Manuela Mena: ¡°Que no toquen el ¡®caravaggio¡¯ hasta que no est¨¦ en un gran museo¡±
La historiadora del arte, gran estudiosa de Goya, opina que ser¨ªa un atentado restaurar ahora el eccehomo del artista milan¨¦s
De Goya, su pasi¨®n, le gusta todo, y cuando habla de Los fusilamientos, uno de sus cuadros favoritos, Manuela Mena, madrile?a de 72 a?os, doctora en Historia del Arte y exsubdirectora de Conservaci¨®n e Investigaci¨®n del Museo del Prado, no puede remediar las preguntas referidas a este tiempo. Sobre el supuesto caravaggio que se iba a subastar, se muestra tajante: no debe restaurarse, ni siquiera tocarse, pese a que est¨¦ sucio. ¡°Ser¨ªa un atentado contra una obra de arte¡±, dice. En la entrevista, hecha por Skype (ella vive largo tiempo en Inglaterra), se?ala con el dedo como si quisiera explicar as¨ª los peligros de la actual ri?a de gallos en que se ha convertido la pol¨ªtica espa?ola. Ese dedo es la met¨¢fora de un disparo. A¨²n no hab¨ªan surgido en la campa?a madrile?a esas balas envueltas, de modo que lo que dice la historiadora sobre la Guerra Civil, el episodio m¨¢s grave en Espa?a en el siglo XX, subraya su estupor en torno al clima que se ha creado.
Pregunta. ?Qu¨¦ hacemos con el supuesto caravaggio?
Respuesta. No lo he visto al natural, pero a m¨ª me parece que es Caravaggio. Vi una foto mala que me enviaron desde EL PA?S y ya me pareci¨® aut¨¦ntico. Luego lo vi m¨¢s y sigo manteniendo esa creencia. Deber¨ªa ir al Museo del Prado. Luego surgi¨® la historia de que hab¨ªa sido una obra intercambiada por la Academia de San Fernando con uno de sus miembros en 1823. Eso le da pedigr¨ª, aunque tambi¨¦n es posible que fuera una copia. Pero, aunque me falta verlo, me parece un original de ese pintor. ?Y qu¨¦ hacemos? Ese cuadro es una propiedad privada, pero creo que ya est¨¢ dentro del sistema de Bien de Inter¨¦s Cultural (BIC) de obras de importancia hist¨®rica. Tiene una protecci¨®n y no lo puede tocar cualquiera. Es m¨¢s: que no lo toquen, no puede ser restaurado. No hace falta restaurar una obra hasta que no est¨¢ dentro del museo y se llegue a la conclusi¨®n de que habr¨ªa que limpiarla porque as¨ª estar¨ªa mejor. Si no, tocarla ser¨ªa un atentado contra una obra de arte, como he visto tantos. Hay que tener mucho cuidado. No puede ser puesta en manos de cualquiera, ni tampoco puesta en manos porque s¨ª, porque les parezca que est¨¢ sucio. No es necesario limpiarlo hasta que entre en un gran museo.
P. EL PA?S public¨® que la Academia entreg¨® ese cuadro porque desconoc¨ªa su origen.
R. La Academia de San Fernando del siglo XVIII no es lo mismo que la investigaci¨®n actual del arte. En aquel momento no era de ning¨²n inter¨¦s la procedencia, eso no les iba a mover a hacer una cosa u otra. Caravaggio era un artista no apreciado por el movimiento del siglo XVIII, el clasicismo, el neoclasicismo, el gusto por la antig¨¹edad en pintura, y ¨¦l segu¨ªa siendo un maldito por haber utilizado la naturaleza, la realidad y el tenebrismo, algo que gener¨® un debate tremendo sobre si eso se pod¨ªa hacer o no. Una discusi¨®n entre los partidarios clasicistas de Carracci y los naturalistas de Caravaggio, que llen¨® el siglo XVII. A Caravaggio no se le conced¨ªa aquella altura. Por lo tanto, que la academia lo tuviera en el siglo XVIII¡ pues no s¨¦ por qu¨¦ entrar¨ªa. Y la academia lo entrega porque es una obra de un artista que en ese siglo no es tan interesante como pudiera serlo Alonso Cano, cl¨¢sico, tranquilo, lo que se llevaba en ese momento. As¨ª que se entreg¨® a cambio de un alonso cano. P¨¦rez de Castro lo har¨ªa con esa idea y no porque, como se dice ahora, desconocieran la procedencia del caravaggio.
