La muerte del clich¨¦ femenino en la novela negra
Las mujeres revolucionan el g¨¦nero y salen de los roles que las reclu¨ªan en los papeles de v¨ªctima, psic¨®pata, esposa o mujer fatal
Zoe Bennett, restauradora de arte, se ve envuelta en un robo de joyas en el museo en el que trabaja. Ha sido enga?ada pero reacciona y va a por quienes le han arruinado la vida. No es una mujer fatal, ni una psic¨®pata, no est¨¢ deprimida y se encuentra lejos de ser una v¨ªctima, como demuestra todo lo que sigue despu¨¦s en Una bala con mi nombre (Susana Rodr¨ªguez, Harper Collins), uno de los m¨²ltiples ejemplos que hay ahora en las librer¨ªas de que algo est¨¢ cambiando en la novela negra. Siempre ha habido grandes escritoras en el g¨¦nero. Adem¨¢s, las mujeres leen mucho m¨¢s y son la mayor parte del p¨²blico de los festivales. Pero en la ficci¨®n han tardado en estar representadas m¨¢s all¨¢ de ciertos clich¨¦s. Un grupo de escritoras han dado un giro a todo esto. Hablamos con algunas de ellas para explicar qu¨¦ ha evolucionado y cu¨¢nto camino queda por recorrer.
Las protagonistas femeninas que son problem¨¢ticas lo son porque son neur¨®ticas, psic¨®patas o fr¨¢giles. Si un personaje masculino es problem¨¢tico, sin embargo, se le presenta con un rebelde
Tana French
Una sencilla escena explica la fuerza de una tendencia predominante durante d¨¦cadas. La novela negra moderna en Europa se funda en 1965 con el hallazgo del cad¨¢ver de una mujer en lago Vattern, en Suecia. Mujer y v¨ªctima. Su nombre, Rosseana, da t¨ªtulo a la primera novela de Maj Sj?wall y Perr Wahl??, pareja de escritores que refundan el canon y colocan la ficci¨®n criminal n¨®rdica en el centro del mapa. El investigador, Martin Beck, y los sospechosos son los hombres en torno a los que gira la trama. Representantes de la novela m¨¢s social, ecologista y cr¨ªtica con el sistema, Sj?wall y Wahl?? son poco sospechosos de no tener en cuenta a la mujer. Simplemente, era as¨ª. ¡°Los estereotipos de mujeres en la novela negra son terribles: prostitutas redimidas, mujeres fatales, incitadoras al crimen, v¨ªctimas, esposas de polic¨ªas... una galer¨ªa bastante funesta¡±, comenta Alicia Gim¨¦nez-Bartlett, creadora de Petra Delicado, una polic¨ªa nacional que hizo estragos en los c¨¢nones del g¨¦nero a mediados de los noventa. ¡°Hubo reacciones variopintas. Las cr¨ªticas m¨¢s acerbas vinieron de parte de las mujeres. Pensaban que una mujer deb¨ªa aportar sus valores ¡®femeninos¡¯ al g¨¦nero¡±, rememora.
Si este verano ha tenido entre manos una novela del g¨¦nero m¨¢s le¨ªdo de Espa?a puede que responda a esta situaci¨®n que empezaron a romper a principios de los ochenta mujeres como Sue Grafton con su simple, solo en apariencia, Kinsey Millhone. Por supuesto que hay mujeres a uno y otro lado de la ficci¨®n criminal, aunque muchas veces firmen con iniciales para eludir prejuicios, otras la mujer en la ventana o en el tren (convertida en chica en el t¨ªtulo) hayan sido m¨¢s reclamos de una moda iniciada por la poderosa novela de Gillian Flynn Perdida (Gone Girl en ingl¨¦s) que verdaderas expresiones de personajes femeninos aut¨¦nticos. ¡°La novela negra es muy dada a mostrar mujeres problem¨¢ticas de una manera u otra. El drama es que la mayor parte del tiempo esto est¨¢ expresado como el resultado de un fallo interior. Las protagonistas femeninas que son problem¨¢ticas lo son porque son neur¨®ticas, psic¨®patas o fr¨¢giles. Cuando un protagonista masculino es problem¨¢tico, sin embargo, se le presenta con un rebelde lleno de determinaci¨®n que no est¨¢ a gusto con el mundo que le rodea. El problema est¨¢ en el exterior, no dentro de ellos¡±, argumenta la irlandesa Tana French, considerada como una de las grandes escritoras del g¨¦nero actual gracias a novelas como Intrusi¨®n (ADN) un duro retrato del acoso psicol¨®gico y los traumas que puede vivir una agente en un departamento de polic¨ªa.
