Serge Gainsbourg, influyente e inc¨®modo 30 a?os despu¨¦s de morir
Francia celebra a un artista moderno y genial, pero debate si algunas de sus actitudes y provocaciones ser¨ªan aceptadas hoy
A Serge Gainsbourg le gustaba jugar con la imagen de doctor Jekyll y mister Hyde, y su legado, al cumplirse tres d¨¦cadas de su muerte, se interpreta bajo este signo ambivalente, a la vez luminoso e inc¨®modo.
Gainsbourg fue uno de los ¨²ltimos artistas totales que ha tenido Francia, m¨²sico, compositor, int¨¦rprete y poeta cuya influencia dentro y fuera del pa¨ªs no ha dejado de crecer desde que muri¨® el 2 de marzo de 1991, a los 62 a?os. Tambi¨¦n fue un hombre que en televisi¨®n pod¨ªa faltar al respeto a una cantante como Whitney Houston dici¨¦ndole, con palabras ofensivas, que quer¨ªa acostarse con ella, o que cantaba al amor por su hija adolescente Charlotte en t¨¦rminos que pod¨ªan parecer ambiguos.
¡°Creo que ahora mi padre ser¨ªa condenado por cada movimiento que hiciese¡±, declar¨® en 2019 al diario brit¨¢nico The Guardian la cantante y actriz Charlotte Gainsbourg, que hoy tiene 49 a?os. ¡°Todo es tan pol¨ªticamente correcto, tan aburrido, tan previsible. Y todo el mundo est¨¢ asustado por lo que ocurrir¨¢ si va demasiado lejos¡±.
El episodio con Whitney Houston, en 1986, es uno de estos v¨ªdeos que peri¨®dicamente resurge en las redes sociales. Gainsbourg dice en ingl¨¦s, aludiendo a la cantante estadounidense, sentada junto a ¨¦l: I want to fuck her. La cantante estadounidense responde sorprendida: ¡°Dios m¨ªo¡±. El p¨²blico se r¨ªe.
Eran sus ¨²ltimos a?os, los de su verdadero ¨¦xito popular, en los que hab¨ªa asumido la m¨¢scara p¨²blica del personaje que bautiz¨® como Gainsbarre, un alter ego alcoholizado y abonado al esc¨¢ndalo. En 1984 quem¨® durante una entrevista televisiva un billete de 500 francos para denunciar lo que se llevaba el fisco de sus ingresos.
Muchos de los comentarios acerca de lo ¡°problem¨¢tico¡±, como dice la revista Les Inrockuptibles, que podr¨ªa resultar Gainsbourg en 2021 giran en torno a una canci¨®n que Serge y Charlotte grabaron para el disco Love On The Beat, de 1984. La canci¨®n se titula Lemon Incest, juego de palabras con ¡°zeste de citron¡±, corteza de lim¨®n. En franc¨¦s suena igual que incesto de lim¨®n.
Incesto es la palabra fundamental en el actual debate franc¨¦s sobre los abusos sexuales. El motivo inmediato es el libro La familia grande, en el que la autora, Camille Kouchner, revela los abusos incestuosos de su padrastro, el conocido polit¨®logo Olivier Duhamel, a su hermano cuando este era adolescente. El libro ha desatado una ola de denuncias por casos similares.
Una lectura atenta de la letra de Lemon Incest aporta algo de luz. Es lo que recomienda hacer Chlo¨¦ Thibaud, que naci¨® el a?o en que muri¨® Gainsbourg, y acaba de publicar En relisant Gainsbourg (Releer a Gainsbourg), un ensayo que demuestra que era un poeta con un conocimiento preciso de la tradici¨®n y la versificaci¨®n. Thibaud lamenta que se critique Lemon Incest sin fijarse en los versos centrales, que dicen: ¡°El amor que nunca haremos juntos / Es el m¨¢s raro, el m¨¢s perturbador / El m¨¢s puro, el m¨¢s emocionante¡±.