P. Siguiendo con la actualidad, hoy es 3 de mayo. Dice usted que Los fusilamientos debiera ser ense?ado a los ni?os y que no importar¨ªa que estos tuvieran pesadillas.
R. As¨ª es. Lo digo ahora otra vez. Es muy interesante para m¨ª que el 3 de mayo me produjera pesadillas, pero a los dem¨¢s no s¨¦ si les pasar¨ªa.
P. Tambi¨¦n podr¨ªa decir lo que dijo hace a?os sobre la necesidad de crear un Ministerio del Entendimiento entre Autonom¨ªas.
R. No s¨¦ si lo dije, pero me parece buena idea. Fue a ra¨ªz de aquel accidente de avi¨®n que sal¨ªa de Barcelona y se estrell¨® en los Alpes. Iba con medio centenar de ni?os que hab¨ªan estado haciendo amigos catalanes. Y eso, que los ni?os se hagan amigos de otros lugares, no lo tenemos ni entre nuestras autonom¨ªas. Mis padres nos llevaban cada a?o a mi hermano y a m¨ª a conocer un sitio diferente de Espa?a, y siempre nos daban una visi¨®n positiva de la gente y de sus lugares. ?A los 15 a?os conoc¨ªa bien Espa?a!
¡®Los fusilamientos¡¯ deber¨ªa ser ense?ado a todos los ni?os
P. Ahora vivimos como una ri?a a garrotazos que recuerda momentos previos a la Guerra Civil. Usted alterna pa¨ªses. ?Observa algo similar por ah¨ª?
R. La tensi¨®n pol¨ªtica existe en todas partes. Asist¨ª aqu¨ª [en Reino Unido] hace dos a?os a una impresionante manifestaci¨®n contra el Brexit. Fue absolutamente pac¨ªfica. En el Parlamento son menos pac¨ªficos: hay insultos, gritos, abucheos. Desde chica me interes¨® la pol¨ªtica, desde cuando la prensa solo dec¨ªa qu¨¦ pasaba en el extranjero. Y ahora veo sesiones parlamentarias en Espa?a y en otros pa¨ªses. La violencia parlamentaria de los ingleses es de m¨¢scara, porque en el fondo no son violentos, son corteses. Esta de Espa?a es una violencia preguerra civil. Si no estuvi¨¦ramos en la UE la cosa ser¨ªa bastante m¨¢s peligrosa. Mis padres y mi abuela me contaron c¨®mo se prepar¨® la Guerra Civil. ?l ten¨ªa una verdadera obsesi¨®n por ese episodio. Estuvo en la Casa de Campo, en el frente de Valencia, era miliciano de cultura de la Brigada Comunista, dedicado a ense?ar a leer y escribir. Tras la guerra hab¨ªa gente que se arrodillaba a besarle los pies porque les hab¨ªa ense?ado a leer.
P. ?Y c¨®mo le dijo que hab¨ªa venido esa violencia?
R. La gente iba con alpargatas, eran raros los zapatos. Ya se sabe lo que determin¨® el comienzo de la guerra. Fue el asesinato de una persona [Jos¨¦ Calvo Sotelo, l¨ªder de Renovaci¨®n Espa?ola]. Eso es lo m¨¢s peligroso, que se dispare el tiro. Esperemos no llegar a eso.
P. El arte que ha visto est¨¢ lleno de s¨ªmbolos. Esos dos cuadros de Goya, Duelo a garrotazos y Perro semihundido, aparte de Los fusilamientos, vienen a la mente en cuanto se habla de aquella violencia y de los ¨¢nimos actuales.
