¡®Bill y Ted salvan el universo¡¯: la falta de vis c¨®mica de Keanu Reeves en una insufrible secuela de un ¨¦xito de los noventa

Las secuelas tard¨ªas de pel¨ªculas coyunturales no suelen ser una gran idea: los tiempos del cine han evolucionado, los espectadores han cambiado y los fan¨¢ticos de la primera o primeras entregas han crecido, al menos los m¨¢s listos. Las alucinantes aventuras de Bill y Ted (Stephen Herek, 1989) y El alucinante viaje de Bill y Ted (Peter Hewitt, 1991) eran las t¨ªpicas chorradas exultantes de una gran d¨¦cada, que casi finalizaba, para el cine juvenil y sus estertores en los primeros noventa: sencillas y cafres, sobre todo la segunda. Comedias de ciencia ficci¨®n sobre viajes en el tiempo y m¨²sica, sin ¨ªnfulas de nada. A este cr¨ªtico nunca le hicieron demasiada gracia, pero se entiende su ¨¦xito en ciertos c¨ªrculos: adem¨¢s de en las salas, en la cultura popular de los videoclubes de la ¨¦poca.

Diez a?os han tardado en levantar Bill y Ted salvan el universo, desde 2010, cuando llegaron las primeras noticias de que se preparaba una secuela (ya tard¨ªa) en la que sus j¨®venes protagonistas eran hombres de mediana edad y deb¨ªan rescatar al universo de su muerte gracias a la composici¨®n de una gran canci¨®n. Pero el asunto ha tardado tanto en montarse, y se entiende despu¨¦s de ver los resultados, que por ejemplo Keanu Reeves, que nunca tuvo una gran vis c¨®mica, es ya un tipo de 57 a?os haciendo el bobo en una historia de aspiraciones plenamente juveniles.

Dean Parisot, director de otra comedia par¨®dica de ciencia ficci¨®n, H¨¦roes fuera de ¨®rbita, es el encargado esta vez de poner en (discutibles) im¨¢genes una tonter¨ªa insufrible en la que se acumulan las preguntas, aunque con una ciertamente b¨¢sica: ?por qu¨¦ una pel¨ªcula sobre la m¨²sica tiene tan poca m¨²sica y, cuando al fin aparece y se supone que debe ser genial pues salva al mundo, resulta tan pedestre?