Trenes rigurosamente evocados

Mauricio Wiesenthal (Barcelona, 1943) es un escritor que desde los m¨¢rgenes de lo popular (libros gu¨ªas, biograf¨ªas literarias, manuales de enolog¨ªa¡­) ha accedido a un territorio literario propio y con lectores. No est¨¢ de m¨¢s recordar que su asentamiento en editoriales como Acantilado o Edhasa lo fue por la apuesta editora de rigor seguida por el boca a boca de lectores, como sucedi¨® con Libro de r¨¦quiems (2004). Lectores que se toparon con una fragancia que no hab¨ªan encontrado en ning¨²n otro autor espa?ol.

Escritor trotamundos, dandi con m¨¢s ganas de compartir que de epatar que utiliza sus libros para defender, sin complejos ni mala conciencia, con pasi¨®n, la cultura europea hasta la II Guerra Mundial. Biograf¨ªa y cuaderno de viajes son los instrumentos b¨¢sicos de Wiesenthal, que, a veces, se relame los bigotes, glot¨®n, pero que es un gato al que nunca matar¨¢ el exceso de curiosidad, algo que sus lectores le agradecer¨¢n siempre. Como tambi¨¦n agradecen cuando se enoja contra la vulgaridad y lo zafio, el imperialismo USA, las dictaduras, los turistas o las prisas sin convertirlo nunca en farsa o parodia. Sus libros ¡ªy este es una prueba m¨¢s de ello¡ª est¨¢n siempre muy trabajados, de fuerte fragancia nost¨¢lgica, piezas del espejo roto de lo europeo. Los construye desde una observaci¨®n sensual de los detalles y con plan de estudios de tres o cuatro generaciones atr¨¢s. La biograf¨ªa del personaje hist¨®rico como Piedra Rosetta del alma del biografiado, lo vivido como marca interpretativa de la obra pict¨®rica, literaria o como monarca. En otro autor ya no dar¨ªas cr¨¦dito a esa propuesta. En este caso, su entusiasmo es tan genuino que se lo entregas sin dudar.

En esta ocasi¨®n, Wiesenthal ha reescrito y expandido un libro suyo de juventud ¡ªLa belle ¨¦poque del Orient-Express (1979)¡ª sobre el m¨¢s rom¨¢ntico y lujoso de los trenes. De Par¨ªs-Londres a Estambul. Aquel libro rese?aba los aspectos que se establecieron entre ¨¦poca y tren nacido con vocaci¨®n de unidad, construido tanto para expandir el comercio como para dinamitar fronteras, rencillas y odios entre pueblos y naciones. El amor a los trenes, al lujo y la belleza, a la vida bohemia o artesanal, a ritmo de tren, estaciones como despedidas y ventanas como promesas de futuro. El escritor aplica su f¨®rmula habitual: el uso de autor como personaje que ha ido detr¨¢s de cualquier cosa, ha estado en muchos sitios y escuch¨® con atenci¨®n a los que estuvieron en lugares o conocieron a personajes que ya no est¨¢n. Hay en Orient-Express datos, erudici¨®n, una prosa especiada que a veces nos hace crujir los dientes ante el derrape hacia lo almibarado. Con buen criterio y mejor oficio, en determinado momento se desarrolla una estructura novelesca que nos lleva a convivir con media docena de pasajeros en un tren, un placer demod¨¦ de novela que leemos con agrado, que el escritor utiliza para seguir cubriendo aspectos de una curiosidad que, en casi 400 p¨¢ginas, ya est¨¢ saciada. Todo reafirmando la sugestiva idea de que las dimensiones de nuestro continente nos hacen sensibles al detalle. Wiesenthal juega sus cartas y nos sigue haciendo sufrir con su relaci¨®n con una hermosa mujer, Tatiana, exceso de r¨¦plicas wildeanas. Pero nuestro dandi favorito no derrapa finalmente, sino que se da el lujo de terminar la novela con un tiro entre las cejas y con toda la vajilla intacta.

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Autor: Mauricio Wiesenthal.

Editorial: Acantilado, 2020.

Formato: tapa blanda (384 p¨¢ginas, 22 euros).

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