¡®Lo que queda de nosotras¡¯: cuatro f¨¦minas en lucha con el pasado

Vivir el presente y so?ar con el futuro est¨¢ muy bien, pero por desgracia dependemos demasiado de nuestro pasado, de las decisiones tomadas, las buenas y las malas; de los v¨ªnculos forjados incluso donde hemos decidido que no los haya. Como en la peque?a, pero consistente pel¨ªcula canadiense Lo que queda de nosotras: entre la primera y la segunda esposa de un hombre; entre la hija del primer matrimonio y la del segundo; y entre todas ellas, de forma cruzada. Cuatro f¨¦minas de cuatro generaciones ¡ªcuarenta y tantos a?os, treinta y pocos, en la adolescencia y en la ni?ez¡ª, que apenas saben c¨®mo tratarse porque los lazos est¨¢n viciados por el personaje que no sale en toda la pel¨ªcula, que acaba de morir arruinado, aunque ha removido y dominado buena parte de sus vidas, y que a¨²n lo sigue haciendo despu¨¦s de palmarla.

Primer trabajo como directora de la hasta ahora productora Aisling Chin-Yee, Lo que queda de nosotras (estrenada en exclusiva en Movistar sin pasar por los cines) comienza como un relato sobre el rencor y desemboca en una historia sobre la independencia y sobre la certeza de que en la vida la toma de decisiones, acertadas o equivocadas, resulta imperativa si no queremos que las tomen por nosotros. As¨ª, cada uno de los personajes acaba encontrando buenas razones para su (mal) comportamiento; puede que, en parte, hasta el doble marido fallecido.

De duraci¨®n escueta, tratamiento aparentemente sencillo y di¨¢logos certeros, con unos ambientes, una puesta en escena y una m¨²sica envolvente muy semejantes a algunos de los hitos del cine independiente estadounidense de los a?os noventa, la pel¨ªcula quiere ser a veces tan directa que su voraz mec¨¢nica narrativa la lleva a alguna secuencia un tanto descolgada. Pero son tan solo un par de ca¨ªdas en un conjunto casi irreprochable, delicado y sin pa?os calientes.