El mapa secreto de Carlos III, a subasta

Carlos III necesitaba informaci¨®n de su inmenso reino. Por eso, encarg¨® al cart¨®grafo real Tom¨¢s L¨®pez de Vara diversos mapas de la Pen¨ªnsula y a Juan de la Cruz Cano y Olmedilla, de Am¨¦rica. El primero fracas¨® en algunas regiones por su imprecisi¨®n (en otras dibuj¨® aut¨¦nticas joyas de la cartograf¨ªa), mientras que el segundo los hizo demasiado exactos. Y ese fue su error. Tan precisos eran que fueron prohibidos por cuestiones de pol¨ªtica internacional por el mismo rey que se los pidi¨®. Desde ayer se subasta una de estas cartas, el llamado Mapa Geogr¨¢fico de Am¨¦rica Meridional, de 1771. De ¨¦l se hicieron una docena de ejemplares, de los que solo quedan la mitad en la Biblioteca Nacional, la Real Academia de la Historia y diversas colecciones p¨²blicas y privadas.

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Y Carlos III se qued¨® sin su mapa

El mapa mide m¨¢s de dos metros de alto y est¨¢ entelado por detr¨¢s, ya que durante mucho tiempo fue expuesto en las residencias de su primer propietario, Luis de On¨ªs Gonz¨¢lez Vara, uno de los firmantes del Tratado de Florida o de Adam-On¨ªs. En este acuerdo se establec¨ªa la frontera entre los entonces incipientes Estados Unidos y el Virreinato de la Nueva Espa?a.

¡°Es una de esas obras que salen al mercado una vez cada mucho tiempo¡±, afirma Roi Velasco de La Retrograf¨ªa, la empresa que gestiona la venta. El mapa, con la caja original de madera donde se guardaba, ha salido con un precio de 5.999 euros, aunque la tasaci¨®n que se hizo en 1990 de su gemelo en la Biblioteca Nacional rondaba los 30.000.

Cano y Olmedilla (1734-1790) es uno de los grandes cart¨®grafos espa?oles de la historia. Su vida profesional va unida a Par¨ªs, donde se form¨® en el grabado de mapas gracias a ser elegido pensionista real de Carlos III. A pesar de ser m¨¢s conocido por su Colecci¨®n de trajes de Espa?a, que incluye dibujos de todos los vestidos de los dominios de la Corona, su gran obra fue el Mapa Geogr¨¢fico de Am¨¦rica Meridional, de 1771.

La historia de esta carta arranca en 1765 cuando el ministro de Estado, el marqu¨¦s de Grimaldi, por orden de Carlos III, le encarga trazar el plano de Am¨¦rica del Sur a escala 1/5.000.000. Las ocho planchas de cobre necesarias para imprimir los se terminaron diez a?os despu¨¦s, pero casi inmediatamente se prohibi¨® su reproducci¨®n con el pretexto de ¡°mala calidad¡±.

En realidad el motivo fue que los datos que aparec¨ªan reflejados afectaban desfavorablemente a los intereses nacionales en el Tratado de San Ildefonso, firmado con Portugal, sobre el pol¨¦mico asunto de los l¨ªmites coloniales en Am¨¦rica. El plano, explican los gestores de la subasta, beneficiaba a los lusos, por lo que Carlos III orden¨® que nunca m¨¢s fuese reproducido y que se recogiesen todos los ejemplares y las planchas de impresi¨®n.

En 1789, por orden del conde de Floridablanca, los mapas desaparecieron definitivamente. Algo parecido a lo que le pas¨® tres siglos antes al primer mapamundi de la historia con la representaci¨®n de Am¨¦rica, el de Juan de la Cosa de 1500, y que los Reyes Cat¨®licos consideraron tambi¨¦n un secreto de Estado. Pero este se expone en el Museo Naval de Madrid con una fuerte protecci¨®n y no se vende.