La locura de olvidar las lenguas cl¨¢sicas
Irene Vallejo critica ¡°la perspectiva utilitarista ante todo lo que no se puede monetizar inmediatamente¡±
¡°El hachazo al lat¨ªn y al griego es una locura cometida por los que no entienden que hay saberes in¨²tiles sin los que la humanidad no avanza¡±. Lo dice Nuccio Ordine, el profesor italiano que hizo de La utilidad de lo in¨²til (Acantilado) un manifiesto a favor de esas sabidur¨ªas que nutren el mundo. Alumnas de Tomares (Sevilla), que estudian bachillerato de humanidades, reclaman que vuelvan a su curr¨ªculo esas joyas¡ para que su profesora recupere la ilusi¨®n de ense?ar y porque (dice Sara Romero, 17 a?os, promotora del manifiesto) este curso podr¨ªa ser el ¨²ltimo en que se ense?aran el lat¨ªn y el griego¡ ¡°?Sin Grecia no ser¨ªamos nada!¡±. A la vez que las alumnas de Tomares dieron su alerta, alcanza un ¨¦xito ins¨®lito el libro de Irene Vallejo que, traducido pronto a m¨¢s de 30 lenguas, celebra la pasi¨®n por los cl¨¢sicos. El infinito en un junco (Siruela, 2019) situaba ayer sus ventas espa?olas en 211.088 ejemplares. Manifiesto por la lectura, de la misma autora y de igual editorial, ha despachado 10.000 ejemplares en cuatro meses. Los dos libros, leyendo los cl¨¢sicos.
Esa avidez contrasta con la indiferencia con que aqu¨ª se abordan estas ense?anzas. Irene Vallejo cree que ese desd¨¦n ha impuesto ¡°la perspectiva utilitarista ante todo lo que no se puede monetizar inmediatamente¡±, algo as¨ª como ¡°un capricho de so?adores¡±. Ella ha convertido el junco en un manifiesto mayor por la lectura y siente que lo que aportan las humanidades a la sociedad es ¡°un arma de combate contra el pragmatismo mal entendido¡±. Estas chicas de Tomares, se?ala Vallejo, ¡°han dicho ?cuidado!, advirtiendo que si a ellas se les quitan las humanidades los que vengan detr¨¢s ya no tendr¨¢n posibilidad de estudiarlas¡±. Dice la autora de El infinito en un junco: ¡°?Que se lo pregunten a J. K. Rowling, que estudi¨® cl¨¢sicas y ha creado un monumento literario enorme!¡±.
Ordine insiste en la ra¨ªz del desd¨¦n: ¡°Hay una idea empresarial de la educaci¨®n. La escuela y la universidad tienen hoy que ser empresas y esta concepci¨®n encierra un peligro: que echar a los profesores que, teniendo pocos alumnos que opten por el lat¨ªn o el griego, resulte l¨®gico porque no dan beneficios¡ Matar las lenguas antiguas significa matar la memoria de la humanidad, y eso es desastroso para la democracia y para el futuro¡±.
Poderosos instrumentos
Antonio Ma¨ªllo, que ense?a Cl¨¢sicas en Huelva tras haber dicho adi¨®s a la pol¨ªtica, afirma: ¡°Estos estudios siempre fueron vistos con cierta desconsideraci¨®n¡ Como si no fuera el saber un todo interrelacionado, tambi¨¦n las humanidades. A eso se une una planificaci¨®n curricular en estas materias que no seducen al alumnado: demasiadas guerras de las Galias, por ejemplo, para las pruebas de acceso a la Universidad. Debemos conseguir que se haga de las lenguas cl¨¢sicas poderosos instrumentos para abrir ventanas a otras lenguas como forma de ¡®mejor entender al mundo¡¯. Nos vendr¨ªa bien en un pa¨ªs pluriling¨¹e como Espa?a, donde puedes estudiar ingl¨¦s o chino pero no catal¨¢n, vascuence o gallego¡ El lat¨ªn y el griego cl¨¢sico como lenguas de encuentro de tantas lenguas, romances o no¡±.
En Ser quien eres (citado por Cipriano J¨¢tiva en Palabras en el tiempo), Emilio Lled¨®, que ha dedicado su vida a devolver a los cl¨¢sicos la luz que los habita, dice: ¡°Un autor cl¨¢sico lo es por ser capaz de provocar un di¨¢logo con sus lectores para enriquecer su clausurada y, tantas veces, mon¨®tona soledad¡±. Los que admiten el desd¨¦n por los cl¨¢sicos esparcen la ignorancia y estimulan esa mon¨®tona soledad.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.