Muere Alberto Coraz¨®n, el dise?o de la democracia
El polifac¨¦tico artista, que ha fallecido a los 79 a?os, fue uno de los padres de la modernizaci¨®n gr¨¢fica iniciada por instituciones y empresas espa?olas tras el final de la dictadura
Alberto Coraz¨®n, hombre clave del dise?o y el arte espa?ol de las ¨²ltimas d¨¦cadas, ha muerto en Madrid, su ciudad natal, a los 79 a?os por complicaciones derivadas de problemas de salud que arrastraba en los ¨²ltimos tiempos, seg¨²n ha confirmado su entorno cercano. Coraz¨®n ha sido un dise?ador ancho, art¨ªfice de una obra concisa. Autor de decenas de logotipos (ONCE, Mapfre, Paradores, Renfe Cercan¨ªas, UNED, Casa del Libro o C¨ªrculo de Bellas Artes) comenzaba sus trabajos con disposici¨®n de antrop¨®logo: investigando profundamente un tema, el que fuera ¡ªla hist¨®rica manufactura de mazapanes del obrador Santo Tom¨¦ de Toledo o la Organizaci¨®n Nacional de Ciegos Espa?oles¡ª antes de sintetizarlo en un signo. Extra¨ªa contenci¨®n de la multiplicaci¨®n y esa paradoja termin¨® por estallarle en una obra personal ¡ªcomo escultor y pintor¡ª desatada, mucho m¨¢s libre y arriesgada que sus trabajos gr¨¢ficos, pero tambi¨¦n infinitamente m¨¢s dif¨ªcil de compartir: el audaz logotipo del antiguo Ministerio de Obras P¨²blicas y Urbanismo, MOPU, y la escultura con forma de 5 para una rotonda en Calvi¨¢ (Mallorca) no compiten en la misma divisi¨®n. Es el precio de arriesgar. Y Coraz¨®n eligi¨® no limitarse. Tambi¨¦n floreci¨® en sus escritos. Formado como economista, fue editor antes que dise?ador. En Una mirada sin palabras le ped¨ªa al arte a la vez naturalidad y misterio. Eso busc¨® ¨¦l mismo en sus logos que son sus grandes logros: sorprender y permanecer, diferenciar y construir memoria.
La historia no suele aclarar si imprimen m¨¢s car¨¢cter las dificultades o las posibilidades. Coraz¨®n fue un hombre estudioso y atento, un profesional de una profunda cultura al que le apasionaba dibujar. Eso lo convirti¨® en un dise?ador autodidacta. Y esa trayectoria ¡ªel hecho de estudiar econom¨ªa para decidir finalmente dise?ar¡ª retrata m¨¢s a un pa¨ªs por hacer que a una persona, tambi¨¦n por hacer. Cuando Coraz¨®n comenz¨® a dise?ar lo habitual era que el due?o de una f¨¢brica dibujara ¨¦l mismo su logotipo. El propio Coraz¨®n ide¨® en sus inicios una de las primeras identidades corporativas nacionales ¡ªla del Banco Urquijo¡ª.
Perteneci¨® a la estirpe de creadores a los que les toc¨® redibujar la imagen de las instituciones espa?olas, la cara de las nuevas empresas y el mensaje de los servicios p¨²blicos durante la transici¨®n. Por eso los de su generaci¨®n sent¨ªan ¨Ccomo ¨¦l mismo- que deb¨ªan ser polifac¨¦ticos. Esa falta de l¨ªmites era m¨¢s voluntad de servicio ¨Ceran chicos para todo- que ambici¨®n desmesurada.
Y fue esa mirada amplia la que empuj¨® a pintores, historiadores y a ¨¦l mismo a montar una exposici¨®n alternativa m¨ªtica para la Bienal de Venecia de 1976. Era la primera tras el franquismo. Se mostraba, fuera de la selecci¨®n oficial, el trabajo de T¨¤pies o la investigaci¨®n de Valeriano Bozal: los alternativos que terminar¨ªan por construir el nuevo establishment cultural de la renacida democracia espa?ola. Esa implicaci¨®n en la reconstrucci¨®n de un pa¨ªs era responsabilidad civil. La misma voluntad que le llev¨® a fundar la Editorial Ciencia Nueva o las Ediciones Alberto Coraz¨®n. No se estaba fraguando un negocio, eran muchos los que sent¨ªan la alegr¨ªa de estar rescatando una cultura. S¨®lo un imaginario muy empobrecido puede juntar las palabras levantar y pa¨ªs y sentir el sarpullido de la manipulaci¨®n patri¨®tica.
Si por el lado de la protesta Coraz¨®n contribuy¨® ¡ªcomo comisario, editor y activista¡ª a catalogar la creatividad espa?ola, por el lado del dise?o su trabajo intent¨® reordenar el funcionamiento de las cosas. Decidi¨® poner su creatividad al servicio de un arte ¨²til, eso es el dise?o. El suyo sintetizaba para nombrar, para identificar, para orientar y para comunicar. ?l hablaba de un dise?o cotidiano, cercano, no perecedero. Y el individuo que camina con el bast¨®n ante las siglas de la Organizaci¨®n Nacional de Ciegos Espa?oles humaniza esas letras, acerca el acr¨®nimo, lo traduce. Defensor de una mirada m¨¢s libre que rentable, fue tambi¨¦n ensayista, profesor, analista y no se cans¨® de protestar. Es cierto que, ¨²ltimamente, durante la pandemia, todas sus declaraciones transmit¨ªan la desesperanza de saber que tras la crisis sanitaria estaba la econ¨®mica. En estos ¨²ltimos meses ha sido incapaz de encontrar las migas del d¨ªa a d¨ªa con las que supo construir anta?o. Pero no hace tanto, en las elecciones de 2016 analiz¨® para este peri¨®dico los logos de los principales partidos pol¨ªticos. No se pierdan ese v¨ªdeo. En menos de cuatro minutos aprender¨¢n c¨®mo cuando miras preguntando las dos dimensiones se ampl¨ªan hasta construir un mundo.
En 1989 consigui¨® el Premio Nacional de Dise?o. Antes hab¨ªa logrado el reconocimiento internacional del Arts Director Club de Nueva York o los British Design Awards. En 2006 volvi¨® a abrir una puerta, la de la protocolaria Academia de Bellas Artes de San Fernando que, adem¨¢s de convertirlo a ¨¦l en acad¨¦mico, abr¨ªa, por primera vez, la puerta al dise?o. Poco m¨¢s se puede hacer por una disciplina: inventarla, asentarla, protegerla y fomentarla. Con Coraz¨®n desaparece un dise?ador que defendi¨® que el dise?o debe pensarse desde la antropolog¨ªa, un creador que demostr¨® que el mejor grafismo es una identidad que construye cultura y memoria.
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