Las ¡®streaming wars¡¯ agrietan la Batcueva
Una brutal reestructuraci¨®n de DC Comics manifiesta la definitiva naturaleza transmedia de los gigantes del entretenimiento
No hace mucho, all¨¢ por noviembre de 2017, Paul Levitz, uno de los editores jefes de DC m¨¢s respetados de la historia del noveno arte, nos dejaba en Ka-Boom la siguiente cita:
"Como en todo en la vida, hay dos caras de la moneda. La cara es que hay m¨¢s inversi¨®n que nunca en el mundo del c¨®mic. As¨ª que tienes a m¨¢s guionistas y dibujantes a los que les est¨¢n pagando decentemente por hacer su trabajo o que pueden aspirar a que, en alg¨²n momento, les pagar¨¢n decentemente por su sacrificio. Esto crea muchas posibilidades. La cruz es ese peligro de que las grandes compa?¨ªas se aburran y desenchufen el flujo de dinero, provocando la explosi¨®n de una burbuja en el sector. Ese peligro, ciertamente, existe".
Me permito romper la disciplina de partido, por as¨ª decirlo, para poner esa frase en negrita. Es la frase que m¨¢s me ha hecho reflexionar, y no solo cuando pienso en vi?etas. Es la frase que me ha permitido comprender, en lo que mi conocer abarca, la situaci¨®n presente de las industrias culturales y adonde se encamina su futuro.
En dos semanas, hemos vivido la encarnaci¨®n de ese peligro con las dos caras de la moneda manifest¨¢ndose a la vez, en remedo del gato de Schr?dinger que est¨¢ y no est¨¢ vivo a un tiempo. Ayer, un espectacular evento, interesant¨ªsimo, a pesar de lo marketiniano, titulado DC Fandome nos dio horas y horas de entretenimiento para ver ad¨®nde va la casa de Superman, Batman, Wonder-Woman y c¨ªa en todas las cabezas de su hidra narrativa. Pero es que apenas una semana antes nos enter¨¢bamos de que un tsunami, que ya tardaba en arrasar todo el tinglado de Warner Bros, se manifestaba al fin. Cientos de empleos se perd¨ªan en una brutal reestructuraci¨®n que afectaba, principalmente, a DC Comics y muy en concreto a su divisi¨®n streaming. El 20% de su plantilla despedida.?
Hay mucha tela que cortar en este doble-pensar que cada vez vemos m¨¢s com¨²n. Ya lo vimos cuando Activision anunci¨® r¨¦cord de beneficios y a la vez despidos masivos. Y lo seguiremos viendo porque vivimos un momento de m¨¢xima tensi¨®n tect¨®nica en todas las industrias culturales y, muy especialmente, entre los que van en cabeza de carrera. El covid ha sido el pistoletazo definitivo al principio del fin. Que es tambi¨¦n, evidentemente, un nuevo comienzo.
"A¨²n seguimos en el negocio de hacer c¨®mic". Esa declaraci¨®n, con la que titulaba Heat Vision (el brazo pop de Hollywood Reporter) su entrevista a Jim Lee, el comandante actual de DC, resume mucho m¨¢s de lo que probablemente Lee quer¨ªa. La palabra clave es "a¨²n". El caso es que en un evento como el de ayer las cabezas de cartel no ten¨ªan vi?etas por ninguna parte: dos enormes videojuegos, un h¨ªbrido entre miniserie y pel¨ªcula nacido del empe?o del f¨¢ndom (el Snyder Cut de Justice League) y, por supuesto, lo nuevo de Batman acaparaban el cartel. Entremedias, much¨ªsimos paneles interesant¨ªsimos en los que, s¨ª, hay c¨®mic. Por ejemplo, en el tremendo anuncio, tremendo para quien tiene verdadero inter¨¦s por el c¨®mic, del retorno de Milestone, la l¨ªnea de superh¨¦roes negros que alcanz¨® el status de mito all¨¢ por los 90 y que parece un empe?o personal de Jim Lee por conseguir ese DC inclusivo y diverso que se pueda enfrentar a la todopoderosa Marvel.
Pero los cabezas de cartel son estos personajes, nacidos de las vi?etas, lejos, muy lejos de su matriz original.
Vuelvo a esa entrevista con Paul Levitz, de la que sacamos siete perlas all¨¢ por noviembre de 2017. Y vuelvo a permitirme una negrita:
"El caso es que ahora, m¨¢s que nunca, nos lee un mayor n¨²mero de gente y con mayor diversidad. Si nos ganamos a esos lectores que est¨¢n ah¨ª, si hacemos que no quieran abandonarnos, resistiremos a una futura burbuja de p¨¦rdida de inter¨¦s de las multinacionales. Los tebeos de Superman, Batman o Spider-Man no creo que vayan a desaparecer. Incluso si una multinacional se aburre, sabe que si licencia estos personajes va a ganar un mont¨®n de pasta. La verdadera pregunta es, ?retienes a los lectores? Porque si los retienes es cuando tienes un negocio sano. Los lectores nos mantienen con vida".
El caso es que el c¨®mic se enfrenta, definitivamente, a la propia irrelevancia de su papel en la mayor racha de ¨¦xito de un g¨¦nero en la historia de la narrativa. Se ha profetizado, tambi¨¦n en este peri¨®dico, de que pronto deb¨ªa llegarle la hora, sufrir el mismo destino que el W¨¦stern. Parece cada vez m¨¢s dif¨ªcil que algo as¨ª ocurra en las d¨¦cadas por venir, m¨¢xime con los desaf¨ªos colosales que enfrentaremos como especie y que precisar¨¢n de evasiones igualmente tit¨¢nicas.
Pero lo que est¨¢ claro es que el c¨®mic precisa, urgentemente, recalcar que es en ¨¦l donde se fragua el futuro y no como (valga la redundancia) futuro mapa para un ¨¦xito en otro medio. Sino como el campo de experimentaci¨®n m¨¢s salvaje, valiente y deslumbrante del pasado siglo, el que nos dio, precisamente desde DC luminarias como Alan Moore, Neil Gaiman o Grant Morrison. Que eso siga siendo as¨ª pasa por los lectores. Irremediablemente. Por su entusiasmo.
Un atisbo de lo m¨¢s interesante de esa lucha, que no me cabe duda que Jim Lee librar¨¢, entre otros, con formidable denuedo, se hallaba en su entrevista con Heat Vision:
"Queremos asociarnos con creativos en diversos territorios y crear historias que se sientan aut¨¦nticas para sus mecados con personajes que puedan abrazar como propios."
Pero tambi¨¦n, en la misma entrevista:
"No creo que quieran [el gigante tecnol¨®gico AT&T, due?a de Warner Bros, HBO y DC Universe] que paremos de publicar c¨®mics [...]. ?Por qu¨¦ querr¨ªan? ?Por qu¨¦ querr¨ªan parar de crear un contenido estupendo que puede ser usado para el gran plan?"
Y en una frase Lee recalca el rol servil que ocupa el tebeo en este momento a pesar de ser origen de semejante imperio cultural. Contra ese rol le tocar¨¢ luchar a ¨¦l y a todos los que como ¨¦l aman el noveno arte.?
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