10.000 a?os d¨¢ndole vueltas al cuerpo
Una muestra en CaixaForum Madrid explora la representaci¨®n humana en diferentes culturas y ¨¦pocas, de la milenaria fertilidad egipcia a la campa?a electoral de Donald Trump
En un principio era el cuerpo. Considerado como ¨²nica certeza frente al enigm¨¢tico mundo exterior, su representaci¨®n obedec¨ªa al deseo de esclarecer la esencia y el destino del ser humano. Preguntas contenidas en esculturas africanas, sarc¨®fagos y frescos egipcios, telares indios o m¨¢scaras romanas que han marcado los anales del arte antiguo. Tal vez con un af¨¢n de trascendencia similar al que anhelaron los grandes dictadores del siglo pasado cuando produc¨ªan en serie su efigie. Mediante el autorretrato, el creador contempor¨¢neo tambi¨¦n participa de esa tradici¨®n figurativa que ha glorificado el poder, promovido comparaciones y dudas, ensalzado la belleza. Un relato hist¨®rico que hilvana la ¨²ltima muestra de CaixaForum Madrid, La imagen humana. Arte, identidades y simbolismo. Producida en colaboraci¨®n con el British Museum, alberga 150 piezas de diferentes ¨¦pocas. La primera de ellas es un gran espejo que invita a la contemplaci¨®n de uno mismo.
El recorrido parte del cr¨¢neo modelado de un hombre palestino que vivi¨® hace 9.500 a?os. En las cuencas oculares guarda conchas marinas y el rostro se ha recreado con yeso, expresi¨®n temprana del retrato como honra a los muertos. Las obras neol¨ªticas conviven despu¨¦s con otras m¨¢s recientes, firmadas por grandes autores como Henri Matisse, Goya, David Hockney, Auguste Boucher-Desnoyer, Tom Wesselmann, Antoni T¨¤pies o un madrazo. A excepci¨®n de este ¨²ltimo, procedente del Museo del Prado, los trabajos llegan del British Museum. Brendan Moore, comisario y conservador de esta pinacoteca londinense, apunta por videoconferencia que ¡°el cuerpo es un veh¨ªculo de ideas¡±. Pese a la gran variedad de est¨¦ticas y objetivos, las figuraciones seleccionadas encarnan conceptos comunes a todas las comunidades y pueblos. ?Acaso en eso consiste la condici¨®n humana?
Brendan plantea que algunos discursos contempor¨¢neos, aunque suenen novedosos, ¡°siempre han estado ah¨ª¡±, como la querencia por transformar el aspecto y, en consecuencia, la identidad. El recorrido intrahist¨®rico de la muestra se divide en cuatro ep¨ªgrafes que reh¨²yen cualquier cronolog¨ªa: Belleza ideal, Retratos, El cuerpo divino, el cuerpo pol¨ªtico y La transformaci¨®n corporal. El primero de ellos indaga en c¨®mo diversas tradiciones art¨ªsticas han construido un canon distinto de la perfecci¨®n. La feminidad voluptuosa de una estatuilla iraqu¨ª del a?o 5.000 a.C. parece solidarizarse con la Gran odalisca vestida de pantal¨®n a rayas, que litografi¨® Henri Matisse en 1925. A un lateral, la artista digital Koya Abe revisa la iconograf¨ªa velazque?a de la Venus del espejo, tatuando el cuerpo de la diosa con motivos tradicionales japoneses. Creaciones antropom¨®rficas que ¡°reflejan normas y creencias de las comunidades donde se crearon¡±, apunta el comisario.
Hay pasi¨®n por la Antig¨¹edad. Esta sexta colaboraci¨®n entre ambos museos abarca 10 milenios en la historia del arte. Elisa Dur¨¢n, directora general adjunta de la Fundaci¨®n La Caixa, incide en que ¡°las actuales circunstancias sociales obligan a mirar el cuerpo de otro modo, durante meses nos hemos relacionado m¨¢s por medio de la imagen que de manera presencial¡±. Una imagen singular y reflexiva como las que pueblan el segundo apartado de la muestra, dedicado al retrato. Aunque su funci¨®n b¨¢sica es hacer patente la apariencia externa del modelo, tambi¨¦n puede expresar mucho m¨¢s. Los trazos difuminados y en¨¦rgicos que componen la Cabeza de Julia (1985), del brit¨¢nico Frank Auerbach, captan la instantaneidad del dolor ps¨ªquico. En cambio, el autorretrato a tama?o natural del pakistan¨ª Ali Kazim est¨¢ despojado de toda emoci¨®n. Aparece desnudo, casi inerte, con la cabeza gacha.
En El cuerpo divino, el cuerpo pol¨ªtico abunda la simbolog¨ªa asociada a deidades, las tallas religiosas y los objetos sagrados, pero tambi¨¦n sus equivalentes modernos: monarcas y mandatarios tan venerados como aquellos. Un Apolo marm¨®reo, varios Budas y Am¨®n-Ras seguidos de Napole¨®n Bonaparte en su habitual alegor¨ªa b¨¦lica, retratado por Auguste Boucher-Desnoyer en 1808. A su lado destaca un lienzo de gran formato de Isabel la Cat¨®lica fechado en 1848, con el que su autor, Luis de Madrazo, quiso comenzar una iconoteca mon¨¢rquica dentro del Prado. La reina permanece de pie, coronada y embutida en un suntuoso traje escarlata del que cuelgan perlas y oro. En la sala donde se expone, parece que observa a Mao Tse Tung, representado en una de las estatuillas que la Revoluci¨®n Cultural china produjo en masa. Una vitrina contigua guarda las insignias de las campa?as electorales de Barak Obama y Donald Trump. El poder reside incluso en los soportes m¨¢s peque?os.
Los responsables de la propuesta quer¨ªan ir m¨¢s all¨¢ del gesto de reunir unas cuantas piezas y han acompa?ado el conjunto de una serie de preguntas. Escritas o proyectadas en los muros, interpelan al espectador y lo gu¨ªan a trav¨¦s del recorrido. ¡°Cuando te haces una foto, ?utilizas alg¨²n truco para mostrar u ocultar partes de tu cuerpo?¡±, puede leerse junto a una fotograf¨ªa del estadounidense Christopher Williams. A primera vista, su trabajo Estudio en amarillo y rojo/Berl¨ªn (2008) parece rebuscar en los lugares comunes de la moda. Una mirada detallista, sin embargo, constatar¨¢ que la modelo en cuesti¨®n exhibe gran cantidad de pecas, ha apa?ado los rotos de su sost¨¦n con peque?as pinzas y no esconde los pliegues de su vientre. ¡°Los gestos de mayor calado para alguien pueden no ser muy visibles¡±, considera Moore.
La intenci¨®n reflexiva del espejo se replica al final del recorrido, de la mano del artista digital Rafael Lozano-Hemmer. En su instalaci¨®n Recorded Assembly, una disposici¨®n de varias c¨¢maras produce el retrato en vivo del visitante desde seis perspectivas simult¨¢neas. Cuando varias personas se acercan a la obra, el sistema desarrolla una fotograf¨ªa compuesta por sus distintos rasgos faciales. ¡°?Es como la reinvenci¨®n del retrato de grupo!¡±, exclama una mujer al observar el resultado. Una suerte de selfi colectivo en el tiempo de la individualidad.
La imagen humana. Arte, identidades y simbolismo puede visitarse en CaixaForum Madrid hasta el 16 de enero de 2022. Entrada general 6 euros, gratis para clientes de Caixabank y menores de 16 a?os.
Babelia
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