Yo, Petra Delicado
Alicia Gim¨¦nez Bartlett pone a su ruda detective a escribir sus memorias y el resultado es una radiograf¨ªa de la situaci¨®n de la mujer en Espa?a ¡°que ha cambiado much¨ªsimo en muy poco tiempo¡±
![Laura Fern¨¢ndez](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F5ec202de-3daf-43ac-86a3-7b759129e20c.png?auth=375fcf453f4ca86fc061e724d5a093a4a297632e6f8464f57650c19a735954a9&width=100&height=100&smart=true)
![La escritora Alicia Gim¨¦nez Bartlett, este septiembre, en Barcelona.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/EWC5UJSJWKAL3RPRGCYLYHIYN4.jpg?auth=498c1cdd84d4b2f6010c413984c72e983599a7970d2f3849bea78da55b94b704&width=414)
Alicia Gim¨¦nez Bartlett (Almansa, 69 a?os) nunca pens¨® que un d¨ªa pondr¨ªa a Petra Delicado a escribir sus memorias. ?Puede hacerse siquiera algo as¨ª? ?Lo ha hecho alguien antes? Petra Delicado, su a ratos ruda y cabezota detective, a ratos tambi¨¦n, compasiva y vulnerable, siempre, en cualquier caso, asocial e independiente, ha ido dibuj¨¢ndose, a trazo m¨¢s o menos grueso, de fondo, mientras trabajaba en cada uno de los casos que la autora ha puesto en su camino. Cuanta menos historia ten¨ªa a sus espaldas, m¨¢s sencillo era todo. ¡°Si necesitaba que tuviese una hermana, me la inventaba¡±, recuerda Gim¨¦nez Bartlett. ¡°Nunca pens¨¦ en la vida de Petra en s¨ª, me bastaba con pensar en las circunstancias hist¨®ricas de su edad¡±, confiesa la escritora. Hasta que ocurri¨® lo que ocurri¨®.
¡°Oh, de repente cada vez era m¨¢s frecuente encontrarme con lectores que me dec¨ªan que la aut¨¦ntica Petra no habr¨ªa hecho esto o aquello, y yo me preguntaba ?la aut¨¦ntica Petra? ?Qui¨¦n es la aut¨¦ntica Petra? ?No la he creado yo? ?Acaso no la conozco?¡±. Gim¨¦nez Bartlett debe sonre¨ªr bajo la mascarilla quir¨²rgica porque sus ojos lo hacen. Es un d¨ªa de finales de septiembre en Barcelona. ¡°Supongo que entonces empez¨® a rondarme la idea de darle una vida¡±, dice. En realidad, la vida se la dio Petra a s¨ª misma, porque lo que parece que haya hecho la autora es tenderle un pu?ado de libretas a su personaje y pedirle que escriba sus memorias. En sentido figurado, por supuesto. Pero uno altamente cre¨ªble. Al inicio de Sin muertos (Destino) Petra toma la palabra para decir que lo que leeremos a continuaci¨®n es un inventario de sus recuerdos.
Para ello, para poner orden en su pasado ¡°a fin de retomar las riendas del presente¡±, esto es, las riendas de su tercer matrimonio, su matrimonio con Marcos, el arquitecto por el que ha renunciado a su preciada soledad, y por el que incluso est¨¢ probando, a ratos, a ser madre postiza ¨C la de sus tres hijos ¨C, se instala Petra en un convento de monjas en Galicia, desde el que rememora su tierna infancia ¨C en la que fue demasiado querida para su gusto ¨C, su lugar como oveja negra de la familia ¨C sus otras dos hermanas condicionadas para bien o para mal por lo que su madre pensaba de ellas ¨C, su relaci¨®n no del todo convulsa con su madre ¨C terror¨ªfica contadora de historias, y sobre todo, jueza ¨C y hasta la raz¨®n por la que la expulsaron de la escuela de monjas.
Inevitablemente, admite la autora, su vida se ha ido entretejiendo con la de la detective, o m¨¢s bien, le ha prestado algunos de sus recuerdos. ¡°En especial, toda la parte del colegio de monjas. Pr¨¢cticamente todo lo que cuento es algo que recuerdo haber vivido, desde la monja que iba a todas partes con una estufa hasta el motivo de la expulsi¨®n del colegio¡±, confiesta, en voz muy baja. El motivo es tan delirante que solo puede ser cierto. A Petra la hacen directora de un peri¨®dico mural en el centro. En el mes de mayo, decide dedicar su n¨²mero a la primavera. Y a una de las monjas no le sienta nada bien que no se hable de Mar¨ªa en su propio mes, as¨ª que la directora de la escuela llama a los padres de Petra y les dice que est¨¢ expulsada. ¡°Eso ocurri¨® exactamente como lo cuento¡±, repite.
