Muere el poeta polaco Adam Zagajewski, premio Princesa de Asturias de las Letras 2017
El escritor se defin¨ªa como ¡°un hijo de la guerra, aunque no fuera testigo de sus horrores¡± y su vida sirve como ejemplo de los vaivenes pol¨ªticos de la Europa del siglo XX
Adam Zagajewski, el gran poeta polaco nacido hace 75 a?os en Lvov (actual Ucrania), premio Princesa de Asturias de las Letras 2017, ha muerto este domingo por la tarde en Cracovia (Polonia), seg¨²n inform¨® el diario Gazeta Wyborcza. Una frase de la biograf¨ªa difundida cuando recibi¨® ese galard¨®n sirve para definir la existencia del escritor: ¡°Dondequiera que uno corte la vida, siempre la parte en dos mitades¡±. Porque la vida del autor de Dos ciudades (Acantilado) es ejemplo de la Europa del siglo XX. Su infancia transcurri¨® en Gliwice, un ¡°lugar feo y gris¡± de la Silesia alemana que se incorpor¨® a Polonia al final de la Segunda Guerra Mundial. Zagajewski era, pues, fruto de la posguerra: primero un desplazado; despu¨¦s, un exiliado.
Miembro de la contestataria Generaci¨®n del 68, acab¨® mud¨¢ndose a Par¨ªs en 1982. Desde 1988 ejerci¨® como profesor visitante en diversas universidades estadounidenses. Dos d¨¦cadas m¨¢s tarde volvi¨® a su pa¨ªs natal, con la ca¨ªda del r¨¦gimen comunista. Actualmente viv¨ªa entre Francia y Cracovia. Para Zagajewski, la poes¨ªa era cosa de emigrantes, es decir, de ¡°aquellos desdichados que, con un patrimonio rid¨ªculo, se balancean al borde del abismo, a caballo entre continentes¡±.
Su primer poemario lo public¨® en 1972, y se titul¨® Komunikat (¡°El mensaje¡±). M¨¢s tarde, en 1975, escribi¨® la novela Cieplo zimno (¡°Caliente y fr¨ªo¡±), mientras colaboraba en la revista clandestina Zapis, contraria al r¨¦gimen polaco. Otras obras suyas son Sklepy miesne (¡°Carnicer¨ªas¡±, 1975) y Cienka kreska (¡°Trazo¡±, 1982), que ya anunciaban su categor¨ªa literaria.
Entre sus libros destaca En la belleza ajena, un volumen a medio camino entre el diario y las memorias, que a Espa?a lleg¨® en 2003 editado por Pre-Textos. Dos a?os m¨¢s tarde, el poeta Mart¨ªn L¨®pez-Vega prepar¨® para la misma editorial la antolog¨ªa Poemas escogidos, buena puerta de entrada al universo Zagajewski. Al sello Acantilado y al traductor Xavier Farr¨¦ se debe el grueso de las versiones po¨¦ticas publicadas en castellano. En esa editorial se encuentran poemarios como Tierra del fuego, Deseo o Antenas, y muestras de su brillante y bienhumorada prosa como En defensa del fervor, Solidaridad y soledad y el imprescindible Dos ciudades.
El autor se defin¨ªa as¨ª en una entrevista con EL PA?S, en junio de 2020: ¡°Soy, en cierto modo, un hijo de la guerra, aunque no fui testigo de sus horrores. Dir¨ªa que, en cierta manera, los horrores est¨¢n, no en mis genes, pero s¨ª dentro de m¨ª. Parte de mi vocaci¨®n es no olvidar el coraz¨®n de esa guerra, y, en cierta manera, recordarlo. No es lo ¨²nico que quiero hacer, por supuesto, porque no me considero un pol¨ªtico, pero es parte del punto de vista que tengo, esa presencia. Siempre recuerdo que Auschwitz est¨¢ a una hora en coche de donde vivo¡±.
Su oficio consist¨ªa en mirar, a sus contempor¨¢neos y a sus vecinos, y el periodismo y la poes¨ªa eran para ¨¦l como la noche y el d¨ªa. Desencantado, de todos modos, de la evoluci¨®n que iban tomando las cosas en el largo tiempo de paz sobresaltada que iba viviendo el continente al que pertenec¨ªa, sent¨ªa que esa evoluci¨®n europea, en t¨¦rminos morales, es al fin una ilusi¨®n. Los honores recibidos no lo hicieron un hombre fatuo; su materia primera era la experiencia, la memoria, pero el subrayado moral que tuvo siempre fue la iron¨ªa, su humor parad¨®jico.
En la entrevista con EL PA?S contaba: ¡°Obtenemos algo de fuerza de la parte nocturna de la vida, porque la noche no es solo el s¨ªmbolo de la oscuridad y del miedo, aunque puede serlo, sino que tambi¨¦n es el s¨ªmbolo del arte y de la reflexi¨®n¡±. En aquellos momentos, pac¨ªfico, como un monje aislado en Cracovia, recordaba una frase de Kafka que ¨¦l resalt¨® en uno de sus libros: ¡°En la lucha entre uno y el mundo, uno debe ponerse del lado del mundo¡±. Su respuesta es la esencia de su poes¨ªa civil, expresada en libros como Asimetr¨ªa, Tierra del fuego o Deseo: ¡°Siempre habr¨¢ tiempo de volver a uno mismo. De momento, tienes que ponerte del lado del mundo para ser justo. Es muy f¨¢cil decir: soy justo, soy bueno. El mundo es m¨¢s sabio que nosotros. Por tanto, s¨ª, tenemos que volver al mundo¡±.
Adem¨¢s del Princesa de Asturias, Zagajewski hab¨ªa recibido los premios Kurt Tucholsky (1985), el del PEN Club de Francia (1987), Vilenica (1996), Transtr?mer (2000), el que concede la Fundaci¨®n Literaria Konrad Adenauer (2002) y el Premio Neustadt (2003).
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