Daniel Br¨¹hl abre la Berlinale m¨¢s ins¨®lita con su ¨®pera prima como director
¡®Next Door¡¯ es un drama sat¨ªrico sobre la egolatr¨ªa de los actores y la gentrificaci¨®n. ¡°Como director, ya no le puedo echar la culpa a otros¡±, bromea el actor hispanoalem¨¢n
Era el sumun de su sue?o art¨ªstico: dirigir su primera pel¨ªcula, rodarla en Berl¨ªn para mostrar su relaci¨®n con la ciudad donde vive y estrenarla en la Berlinale. Y, de repente, la pandemia. Desde su casa, v¨ªa Zoom, Daniel Br¨¹hl (Barcelona, 42 a?os) confesaba el pasado viernes sus alegr¨ªas y sus penas antes de que Next Door se proyecte en la primera jornada de competici¨®n de un festival que comienza hoy lunes en un formato digital. La industria y algunos periodistas podr¨¢n ver la mayor parte de sus t¨ªtulos en l¨ªnea durante cinco d¨ªas, mientras que el jurado de la secci¨®n principal lo har¨¢ en una sala de la capital alemana; en verano se repetir¨¢n las proyecciones con p¨²blico y al aire libre. ¡°Me emociona dar entrevistas como director, ya no le puedo echar la culpa a otros¡±, bromea. ¡°Ahora, una pel¨ªcula berlinesa, que s¨¦ que est¨¢ bien y que se estrena en mi festival... Y llega la pandemia para arramblar con esta perspectiva maravillosa. Lucho contra la frustraci¨®n de las proyecciones en l¨ªnea pensando en las sesiones con p¨²blico en verano¡±.
Daniel Br¨¹hl es el actor alem¨¢n m¨¢s famoso de la actualidad: su carrera explot¨® con Good bye, Lenin! (2003) y desde entonces ha compaginado el cine en Alemania con producciones en Hollywood (Rush, donde encarnaba a Niki Lauda; Malditos bastardos, de Tarantino), cine indie (El hombre m¨¢s buscado, Dos d¨ªas en Nueva York), producciones europeas (La casa de la esperanza, Cargo, 7 d¨ªas en Entebbe), televisi¨®n (El alienista), el universo Marvel (Capit¨¢n Am¨¦rica: Civil War, y pronto en la serie Falcon y el soldado de invierno)... Y, por supuesto, cine espa?ol (Los Pelayos, Salvador): de madre catalana, Br¨¹hl vivi¨® varios a?os en el barrio de Gracia ¡ªa¨²n tiene el piso¡ª. ¡°All¨ª naci¨® la idea¡±, recuerda. ¡°Hay un restaurante de arroces, Envalira, que me gusta mucho, y cuando viv¨ªa all¨ª pasaba largas horas en ¨¦l. Desde que dej¨¦ la ciudad en la que crec¨ª, Colonia, siempre me he sentido en otros sitios como parte de las hordas que gentrifican los barrios. En Gracia, en cambio, era barcelon¨¦s, hac¨ªa gala de ello, y m¨¢s en el restaurante. Un d¨ªa un hombre grande, un obrero, no dej¨® de mirarme fijamente. Era obvio que yo no le ca¨ªa bien. Me ve¨ªa ah¨ª, hablando del Bar?a, y deb¨ªa de pensar que yo era un farsante. Y me salt¨® la chispa de la semilla de la pel¨ªcula. Por cierto, lo mismo me pasa ahora en Berl¨ªn: cuando entro en algunos bares hay una generaci¨®n de alemanes del Este que huelen que no soy de aqu¨ª¡±.