M¨¢s dif¨ªcil fue justificar el cambio de rumbo que tom¨® su vida ¨C la vida de Petra ¨C cuando ya la ten¨ªa pr¨¢cticamente hecha. Petra va a la universidad y se enamora perdidamente de un aspirante a abogado, Hugo, por el que estudia Derecho y con el que acaba montando un despacho que va estupendamente. Pero ella lo aborrece. ¡°La situaci¨®n de la mujer en Espa?a ha cambiado much¨ªsimo en muy poco tiempo. Petra, al principio, se deja llevar porque est¨¢ dividida, como las mujeres de su generaci¨®n, entre las ense?anzas franquistas y religiosas, y esos nuevos tiempos que prometen y exigen libertad, pero una libertad que no sabe c¨®mo encajar. Es cierto que a¨²n no hemos alcanzado lo que queremos, pero si echas un vistazo atr¨¢s, es brutal lo r¨¢pido que se ha avanzado en Espa?a¡±, dice.
Y lo dice porque, en buena parte, como ocurre en las novelas de la serie, Petra se define tambi¨¦n y sobre todo por sus circunstancias. Cuando rompe con Hugo rompe con todo, tambi¨¦n con esa vida que el pasado le ped¨ªa que llevase. Y es esa lucha la que la mantiene en pie, pero a la vez la que la convierte en un personaje contradictorio. Quiere lo que tiene pero tambi¨¦n lo que nunca tendr¨¢. Y ah¨ª se apoya la escritora para lanzarla a la polic¨ªa. ¡°?C¨®mo iba a hacer que quisiese meterse a polic¨ªa? Ten¨ªa la vida hecha, ?por qu¨¦ iba a dejarlo todo? Nunca tuvo vocaci¨®n, simplemente la idea apareci¨® un d¨ªa, y se lanz¨®. Petra es una mujer pasional, de decisiones violentas, impulsiva, as¨ª que ?por qu¨¦ no? A veces no sabemos exactamente por qu¨¦ hacemos lo que hacemos¡±, argumenta la escritora.
Me aterroriza hacia d¨®nde va la novela negra con todas esas torturas y esa violencia extrema Alicia Gim¨¦nez Bartlett
Todo lo que narra sobre su formaci¨®n como polic¨ªa en ?vila ¨C la ciudad de Espa?a en la que est¨¢ la academia de polic¨ªa ¨C est¨¢ tambi¨¦n exhaustivamente documentado. ¡°Habl¨¦ con una polic¨ªa que tiene la edad de Petra y lo que me cont¨® de su formaci¨®n es lo que cuento en la novela¡±, dice. Por ejemplo, que solo hab¨ªa nueve mujeres por aquel entonces en la academia, que dispon¨ªan de dos pabellones para ellas solas, y que casi todas eran familia de polic¨ªas o guardias civiles, y segu¨ªan la tradici¨®n familiar. ¡°Toda vida contiene material narrativo, lo ¨²nico que hace el escritor es elegir con cu¨¢l se queda. Hay muchas vidas dentro de una vida. Cada lector ha construido su propia Petra, y ahora va a conocer a la aut¨¦ntica¡±, a?ade.
?Y tantos con ella no han hecho que le caiga un poco mal, como le ca¨ªa mal a Agatha Christie Poirot? ¡°No, qu¨¦ va. Siempre que escribo un libro de Petra me reencuentro con una amiga. Creo que la clave est¨¢ en no dedicar tu vida solo a eso. Yo escribo otros libros, y me tomo mis descansos¡±, contesta. Precisamente, Petra naci¨® en uno de esos descansos. ¡°Acababa de escribir un libro muy sesudo sobre la relaci¨®n de Virginia Woolf con su cocinera ¨C que, por cierto, se reeditar¨¢ a principios de 2021 ¨C, y me apetec¨ªa divertirme, y me dije ?por qu¨¦ no probar con una detective? Solo dos mujeres en Espa?a hab¨ªan escrito entonces libros protagonizados por detectives mujeres, y estaba harta de verlas hacer de v¨ªctimas o personajes secundarios¡±, cuenta.
Para Gim¨¦nez Bartlett la novela negra ¡°es un juego¡±. Lo ha sido desde el principio. Un divertimento. El humor siempre debe estar presente de alguna forma. ¡°La novela negra escandinava me aterroriz¨® un poco, en ese sentido, porque se tomaba demasiado en serio a s¨ª misma, pero me aterroriza m¨¢s lo que ha venido despu¨¦s, hacia d¨®nde va la novela negra con todas esas torturas y esa violencia extrema y gratuita que no encuentro necesaria. Me parece excesivo¡±. Tambi¨¦n cree que, pese a todos los avances, la mujer sigue siendo mayoritariamente la v¨ªctima a¨²n, tambi¨¦n en la ficci¨®n. ¡°Pero supongo que es inevitable, la realidad no deja de decirnos que eso sigue siendo as¨ª, y la ficci¨®n es un reflejo del mundo¡±, dice tambi¨¦n.
Babelia
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