¡®Vigilados¡¯, el terror del alquiler tur¨ªstico

El poder del cine para que un acto m¨¢s o menos cotidiano empuje al ser humano a pens¨¢rselo dos veces antes de repetir experiencia ¡ªlegal, por supuesto, pero con vertientes de enorme complejidad, ya sea por cuestiones de moralidad, de susceptibilidad, de escr¨²pulos, o de pura pr¨¢ctica¡ª, tiene en Atracci¨®n fatal uno de sus paradigmas. Tanto, que dio lugar a dos reflexivas frases en otras dos pel¨ªculas posteriores, Algo para recordar y Cuatro bodas y un funeral, que resum¨ªan aquella impresi¨®n tras ver las consecuencias del adulterio del personaje de Michael Douglas con el de Glenn Close: cada hombre del mundo hab¨ªa quedado tan atemorizado ante la posibilidad de que un posible devaneo acabara como aquel, con la mascota de su hija metida en una olla, que las infidelidades bajaron exponencialmente.

La sensaci¨®n es parecida en la peque?a pero efectiva pel¨ªcula estadounidense Vigilados, debut como director de Dave Franco, con otra pr¨¢ctica muy extendida: la del alquiler de un piso o una casa privados, reconvertidos en alojamiento tur¨ªstico. ?Cu¨¢ntas veces a la hora de seleccionar hospedaje para unos d¨ªas se han encontrado con un sitio paradisiaco que parec¨ªa tener truco debido a su m¨®dico precio? Y ah¨ª entra la historia de Franco, tambi¨¦n coguionista, cuando dos parejas reservan para un fin de semana una aislada casa de ensue?o que se convertir¨¢ en un infierno.

Relato cl¨¢sico de mirones con un punto hitchcockiano, aunque sin la ¨¢cida mirada de la perfidia del maestro, la pel¨ªcula se basta con un pu?ado de apuntes equ¨ªvocos en los cuatro personajes y en las situaciones para crear tensi¨®n desde el guion: el siempre perturbador paso previo de que te acepten (o no) la solicitud para el alquiler; la xenofobia del anfitri¨®n; el rollo equ¨ªvoco cruzado entre ambas parejas; y el adulterio como hecho consuetudinario en uno de los hombres.

La puesta en escena del director huye de la grandilocuencia y se apunta a la sencillez de inspiraci¨®n cl¨¢sica, lo que le honra, pero al desenlace le falta algo de tensi¨®n y tambi¨¦n un poco de imaginaci¨®n. Aun as¨ª, es lo suficientemente vigoroso como para aterrorizar, al menos como concepto. Seguro que Vigilados no tendr¨¢ el amplio recorrido comercial de Atracci¨®n fatal, pero quiz¨¢ m¨¢s de uno vaya pensando en un hotel para este verano, frente a la f¨®rmula de los anfitriones y los hu¨¦spedes.