Ese s¨ªndrome de la impostura, sumado a la cara m¨¢s narcisista de los actores, bulle en la primera parte de Next Door, cuando Daniel, un prominente int¨¦rprete con dos hijos (vamos, como Br¨¹hl), sale de su piso de lujo en el barrio berlin¨¦s de Mitte camino de Londres, donde debe realizar una prueba para una gran producci¨®n con un director de primera fila. Antes de montar en un coche que lo lleve al aeropuerto, entra en el bar de la esquina, y la comedia de autoflagelaci¨®n, la s¨¢tira sobre la soberbia de los int¨¦rpretes, deviene en tensi¨®n hitchcockiana ¡ª¡°Entre La ventana indiscreta y un duelo de w¨¦stern, he tenido mucho cuidado con los diversos tonos¡±, apunta el director¡ª cuando un parroquiano se presenta como vecino suyo y empieza a sacarle sus miserias. En el tercio final, el duelo acaba en un abismo de podredumbre moral. ¡°La pel¨ªcula es una versi¨®n exagerada de la vida, obviamente no es mi casa. Yo quer¨ªa hablar de la gentrificaci¨®n [expulsi¨®n de los vecinos de un barrio deprimido por intereses inmobiliarios], aunque con humor, y cuidando que los personajes tuvieran matices, que no les odiaras o amaras a la primera, que no fueran meros Mefisto y su v¨ªctima. Como no tengo talento para escribir, le cont¨¦ la idea a Daniel Kehlmann [escritor alem¨¢n], que como es mitad austriaco tiene un humor oscuro raro en Alemania, y ¨¦l ha redactado el guion¡±.
Cuando mi esposa vio la pel¨ªcula me solt¨® ¡®?qu¨¦ asco de t¨ªo!¡¯ con cierta mirada decepcionada porque en el fondo sabe que en m¨ª habita algo de ese DanielDaniel Br¨¹hl
A Br¨¹hl no le preocupa que el p¨²blico asuma que el Daniel de la pantalla sea el reflejo del actor. ¡°Hay partes en que me vengo de las cr¨ªticas que he recibido durante a?os. Alguna frase del guion me la han soltado en la calle. Entiendo que como int¨¦rprete¡±, reflexiona, ¡°ese es el precio a pagar, y como soy un privilegiado asumo esas cr¨ªticas. Ahora, cuando mi esposa vio la pel¨ªcula me solt¨® ¡®?qu¨¦ asco de t¨ªo!¡¯ con cierta mirada decepcionada, porque en el fondo sabe que dentro de m¨ª habita algo de ese Daniel¡±. Y estalla en carcajadas: ¡°?Oye, que soy muy diferente! Espero que los espectadores entiendan que esto no es una autobiograf¨ªa pat¨¦tica, y a la vez es, como decimos en alem¨¢n, una bajada de pantalones¡±.
Next Door no ser¨¢ una an¨¦cdota en su curr¨ªculo. Repetir¨¢: ¡°He so?ado durante a?os con dirigir. Lo he disfrutado much¨ªsimo, ha sido la experiencia de mi vida art¨ªstica que m¨¢s me ha llenado. Tras tantos a?os en proyectos grandes en los que te sientes vulnerable y no hay conversaciones creativas, he sido el capit¨¢n con una tripulaci¨®n incre¨ªble; todos los directores a los que he pedido consejo me dijeron que eligiera muy bien el equipo, no solo los actores¡±. Y mantiene la met¨¢fora marina para describir el rodaje: ¡°Logramos salvar las olas de la covid-19. ?bamos a rodar en marzo, estall¨® la enfermedad, y, por suerte, tras unos d¨ªas de duda, proseguimos¡±. Ahora, lucha por sacar adelante, como actor protagonista y productor, la nueva versi¨®n de Sin novedad en el frente, la novela de Erich Maria Remarque sobre la I Guerra Mundial, un cl¨¢sico del antibelicismo que ya ha sido adaptado a la pantalla. ¡°Rodaremos en verano en Praga, es un gran proyecto... aunque la situaci¨®n all¨ª por la covid es terrible. Bueno, paciencia, fuerza y coraje. Como con todo, hoy¡±.
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