Cuarenta a?os despu¨¦s de que Sj?wall y Wahl?? cambiaran las reglas del g¨¦nero en Europa, otro sueco dar¨ªa el asalto definitivo al trono de la ficci¨®n criminal. La diferencia es que Stieg Larsson puso en 2005 en el centro de su saga Millenium a una mujer distinta a todo lo que se hab¨ªa visto hasta ahora. ¡°Si Sherlock Holmes es el personaje del siglo XIX, Lisbeth Salander es el gran personaje del siglo XXI. Es el m¨¢s original, potente y extra?o de todos. Y el m¨¢s imitado¡±, afirma Paco Camarasa en Sangre en los estantes (Destino). ¡°El g¨¦nero negro necesita de grandes personajes femeninas, cabe recordar que se apuesta poco, pero salen grandes mujeres a los dos lados de la ley, qui¨¦n no recuerda a Lisbeth Salander, un personaje brutal¡±, redunda el librero Miguel ?ngel D¨ªaz. El impulso, sin embargo, se diluy¨® por el poder del clich¨¦, de la mujer fatal -la propia Salander pierde su fuerza en las continuaciones escritas por David Lagercrantz- del negocio de la imitaci¨®n.?
Los estereotipos de mujeres en la novela negra son terribles: prostitutas redimidas, mujeres fatales, v¨ªctimas, esposas de polic¨ªas... una galer¨ªa bastante funesta
Alicia Gim¨¦nez- Bartlett
En este juego de idas y venidas, tambi¨¦n ha habido avances. En espa?ol, por ejemplo, la argentina Claudia Pi?eiro ha conseguido lectores, reconocimiento y premios (el ¨²ltimo, el Pepe Carvalho de la BCNegra) con personajes femeninos poderosos, diferentes, que pueden sacar los colores al lector masculino. Ella lo tiene claro. ¡°Para que sea veros¨ªmil una mujer tiene que ser distinta a lo que se mostraba antes, porque la mujer cambi¨®. Hacer discurrir una novela policial en el siglo XXI y no hacerse cargo de un cambio hist¨®rico de un movimiento de mujeres potente que sale a la calle para pelear por sus derechos y pedir que no las maten ser¨ªa no atender a algo muy importante en la novela negra, que es la verosimilitud¡±.?
La Petra Delicado de Gim¨¦nez Bartlett ha visto c¨®mo otra polic¨ªa, la comisaria Mar¨ªa Ruiz, ha cogido en estos tiempos el testigo lanzado por ella cuando todav¨ªa exist¨ªa la peseta. ¡°Ruiz ciertamente avanza sin reparar en reglas, en las miradas que la cuestionan o la condenan. Afronta la censura de alg¨²n superior, el paternalismo de los compa?eros y sobre todo esa cultura densa y pesada que hemos vivido las generaciones que nos hemos visto obligadas a demostrar siempre su eficiencia. No quiere actuar como un hombre y no act¨²a como tal¡±, comenta su creadora, Berna Gonz¨¢lez Harbour.
