Nostalgia de La Manga del Mar Menor en super-8
Un festival de arte en Cartagena exhibe 3.000 fragmentos de pel¨ªculas caseras para concienciar del riesgo de colapso de la laguna salada de Murcia
Los saltitos de los ni?os en la orilla para salvar las olas, los ba?adores ¡°tipo meyba¡±, los ba?os de barro, que iban tan bien para la piel; ese pescado que no se com¨ªa el resto del a?o, los paseos al atardecer con el olor a aftersun de los que se hab¨ªan quemado por el sol, las excursiones en barcos de recreo que ten¨ªan el fondo de cristal para ver los peces... En la retina de generaciones de espa?oles est¨¢n grabadas estas im¨¢genes de las vacaciones en La Manga del Mar Menor, ese cord¨®n de tierra que separa el Mediterr¨¢neo de una laguna salada en la Regi¨®n de Murcia. Una nostalgia que despiertan los 2.822 fragmentos de pel¨ªculas caseras, sobre todo en formato super-8, aunque tambi¨¦n en 8 mil¨ªmetros, de una instalaci¨®n art¨ªstica presentada en el Museo Nacional de Arqueolog¨ªa Subacu¨¢tica (Arqua), en Cartagena, en el marco del Festival de Arte Emergente Mucho M¨¢s Mayo, que organiza el Ayuntamiento de esta ciudad.
El material, desde los a?os cincuenta a los ochenta del pasado siglo, est¨¢ grabado con tomavistas y otras c¨¢maras modestas, que cualquiera se atrev¨ªa a coger animado por aquel popular lema publicitario de ¡°filmar es f¨¢cil¡±. Salvi Vivancos, alicantino de 43 a?os que vive en San Javier, en el mar Menor, se ha dedicado desde hace unos 10 a?os a reunir esas im¨¢genes a trav¨¦s del proyecto Memorias Celuloides, una web que recibe pel¨ªculas a cambio de digitalizarlas y que se ponen a disposici¨®n de los interesados en usar para sus trabajos filmaciones de la vida familiar. ¡°En cada edici¨®n del Festival Internacional de Cine de Cartagena hacemos una convocatoria y luego nos van llegando grabaciones el resto del a?o¡±, dice Vivancos por tel¨¦fono.
Historiador del arte, apasionado por ¡°el cine dom¨¦stico¡±, se?ala que al principio de su trayectoria como artista audiovisual usaba estas pel¨ªculas para sus obras. ¡°Al verlas te das cuenta de su enorme potencial como memoria, en este caso del mar Menor. Eran familias que grababan momentos cotidianos; era casi como un juguete, sin ambici¨®n creativa¡±. En su instalaci¨®n, titulada Mar Menor. Im¨¢genes familiares (en) Espacios comunes, cinco pantallas reproducen las cintas, algunas con sonido, de forma aleatoria. Es, adem¨¢s, ¡°una obra viva¡± porque hasta que se retire, el 15 de agosto, se ir¨¢ incorporando material que llegue a trav¨¦s de la web de Memorias Celuloides.
De estas pel¨ªculas, que luego se ve¨ªan en familia para recordar las vacaciones, Vivancos afirma que disfruta con ¡°sus defectos, imperfecciones, de todo aquello que va en contra del lenguaje del cine, como movimientos de c¨¢mara, encuadres locos, desenfoques¡ hab¨ªa a veces una experimentaci¨®n por parte de quienes tomaban las im¨¢genes¡±.
Sin embargo, m¨¢s all¨¢ de la sonrisa nost¨¢lgica, la obra de Vivancos y el propio festival, que ha desplegado otras instalaciones en calles de Cartagena con el lema, en esta d¨¦cima edici¨®n, ¡°Antes del colapso. Arte y emergencia clim¨¢tica¡±, quieren servir de reflexi¨®n para la protecci¨®n de un espacio ¨²nico sobre el que penden varias amenazas. La Manga es una lengua de tierra de 22 kil¨®metros de longitud y 1,2 kil¨®metros en la parte m¨¢s ancha, formada por la acumulaci¨®n de sedimentos arenosos durante miles de a?os hasta encerrar un peque?o mar interior.
Esta laguna salada, la m¨¢s grande de Europa, ¡°ha sufrido uno de los mayores ecocidios de la d¨¦cada en Espa?a¡±, denuncia la plataforma ciudadana ILP Mar Menor (iniciativa legislativa popular). Teresa Vicente, profesora de Filosof¨ªa del Derecho, es la coordinadora de este proyecto que tiene como objetivo que el mar Menor tenga personalidad jur¨ªdica propia, ¡°como las personas o empresas, para lograr una mayor protecci¨®n ambiental; en la UE ya hay un proyecto para otorgar derechos fundamentales de la naturaleza, y tambi¨¦n est¨¢ implicada en esta lucha Naciones Unidas¡±. La ILP ya ha llegado al Congreso, pero para que se debata necesita reunir medio mill¨®n de firmas de ciudadanos hasta finales de octubre.
¡°En el mar Menor vamos a peor porque los que tenemos derechos somos los que contaminamos, las personas y empresas, mientras que el centro de la vida se considera un objeto. Es un problema que ya se empez¨® a estudiar en los setenta, cuando empez¨® el urbanismo salvaje¡±, a?ade Vicente. Fue desde entonces cuando ¡°la salinidad de esas aguas, que es como su antibi¨®tico, empez¨® a bajar; las urbanizaciones vert¨ªan al mar Menor, a lo que se uni¨® la contaminaci¨®n de la sierra minera y una agricultura que no es propia de una zona semides¨¦rtica. Murcia se ha convertido en la huerta de Europa, ?c¨®mo se ha conseguido eso? Robando agua con pozos ilegales¡±. En marzo de este a?o, la Guardia Civil precint¨® 60 plantas desalobradoras y 42 pozos de captaci¨®n de aguas por irregularidades.
Actualmente, el principal problema son los vertidos de nutrientes procedentes de los abonos de la agricultura de los 1.600 kil¨®metros cuadrados del Campo de Cartagena, que motiva que crezca la vegetaci¨®n marina hasta dejar sin ox¨ªgeno a los peces (eutrofizaci¨®n). En octubre de 2019, se retiraron tres toneladas de peces muertos que llegaron a las playas intentando escapar de esa falta de ox¨ªgeno.
El rosario de desastres se puede constatar echando un vistazo a las noticias publicadas en este peri¨®dico sobre el mar Menor en los ¨²ltimos a?os. Entre 2009 y 2020 hubo 438 agresiones ambientales y 7.688 expedientes sancionadores que la Confederaci¨®n Hidrogr¨¢fica del Segura ha tramitado en la zona. Si el mar Menor colapsa, las im¨¢genes de la instalaci¨®n de Vivancos ser¨¢n solo el recuerdo de un tesoro que se perdi¨® para siempre.
Babelia
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