Los arque¨®logos espa?oles se hartan de la destrucci¨®n del patrimonio cultural
Especialistas de siete comunidades aut¨®nomas se unen para denunciar el abandono de monumentos y yacimientos arqueol¨®gicos y la precariedad que sufren en su trabajo
Los arque¨®logos espa?oles est¨¢n hartos. Si alguien se pensaba que su trabajo es como el de un Indiana Jones, entre excitantes hallazgos, la imagen nada tiene que ver con la realidad. Son profesionales que alertan del abandono del patrimonio cultural, del intrusismo y de la precariedad laboral¡ as¨ª que han decidido dar un grito a trav¨¦s de la reci¨¦n creada Plataforma Estatal de Profesionales de la Arqueolog¨ªa (PEPA), un acr¨®nimo gui?o a la primera Constituci¨®n espa?ola, porque incluye una serie de reivindicaciones y porque el primer impulso para que naciera esta agrupaci¨®n fue igualmente en C¨¢diz, en 2018. Ahora acaban de aprobar sus estatutos en una reuni¨®n en Bilbao, una invitaci¨®n a que se unan los m¨¢s de 2.500 arque¨®logos que calculan hay Espa?a. La Plataforma ya tiene miembros en siete comunidades aut¨®nomas: Madrid, Cantabria, Andaluc¨ªa (en C¨¢diz, Almer¨ªa, Granada, Ja¨¦n, M¨¢laga), Baleares, Comunidad Valenciana (Valencia y Castell¨®n), Galicia y Pa¨ªs Vasco.
Virginia Pinto, portavoz gaditana de la PEPA, fue quien, hace m¨¢s de dos a?os contagi¨® a sus compa?eros la necesidad de unirse. ¡°Ha tenido que llegar una nueva generaci¨®n de arque¨®logos, desilusionados, para llamar la atenci¨®n sobre nuestro estado¡±, dice por tel¨¦fono. Pinto explica que la mayor¨ªa de los integrantes de este sector est¨¢n en la construcci¨®n. Se les requiere para zonas protegidas desde que se empieza hasta que finalizan los movimientos de tierra, ya sean obras de particulares o de administraciones. ¡°Parec¨ªa una idea excelente de la Ley de Patrimonio Hist¨®rico, de 1985, para comprometer al promotor, que es quien debe pagar al arque¨®logo, pero ha conseguido el efecto contrario, porque a aquel le importa poco lo que se pueda encontrar y lo que busca es el arque¨®logo m¨¢s barato¡±, dice Carlos Caballero, uno de los portavoces de la plataforma en la Comunidad de Madrid.
As¨ª, el profesional se encuentra en las obras entre la espada y la pared, se?ala ?ngel Astorqui, componente de la PEPA en Cantabria: ¡°Te paga un privado, as¨ª que la Administraci¨®n auton¨®mica te considera un vendido porque cobras del promotor, y este cree que eres la polic¨ªa de la Administraci¨®n¡±. Una situaci¨®n que ha llevado a que ¡°la mayor¨ªa de esos arque¨®logos sean falsos aut¨®nomos¡±, subraya Pinto.
Una vez que el arque¨®logo hace su informe de lo que hay en esa obra, hay que pedir el permiso para continuar con los trabajos, ¡°pero hasta que se concede por la Administraci¨®n pueden pasar meses; hasta ocho en el caso de la andaluza. Eso nos convierte en el eslab¨®n d¨¦bil. Se nos culpa siempre del par¨®n, que afecta a muchas personas que no pueden trabajar¡±, a?ade.
Caballero apunta m¨¢s lejos: ¡°Es que ni siquiera se precisa de colegiaci¨®n para ejercer la profesi¨®n¡±. La Plataforma lamenta que ¡°cualquier licenciado, sin la especificidad de ser arque¨®logo, puede participar en las convocatorias p¨²blicas para intervenir en yacimientos. Por eso queremos que se unifique en todo el pa¨ªs y se exija la licenciatura en Historia en la disciplina de Arqueolog¨ªa¡±.
La Plataforma lamenta que ¡°cualquier licenciado, sin la especificidad de ser arque¨®logo, puede participar en las convocatorias p¨²blicas¡±
El otro perfil del arque¨®logo es el que trabaja en yacimientos conocidos, donde se hacen campa?as todos los a?os promovidas por administraciones o universidades. La Plataforma ha calculado que hay ¡°unos 10.000 yacimientos arqueol¨®gicos en Espa?a, pero menos de 2.500 est¨¢n declarados Bienes de Inter¨¦s Cultural¡±, la figura jur¨ªdica de m¨¢xima protecci¨®n del patrimonio hist¨®rico. El resto est¨¢n expuestos a que la falta de atenci¨®n degenere en da?os o destrucci¨®n. ¡°Los expolios siguen siendo un problema y lo peor es que encuentran a veces aplauso en la poblaci¨®n y en la prensa¡±, indica Caballero. La web de la Plataforma recoge informaciones dolorosas para ellos, como un reportaje de Telecinco en el que ¡°un periodista acompa?aba a un expoliador a un yacimiento arqueol¨®gico catalogado¡±. ¡°En la visita se alentaba al expolio¡±. No obstante, Pinto admite que en su profesi¨®n ¡°no se ha sabido llegar a la sociedad para que se tome conciencia del patrimonio hist¨®rico¡±.
Con todo, ¡°la gran amenaza son las expansiones urban¨ªsticas, porque el patrimonio arqueol¨®gico pasa a ser secundario y puede ser destruido¡±, subraya Caballero. El otro problema capital es el abandono de yacimientos excavados ¡°que no han tenido un plan econ¨®mico viable¡±. Pone como ejemplos varios ¡°parques arqueol¨®gicos de Castilla-La Mancha, construidos a principios de este siglo; se musealizaron y cuando lleg¨® la crisis no hubo mantenimiento, algunos se recuperaron gracias a los ayuntamientos, otros no¡±.
Astorqui remarca precisamente la importancia de las administraciones locales, ¡°que no tienen competencias en la materia, pero son los que conviven con esa realidad¡±. El caso de Cantabria es un ejemplo de que la Administraci¨®n no puede llegar a todo lo que merece ser conservado. ¡°Aqu¨ª se pone el acento en la prehistoria porque tenemos 10 cuevas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco por su arte rupestre, pero hay yacimientos, como las torres medievales, que est¨¢n sin proteger, y es una urgencia. Este invierno se han venido varias abajo por el mal tiempo¡±. La Plataforma espera que su nacimiento ayude a acabar con la visi¨®n peliculera del arque¨®logo. Como se?ala Caballero con humor: ¡°La realidad es bastante m¨¢s gris, lo habitual es que pasemos mucho tiempo en una oficina inventariando peque?os fragmentos de cer¨¢mica que parecen todos iguales¡±.
Babelia
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