¨¦ es eso que pincha. En cierto modo, parece que la falta de est¨ªmulos externos ha provocado cierto ensimismamiento y, sobre todo, al retorno a lo conocido. Un estudio de Nielsen con colaboraci¨®n de Billboard y MRC Data se?alaba que un 87% de los encuestados en estas semanas estaban poni¨¦ndose las mismas canciones y discos que estaban escuchando antes. Seg¨²n Emarketer, en abril el n¨²mero de veces que se le pidi¨® a Siri o Alexa que pusieran m¨²sica subi¨® un 34%. Y bueno, a Alexa no se le dice: "Alexa, pon novedades de hip hop de Miami". No. Se le dice: "Alexa, pon a Springsteen".
¡°El elemento emocional de la m¨²sica puede significar un compa?ero en el que confiar cuando debes atravesar universos de confusi¨®n como sucede ahora. Adem¨¢s, tener tus preferencias musicales realmente claras ayuda a formar una identidad fuerte y a sentirse seguro a la hora de mostrarla a los dem¨¢s¡±, he escrito Diane Omigie, psic¨®loga experta en emociones inducidas por la m¨²sica, con respecto no solo a la idea de que los sonidos conocidos y amados en el pasado como acompa?antes ideales, sino a la posibilidad de que cierta certeza con respecto a lo que musicalmente eres pueda ayudarte a recordarte qui¨¦n eres en todo lo dem¨¢s. Tambi¨¦n seg¨²n Omigie, volvemos a esa m¨²sica que nos gustaba de adolescentes, porque es justo en ese momento de nuestras vidas en que sentimos que estamos construy¨¦ndonos como personas. ¡°Esos grupos que escuch¨¢bamos entonces nos provocan reacciones hormonales y nos recuerdan qui¨¦nes somos, qu¨¦ valores tenemos, qu¨¦ necesidades, qu¨¦ anhelos¡±. En cualquier otro contexto volver a poner aquel grupo que adorabas en el colegio pero ahora ya, digamos, no tanto, podr¨ªa conducir a preguntas inc¨®modas y algo de arrepentimiento. Ahora, en la intimidad del confinamiento, volver a lo que te gustaba es una actividad de riesgo cero y placer infinito.
Uno de los artistas que mejor ha entendido este fen¨®meno durante estas semanas ha sido Tim Burgess, l¨ªder de la banda independiente de Manchester The Charlatans. Seg¨²n cuenta, tras intentar escribir una canci¨®n titulada L¨¢vate las manos, decidi¨® dejar la guitarra de lado y organizar escuchas diarias de discos a trav¨¦s de su cuenta de Twitter (#timstwitterlisteningparties) de 21.00 a 22.00, y con uno de los responsables de la obra comentando los temas. Destinado a ese p¨²blico que podr¨ªa tener los ¨¢lbumes de su banda entre su colecci¨®n, el vocalista ha puesto largos de Ride, Blur, Oasis, Aztec Camera o Beth Orton. La idea es que t¨² en tu casa te est¨¢s poniendo esas canciones a la vez que ¨¦l las anuncia y los invitados las comentan en sus tuits. ¡°La gente tiene m¨¢s tiempo ahora. Y tanto m¨²sicos como oyentes se sienten felices de poder volver escuchar ¨¢lbumes enteros¡±, comentaba Burgess en un reciente art¨ªculo en The Guardian. El mancuniano se ha convertido en estas semanas en una especie de catalizador de la nostalgia. Bueno, y tambi¨¦n de la autopromoci¨®n: el 22 de mayo lanzaba I love the new sky, su nuevo disco. La nostalgia es necesidad, y toda necesidad, tarde o temprano, se convierte en negocio.
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