Helena Camb¨®, ciudadana

Con Helena Camb¨® (1929-2021), desaparece una de las personas que con mayor denuedo y perseverancia han mantenido en Catalu?a, durante muchos decenios, el apoyo a las letras y las artes. Hered¨® de su padre la convicci¨®n de que todo pa¨ªs requiere que sus ciudadanos m¨¢s afortunados colaboren en el mantenimiento de un s¨®lido nivel cultural, y que emprendan iniciativas que perduren m¨¢s all¨¢ de cualquier contingencia pol¨ªtica. La fabulosa intervenci¨®n de Francesc Camb¨® en ese campo tuvo en su hija Helena una heredera fiel, inteligente e incansable. En el panorama de la Catalu?a de hoy, su figura, su actividad y su firmeza compensan con creces una tendencia rom¨¢ntica a suponer que no hay m¨¢s cultura para un ¡°pueblo¡± que aquella que favorece el esp¨ªritu tribal.

Por el contrario, la pol¨ªtica cultural abierta e innovadora que en el pa¨ªs fue generada ante todo por Prat de la Riba y los miembros de la Lliga Regionalista, nos dej¨® una enorme serie de instituciones y bienes culturales de muy alto rendimiento que todav¨ªa son visibles: entre ellos, el Institut d¡¯Estudis Catalans y una extensa red de bibliotecas e instituciones pedag¨®gicas. A ello hay que sumar, bajo el mecenazgo de Camb¨®, otra serie de bienes de valor inapreciable que van de la colecci¨®n Bernat Metge ¨Dque lleva editados m¨¢s de 400 vol¨²menes de literaturas cl¨¢sicas griega, romana y paleocristiana¨D a la colecci¨®n de pintura hoy depositada en el Museo Nacional de Arte de Catalunya (MNAC), pasando por la colecci¨®n Monumenta Cataloniae, una de las grandes Biblias en lengua catalana, el diccionario de Pompeu Fabra, la Hist¨°ria de Catalunya, de Ferran Soldevila, o la traducci¨®n de Josep Maria de Sagarra de la Comedia, de Dante.

La obra de Francesc Camb¨® y de su hija Helena convierte a este linaje en un ejemplo de lo que Roma consideraba un gran ciudadano: la civilitas romana no era un concepto que quedara limitado a los actos m¨¢s inmediatamente pol¨ªticos, sino que inclu¨ªa, con mayor relieve si cabe, las actuaciones de un ciudadano en el terreno de las leyes, las letras y las artes. Esto es la que ha sido Helena Camb¨®: una mujer al servicio de la ilustraci¨®n de la ciudadan¨ªa, con el m¨¦rito que supone asumir esta responsabilidad en un momento en el que solo se juzga el timbre pol¨ªtico por acciones ef¨ªmeras, y de vez en cuando por sonoros disparates. Poco quedar¨¢ de esto; mucho de lo que ha protagonizado Helena.

Naci¨® en Z¨²rich, en 1929, y fue hija ¨²nica de don Francesc. Con sus padres se exili¨® a Italia y Suiza a ra¨ªz de la guerra civil espa?ola, y se traslad¨® a Nueva York al inicio de la II Guerra Mundial. Residi¨® en Buenos Aires a partir de 1941, y all¨ª se cas¨® con Ramon Guardans, en 1951. Tuvieron catorce hijos. Ya instalada en Barcelona en la casa que hizo construir Camb¨® en Via Laietana, Helena continu¨® patrocinando las iniciativas culturales y de mecenazgo que ¨¦ste hab¨ªa iniciado. Siguiendo su voluntad, hizo entrega a la ciudad de la colecci¨®n de pintura que su padre hab¨ªa reunido, pero vivi¨® rodeada de grandes piezas, que pod¨ªan verse en su domicilio, entre ellas el magn¨ªfico Retrato de Michele Marullo, de Botticelli. Deposit¨® en el Museo del Prado otras obras de enorme valor, como tres de los paneles de Nastagio degli Onesti. Presidi¨® la fundaci¨®n Institut Camb¨®, y fue miembro de honor del Patronato del Museo del Prado y patrona del MNAC, ya referido. A la muerte de su marido, en 2007, con la ayuda de su primog¨¦nito sigui¨® acrecentando el cat¨¢logo de la colecci¨®n de autores cl¨¢sicos de Grecia y Roma, hasta que dicha colecci¨®n pas¨® a manos de otro grupo editorial, en 2017.

Es revelador del empe?o de algunos por suturar las heridas abiertas a ra¨ªz de la ¨²ltima guerra espa?ola el hecho de que la Fundaci¨® Llu¨ªs Carulla ¨Dque honra la memoria de otro benefactor de la alta cultura y del mecenazgo en los decenios posteriores a la guerra¨D, otorgara a Helena Camb¨® y a Maria Maci¨¤, en una misma convocatoria, el Premi d¡¯Actuaci¨® C¨ªvica. El premio fue concedido a Helena Camb¨® por ¡°la dignidad y fidelidad con las que ha llevado su ilustre apellido¡±. Solo cabr¨ªa a?adir que Helena no ha llevado con dignidad solamente los apellidos de sus progenitores. Ha llevado con absoluta dignidad, con esfuerzo y con generosidad su propio nombre. Un nombre que la convierte en una ciudadana ejemplar, con tanto amor por ver a su patria ¡°desvetllada i feli?¡± (Espriu) como el que han demostrado, desde la Renaixen?a, muchos hombres y mujeres de amplias miras. Sea este recuerdo un m¨ªnimo consuelo para todos sus hijos, amigos.