¡°Que diga el amor que nunca haremos juntos es muy importante y la gente no presta suficiente atenci¨®n¡±, defiende Thibaud, quien en el libro subraya que Gainsbourg ¡°nunca cometi¨® actos ped¨®filos o incestuosos¡±. ¡°Por suerte, hoy temas como el incesto se abordan y se denuncian¡±, dice. ¡°Desgraciadamente, una canci¨®n como esta no podr¨ªa existir, porque hoy hay una censura inmensa, la ¨¦poca es m¨¢s radical¡±. Thibaud a?ade: ¡°Lemon Incest es una canci¨®n, como Lolita es una novela. Es importante que en arte se puedan cruzar l¨ªmites, abordar temas tab¨², provocar¡±.
Charlotte Gainsbourg, en una entrevista en la revista T¨¦l¨¦rama, afirma: ¡°?Har¨ªa m¨¢s ruido hoy un disco como este? Seguramente. ?Ser¨ªa posible grabarlo? ?l lo har¨ªa. Y yo tambi¨¦n. Lemon Incest es una declaraci¨®n de amor pura e inocente de un padre a su hija. Sin duda que juega con las palabras y lo prohibido, pero, ?no estaba ah¨ª su fuerza?¡±.
¡°No se puede tomar a alguien de hace cincuenta a?os y situarlo hoy diciendo: ¡®Lo que hac¨ªa era una verg¨¹enza, era un esc¨¢ndalo¡¯. Era otra ¨¦poca¡±, dice Constance Meyer, autora de La jeune fille et Gainsbourg (La joven y Gainsbourg), un libro en el que cuenta su relaci¨®n con el artista en sus cinco ¨²ltimos a?os de vida. Cuando se conocieron, ella ten¨ªa 16 a?os y ¨¦l, 57.
¡°Hay que decir las cosas claras: la mayor¨ªa sexual en Francia es de 15 a?os. Yo ten¨ªa 16. Fui yo quien se acerc¨® a Serge. Nunca hubo ninguna ambig¨¹edad, ni un gesto desplazado. No hay tema¡±, responde Meyer. ¡°Me enamor¨¦ de un hombre mayor, pero era legal. ?l no ten¨ªa ning¨²n ascendente sobre m¨ª. No hay ning¨²n problema¡±.
Meyer pasa casi cada d¨ªa, camino del trabajo, por delante del cementerio de Montparnasse, donde est¨¢ enterrado Gainsbourg, y le habla. La tumba est¨¢ cubierta por tiestos con flores. El otro santuario gainsbourguiano en Par¨ªs es la casa con la fachada llena de grafitis del n¨²mero 5 bis rue de Verneuil, que pronto deber¨ªa abrir como museo.
¡°Con frecuencia, le doy las gracias¡±, explica Meyer. ¡°A veces tambi¨¦n le pido que me ayude. Le digo: ¡®Tengo una peque?a preocupaci¨®n, dame tus energ¨ªas¡¯. Y funciona. Tengo la impresi¨®n de estar conectada con ¨¦l¡±.
Entre Dal¨ª y Houellebecq
Serge Gainsbourg ten¨ªa algo de Salvador Dal¨ª, de quien aprendi¨® que la puesta en escena de un personaje gamberro y provocador es parte de la obra. Y hoy tiene algo de Gainsbourg, en su actitud p¨²blica, el escritor Michel Houellebecq. Comparten la imagen deslavazada y la admiraci¨®n por el dandismo decadente del siglo XIX. Gainsbourg, hijo de jud¨ªos rusos que durante la ocupaci¨®n nazi tuvo que llevar la estrella de David, siempre fue moderno. Recorri¨® todos los g¨¦neros de su ¨¦poca: la canci¨®n francesa, el ye-y¨¦, el 'reggae', el disco, el 'rap'. Dej¨® composiciones memorables para France Gall, Fran?oise Hardy o Brigitte Bardot. Y sobre todo para su gran amor, Jane Birkin, la madre de Charlotte, con quien interpret¨® cl¨¢sicos como ¡®Je t¡¯aime moi non plus¡¯ o ¡®L¡¯histoire de Melody Nelson¡¯. [En la imagen, Gainsbourg con la cantante France Gall, para la que compuso canciones de ¨¦xito, en el aeropuerto de Orly, al d¨ªa siguiente de que ella ganara Eurovisi¨®n en 1965].
Babelia
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