El perd¨®n y la esperanza
'La carretera de la costa' no fue escrita con la pretensi¨®n de quedar en el imaginario est¨¦tico de sus lectores, s¨ª en su imaginario hist¨®rico m¨¢s reciente
Un 16 de mayo de 1980, la banda terrorista ETA asesina al empresario Ceferino Pe?a. Lo hace delante de su hija de tres a?os. A los pocos d¨ªas, ETA emite un comunicado donde dice que el atentado fue un error. Pide perd¨®n a la familia y tambi¨¦n ¡°comprensi¨®n ante este error que se inscribe en el contexto general de opresi¨®n y explotaci¨®n¡±. Dicho comunicado promete que no se equivocar¨¢n m¨¢s, una manera de decir que sus cr¨ªmenes estar¨¢n mejor seleccionados.
Este es el verdadero contexto pol¨ªtico y social en que el novelista, poeta y editor vasco Kepa Murua sit¨²a su novela La carretera de la costa. En la contraportada se habla de ¡°perd¨®n y esperanza¡±. Y es cierto, aunque no de olvido. No se olvidan as¨ª como as¨ª 855 v¨ªctimas. Y perdonar tampoco creo que sea muy f¨¢cil de lograr. Otra cosa es comprender por qu¨¦ ha pasado lo que ha pasado en el Pa¨ªs Vasco. Hannah Arendt nos ense?¨® que comprenderlo todo no es perdonarlo todo. Pero Kepa Murua est¨¢ en su derecho a intentarlo. Tambi¨¦n, sobre ese perd¨®n, a no perder la esperanza de que esa tragedia no se repita. Kepa Murua denuncia la ideolog¨ªa homicida que sustentaba esos asesinatos. Pero no esconde la maquinaria represiva que el Estado instrument¨® a trav¨¦s de sus fuerzas de seguridad, fundamentalmente la Guardia Civil. La novela se articula como un relato destinado a la hija de Ceferino Pe?a. Y en ese cometido mantiene la eficacia emocional que una historia de estas caracter¨ªsticas debe poseer. Sin embargo, algunas cosas no funcionan. Pasajes que se acercan m¨¢s al lenguaje de las cr¨®nicas period¨ªsticas o las reflexiones en los espacios de opini¨®n. Y un dato que me ha desconcertado. Cuando el relato comienza, su padre vive ¡°aunque muy viejo¡±. Y cuatro p¨¢ginas m¨¢s adelante, una deficiente redacci¨®n hace que el mismo padre se nos presente como asesinado hac¨ªa ya a?os.
Me parece que La carretera de la costa no fue escrita con la pretensi¨®n de quedar en el imaginario est¨¦tico de sus lectores, s¨ª en su imaginario hist¨®rico m¨¢s reciente. Por eso duele tanto a veces su lectura.
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