R. Goya es tan variado que puedes pensar en el Duelo a garrotazos, por ejemplo. Sin embargo, en mis primeros pasos en el arte el artista que m¨¢s me ayud¨® es Nicolas Poussin, franc¨¦s del XVII, una especie de caldera en ebullici¨®n que calma con la pintura su insatisfacci¨®n profunda.
P. ?Y ese perro de Goya est¨¢ hundido o saliendo?
R. Est¨¢ recibiendo a su amo, porque a Goya le gustaban mucho los perros. Ten¨ªa esa sensibilidad moderna de la que tambi¨¦n disfrutaban Federico el Grande o Catalina de Rusia, que se enterr¨® con sus perros. Goya habla en sus cartas de los animales. Siento no tener hacia esa obra una visi¨®n simb¨®lica profunda como la que se tiene en la actualidad, aunque me parece muy bien. Para m¨ª, ese perro est¨¢ mirando la entrada del amo, est¨¢ diciendo ¡°ya viene¡±.
Esta de Espa?a es una violencia preguerra civil
P. Dec¨ªa que Espa?a salva sus ri?as en gran parte porque est¨¢ en la UE. ?Y el Brexit que supone en ese pa¨ªs que ha abandonado la Uni¨®n?
R. Est¨¢n desesperados porque no tienen pescado. Otros lo est¨¢n porque no va a haber la protecci¨®n a los animales o a las plantas como hab¨ªa con la UE y porque ahora va a venir carne horrible de EE UU. Se est¨¢n dando cuenta del error que cometieron. Entre ellos, renunciar a los erasmus¡ En cuanto a Europa, opino que deber¨ªa haber una uni¨®n pol¨ªtica y no esta cosa a medias. Y esa uni¨®n deber¨ªa tener un mando ¨²nico verdadero.
P. Usted fue marcada por la lectura que le inculcaron sus padres, tambi¨¦n de libros entonces prohibidos. Y el otro hecho fue que sus padres le hac¨ªan mirar Los fusilamientos cuando a los tres a?os usted ten¨ªa su mirada a la altura de los ojos de los asesinados.
R. Me llevaron a un colegio de monjas porque quer¨ªan que estudiara franc¨¦s, y no hubo manera de hacerlo en un colegio laico. Mi padre pensaba que hab¨ªa sufrido por no creer en Dios, y que si aprend¨ªamos entre monjas, ese sufrimiento psicol¨®gico no lo ¨ªbamos a tener. Era un optimista. Le¨ª El cura de Monle¨®n, de P¨ªo Baroja, y dije adi¨®s a la Iglesia. En cuanto a los libros prohibidos, mi padre nos le¨ªa todas las noches algo. Cuando llegaba a una escena delicada, dec¨ªa ¡°ejem, ejem¡±, y se la saltaba. Y de inmediato mi hermano y yo ¨ªbamos a leer eso, que en un tiempo era Voltaire. A Voltaire lo deber¨ªan leer todos los ni?os del mundo.
P. ?Y los ojos de los fusilados del 3 de mayo?
R. Ah¡ Mis padres me llevaron muy pronto al Prado. El cuadro que m¨¢s me gustaba era Las ninfas perseguidas por s¨¢tiros, de Rubens. Entre los cuadros de Goya, el 3 de mayo figuraba en primer t¨¦rmino. Est¨¢ ese muerto con los brazos hacia delante, la cabeza destrozada por los disparos¡ Un amigo que estuvo en la guerra de Yugoslavia me dijo que ese efecto de los disparos del pintor est¨¢ descrito perfectamente. La altura de mis ojos daba ah¨ª. Mis padres me dec¨ªan: ¡°F¨ªjate en la camisa blanca¡±, pero lo ¨²nico que pod¨ªa ver era la cabeza del muerto. Me produjo pesadillas durante a?os, contemplaba en las esquinas de las calles escenas parecidas a las que hab¨ªa visto en ese cuadro, seguramente concebido con la intenci¨®n de que se viera la violencia espantosa de la guerra.
Babelia
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