¡®Creation Stories¡¯: fallida biograf¨ªa de Alan McGee, el descubridor de Oasis

El avispado o¨ªdo de Alan McGee, el tipo que descubri¨® a The Jesus and Mary Chain, My Bloody Valentine, Primal Scream y Oasis, creador de uno de los sellos fundamentales de la industria musical brit¨¢nica del fin de siglo XX, merec¨ªa una biograf¨ªa cinematogr¨¢fica menos insustancial que Creation Stories y, sobre todo, con mayor energ¨ªa sonora. Aun as¨ª, el toque de comedia gamberra nost¨¢lgica y las curiosidades que contiene pueden hacer que los m¨¢s devotos fans de sus discos encuentren al menos una pizca de entretenimiento.

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¡®Trainspotting¡¯, 20 a?os despu¨¦s

Michael Winterbottom vive la locura musical en '24 hour party people'

Nick Moran, desde la direcci¨®n y el guion, e Irvine Welsh, como coescritor, parecen haber tenido dos modelos claros a la hora de abordar este biopic. Primero, el toque visual distorsionador de Trainspotting, la pel¨ªcula de Danny Boyle basada en la novela del propio Welsh ¡ªpero que no adapt¨® ¨¦l, sino John Hodge¡ª, con sus grandes angulares de c¨¢mara, su tono de comedia negra y sus matices casi par¨®dicos alrededor del fabuloso desastre que era McGee como persona y como empresario independiente. Y, en segundo lugar, los aditamentos documentales dentro de una ficci¨®n musical contenidos en 24 hour party people, el t¨ªtulo de Michael Winterbottom sobre otro de los grandes promotores musicales brit¨¢nicos de la ¨¦poca, aunque inmediatamente anterior: Tony Wilson, adalid de The Factory Records y de la sala de conciertos The Hacienda. Sin embargo, Creation Stories se queda bastantes escalones por debajo de sus dos formidables patrones.

Los buenos acompa?amientos documentales, im¨¢genes en s¨²per 8, fotograf¨ªas, art¨ªculos de prensa y actuaciones y entrevistas televisivas, se deval¨²an al mezclarlos con minisecuencias creadas ad hoc para la pel¨ªcula; por ejemplo, con los hermanos Gallagher, de Oasis, como personajes, un sinsentido si no hay un desarrollo posterior: para sacarlos unos segundos y decir dos frases, mejor hubiera sido dejarlos en imagen documental y no con int¨¦rpretes. Una sistem¨¢tica en la que vuelven a errar con otra presencia puntual degradada por lo que no llega a ser ni actuaci¨®n: la de Tony Blair, y los matices pol¨ªticos del trabajo de McGee.

Con un hilo conductor arquet¨ªpico ¡ªuna entrevista para la prensa¡ª, e interpretaciones histri¨®nicas casi par¨®dicas, apenas quedan un par de aspectos de cierta solidez: el retrato de un hombre que se defin¨ªa a s¨ª mismo como un ¡°situacionista¡±, sin m¨¢s talento que conseguir que a su alrededor pasaran ¡°las mejores cosas¡±; y la m¨²sica, claro, pero incluso ah¨ª se echa en falta m¨¢s garra y talento para la introducci¨®n de las grandes canciones.