Muere Phil Spector, el productor que cambi¨® el sonido del pop
Inventor del Muro de Sonido en los sesenta, su ca¨ªda creativa y una condena por asesinato caracterizaron sus a?os finales. Falleci¨® el s¨¢bado a los 81 a?os
Phil Spector falleci¨® el s¨¢bado por complicaciones de la covid-19 en un hospital penitenciario de California. Ten¨ªa 81 a?os y, seg¨²n sus allegados, estaba muy deteriorado por diversas dolencias. A¨²n hoy, 40 a?os despu¨¦s de sus ¨²ltimos ¨¦xitos, Spector es el paradigma universal del productor discogr¨¢fico, celebrado por su apabullante Muro de Sonido. Una fama que se mantiene incluso despu¨¦s de su estrepitosa ca¨ªda: en 2009 condenado por el asesinato en segundo grado de una camarera con la que lig¨® en el club House of Blues, en Los ?ngeles.
Inmortalizado por Tom Wolfe en un reportaje de 1965 como ¡°el primer magnate de lo adolescente¡±, su aire de triunfador neur¨®tico escond¨ªa un pasado tortuoso. Nacido en 1939 en el Bronx de una pareja de jud¨ªos ucranianos, su padre se quit¨® la vida en 1949. El primer ¨¦xito de Phil, como parte del tr¨ªo los Teddy Bears, fue To Know Him Is to Love Him (1958), frase tomada de la l¨¢pida de su progenitor. Enseguida se introdujo en las bambalinas del negocio musical, como compositor, m¨²sico de estudio y, eventualmente, productor. Oscilando entre Nueva York y Los ?ngeles, aprendi¨® que el dinero estaba en conservar todos los derechos ¡ªeditoriales y fonogr¨¢ficos¡ª de las grabaciones, aumentando su tajada sin complejos: exig¨ªa figurar como coautor de muchos temas, incluyendo pelotazos del calibre de Be My Baby o Spanish Harlem. Tambi¨¦n firmaba trivialidades instrumentales que colocaba como cara B de los singles de sus producidos.
Logr¨® imponer su voluntad a partir de fundar su discogr¨¢fica Philles. Desarroll¨® su Muro de Sonido aprovechando las caracter¨ªsticas t¨¦cnicas del estudio Gold Star: arreglos con anhelos wagnerianos, plasmados por el Wrecking Crew, posiblemente los mejores m¨²sicos de estudio californianos, a veces amontonados (guitarristas, abundantes pianistas y bateristas...). Su especialidad eran los dramas de amor y desamor, escenificados por las muy convincentes voces de las Crystals, las Ronettes o los Righteous Brothers. Tipo sentimental, elabor¨® una colecci¨®n de villancicos, A Christmas Gift for You from Phil Spector (1963), un cl¨¢sico navide?o referenciado por Springsteen y otros devotos. Para saber m¨¢s sobre sus imitadores, se recomiendan la serie de recopilatorios del sello Ace, Phil¡¯s Spectre.
Adi¨®s al rey Midas
Su racha de ¨¦xitos termin¨® hacia 1966, cuando produjo River Deep Mountain High con Ike and Tina Turner (en realidad, Phil pag¨® a Ike para que no acudiera al estudio). Era su apoteosis emocional y sonora, pero no funcion¨® en Estados Unidos. S¨ª arras¨® en Gran Breta?a, donde Phil era imitado por muchos productores e idolatrado por los nuevos grupos. Hab¨ªa tocado en una sesi¨®n de los Rolling Stones en 1964, aunque sus agudos consejos sobre el negocio musical no impidieron que Jagger y compa?¨ªa perdieran la propiedad de toda su discograf¨ªa de los a?os sesenta, a favor de su representante neoyorquino, Allen Klein. Extra?amente, fue Klein quien le puso en contacto con John Lennon, al que produjo con eficacia en Instant Karma. De resultas de ese ¨¦xito se le encomend¨® adecentar las cintas de lo que se publicar¨ªa como ¨¢lbum final de The Beatles, Let It Be. Para consternaci¨®n de Paul McCartney, a?adi¨® paletadas de coros y orquestas; en 2003, Paul elimin¨® esos elementos en lo que t¨ªtulo Let It Be¡Naked.
Se convirti¨® en el productor de Lennon y George Harrison cuando iniciaban sus carreras en solitario, consiguiendo aciertos como Imagine o All Things Must Pass. Daba el pego: funcionaba como fiel servidor y hasta embauc¨® a Yoko Ono; no logr¨® su fantas¨ªa de producir a Bob Dylan. Siempre le gustaba sugerir que ten¨ªa un lado escabroso: aparec¨ªa haciendo una compra de coca¨ªna, una droga entonces poco cool, en Easy Rider. Ya en 1975, definitivamente perdi¨® la br¨²jula: tuvo maneras err¨¢ticas durante las sesiones del disco Rock ¡®N¡¯ Roll, que Lennon debi¨® repetir en Nueva York. Lo que parec¨ªan excentricidades se revelaron como tendencias peligrosas: escamoteo de cintas, intentos de chantaje, gusto por amenazar (?y disparar!) con armas de fuego. Lo sufrieron tanto Leonard Cohen en 1978 como los Ramones en 1980, que difundieron avisos sobre sus arrebatos.
Resumiendo: hab¨ªa perdido el toque de rey Midas y se comportaba como un psic¨®pata y un megal¨®mano. Be My Baby: How I Survived Mascara, Miniskirts and Madness, la autobiograf¨ªa de su segunda esposa, Ronnie, confirm¨® que en la intimidad era a¨²n peor. Se le perdonaba todo por la creatividad de su ¨¦poca dorada, explorada en abundantes libros y documentales. Apenas trabajaba, pero no lo necesitaba: gestionaba h¨¢bilmente su tesoro musical.
Hasta esa noche de 2003 en que se llev¨® a Lana Clarkson al Castillo de los Pirineos, su tenebrosa mansi¨®n en la ciudad de Alhambra, en el valle de San Gabriel. Su posterior explicaci¨®n de que la camarera hab¨ªa decidido suicidarse con una de sus pistolas no col¨®. Fue condenado a un m¨ªnimo de 19 a?os y un m¨¢ximo de cadena perpetua. Nadie del mundo de la m¨²sica se atrevi¨® a defenderle en p¨²blico. Solo el dramaturgo David Mamet, fiel a su reputaci¨®n de conservador a la contra, le intent¨® disculpar con Phil Spector, un drama para televisi¨®n con Al Pacino y Helen Mirren.
Sus cinco discos m¨¢s emblem¨¢ticos
Let It Be (1970) - The Beatles
End of the Century (1980) - Ramones
The Concert for Bangladesh (1971) - George Harrison & Friends
Death of a Ladies Man (1977) - Leonard Cohen
Born to Be with You (1975) - Dion
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.