El papel de v¨ªctima es el que m¨¢s solivianta. La estadounidense Rene Denfeld es una de las autoras m¨¢s activas en este debate. De or¨ªgenes muy humildes, v¨ªctima ella misma en su juventud, la autora de The Child Finder (Harper Collins) trabaja ahora como investigadora oficial en relaci¨®n directa con el lado m¨¢s d¨¦bil de cada historia. ¡°Soy muy consciente de c¨®mo se representa a las v¨ªctimas. Tradicionalmente han sido gentes con antecedentes como los m¨ªos (muy pobre, en el lado equivocado de la vida) y se nos niega la humanidad. Solo aparecemos para ser violadas. As¨ª que quer¨ªa que mis v¨ªctimas en la ficci¨®n fueran m¨¢s que v¨ªctimas. Como los protagonistas, ellas son seres humanos completos. Y hago lo mismo con los criminales¡±, explica. Puede que ah¨ª est¨¦ la soluci¨®n. French ampl¨ªa el foco. ¡°Necesitamos los dos ¨¢ngulos si pretendemos cambiar el papel que juegan las mujeres. No podemos obviar la discriminaci¨®n que sufre la mujer, pero hay que tener claro que las mujeres antes de nada son personas y que las situaciones que afrontan a menudo est¨¢n definidas por lo que son como individuos y no solo por su condici¨®n de g¨¦nero¡±.
Las se?ales de cambio vienen de los lugares m¨¢s varipintos. En Esta tormenta, la nueva novela de James Ellroy, el rey del noir m¨¢s duro, el amante de los polic¨ªas corruptos , violentos y adictos al sexo regala al lector dos personajes femeninos fuera de cualquier canon, inolvidables. "El objetivo de mis libros est¨¢ en alg¨²n lugar entre el plexo solar y, bueno, la parte superior del muslo¡±, gustaba decir Ian Fleming, creador de James Bond, el agente OO7, h¨¦roe masculino y macho por excelencia, cuando daba consejos a futuros escritores, hombres todos ellos, porque la novela negra, policial, de esp¨ªas o criminal fue durante mucho tiempo y casi en exclusiva su coto privado y el de sus personajes y actitudes. Ahora que la actriz brit¨¢nica Lashana Lynch va a protagonizar la entrega 25 de OO7, Fleming y alguno m¨¢s estar¨¢n revolvi¨¦ndose en su tumba.
El poder del prejuicio se desvanece
Hombres, h¨¦roes, poder y dinero, violencia y corrupci¨®n, polic¨ªas alcoh¨®licos, divorciados, problem¨¢ticos y en ocasiones mis¨®ginos y mujeres en un plano secundario. "El g¨¦nero negro ha sido eminentemente machista. Las mujeres en la novela negra han estado condenadas a ser tontas rendidas ante el detective o ante el villano, objetos de deseo entregadas normalmente al amante equivocado, malvadas o v¨ªctimas necesitadas de salvaci¨®n. Eran las cuatro opciones del t¨®pico y se ha tardado mucho en empezar a ser desafiado por nuevas creaciones, nuevos personajes y nuevos autores", apunta Gonz¨¢lez Harbour. "Creo que en la ficci¨®n cierta gente asume que un libro escrito por un hombre es una profunda exploraci¨®n de la condici¨®n humana mientras que el mismo tipo de libro escrito por una mujer es un ejemplo trivial de la nada. Y sin embargo creo que la ficci¨®n criminal es m¨¢s igualitaria que otros g¨¦neros", comenta French dando paso al optimismo. "Hay grandes escritoras de novela negra pero la atenci¨®n mayoritaria va dirigida a los hombres. Los escritores son tomados m¨¢s en serio que las mujeres y eso es culpa de todos. Lo ir¨®nico es que algunos de los autores m¨¢s destacados son mujeres y creo que eso tiene que ver con que la mayor¨ªa de las lectoras son mujeres y se identifican con los personajes que creamos", a?ade Renfeld. ?Y si lo que ocurre es que est¨¢n pero hay que leerlas? Es lo que piensa Pi?eiro. "Lo que hay que hacer, m¨¢s que preguntarse si el g¨¦nero necesita m¨¢s personajes problem¨¢ticos es buscarlos en autoras que ya est¨¢n haciendo esto", comenta.
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