El turismo mat¨® al Mar Menor: historia de una laguna cristalina convertida en paradigma del desastre clim¨¢tico
La agricultura y el descontrol urban¨ªstico han causado una tragedia ecol¨®gica que ha destruido el primer para¨ªso del veraneante espa?ol. Solo algunos veteranos resisten en los pocos rincones a salvo de este paisaje desolado

¡°En aquellos d¨ªas siempre era fiesta¡±. As¨ª comienza El bello verano, novela corta del italiano Cesare Pavese, y as¨ª recordamos los veranos de nuestra infancia y adolescencia. Para casi todas las vidas que se entrecruzan con el Mediterr¨¢neo ¨Ccon cualquier mar¨C existen dos o tres veranos significativos, de asombros y descubrimientos, y sus recuerdos (paseos, besos y ba?os) se convierten en el patr¨®n de belleza con el que compararemos m¨¢s tarde todas nuestras experiencias y posibles plenitudes. Estos recuerdos resultan inseparables del paisaje y de la naturaleza que los envolvi¨®, lugares a los que es habitual regresar en busca de aquello que no se va a repetir porque, aunque es dif¨ªcil que el mar o los campos cambien por completo en un par de d¨¦cadas, el veraneante adulto ser¨¢ ya una persona distinta que, como mucho, podr¨¢ intentar que sus hijos disfruten de lo que a ¨¦l le deslumbr¨®.

Pero lo dif¨ªcil y lo improbable no deja de suceder. Es el caso de la cat¨¢strofe ecol¨®gica del Mar Menor, que fue una laguna cristalina, un mar de olas min¨²sculas que se puede rodear, con buen viento, en una jornada a vela, y se ha convertido en un cenagal moribundo. Han bastado unas d¨¦cadas de dejadez y atropellos medioambientales para que el lodo cubra las playas, para que los peces prefieran morir sobre la arena a permanecer en un agua sin ox¨ªgeno. Quienes disfrutaron de ni?os aquella lengua de tierra que empez¨® a desarrollarse para el turismo a principios de los a?os sesenta se encuentran con un ecosistema donde nadie podr¨¢ encontrar ya caballitos a poca profundidad o disfrutar de un ba?o sin arrugar la nariz.
Navegando hacia el sur desde el Cabo de la Nao, se divisa una sucesi¨®n de acantilados multicolor construidos con cemento, aluminio y vidrio. Las altas torres de apartamentos llegan hasta Cabo de Palos ¨Call¨ª la costa se vuelve m¨¢s abrupta¨C como piezas de una ¨²nica gran ciudad que cambia de nombre (Calpe, Benidorm, San Juan, Santa Pola, Torrevieja y, finalmente, La Manga) pero no de aspecto. Estas poblaciones son la enorme capital del verano espa?ol, la corte de un reino disparatado donde todo ¨Cel urbanismo, los negocios y la pol¨ªtica, que a menudo son lo mismo¨C es excesivo.

Desde el Mediterr¨¢neo, nada indica que, tras la muralla que forman los edificios de La Manga (muchos inexplicablemente adornados con almenas), existen m¨¢s aguas navegables y, sin embargo, a trav¨¦s del Canal del Estacio entran y salen embarcaciones hacia y desde el Mar Menor (73 kil¨®metros de per¨ªmetro y cuatro metros de profundidad media). El panorama desde la carretera que atraviesa la comarca del Campo de Cartagena es muy distinto. Ser¨ªa des¨¦rtico si no fuera porque al lado del arc¨¦n verdean alcachofas o melones y, de tanto en tanto, aparecen invernaderos. Se pasa junto a un par de resorts que parecen espejismos: brillantes muros blancos son la frontera entre los campos de golf y los surcos de los cultivos.
Nos encontramos con una laguna aprisionada entre dos fuerzas casi opuestas que han hechizado a quienes extraen beneficio de ellas: de un lado, una tierra f¨¦rtil y generosa, y del otro, el Mediterr¨¢neo; y es a partir de esta tensi¨®n (una cuenca que recoge los vertidos procedentes de la agricultura y las escorrent¨ªas de las ramblas, y unas aguas comunicadas a trav¨¦s de las golas con otras de caracter¨ªsticas distintas) como debemos examinar sus problemas. En 2016 el deterioro se acelera y llega a los medios el esc¨¢ndalo de la ¡°sopa verde¡±: la laguna se enturbia y ya no volver¨¢ a ser de color azul, sino verde intenso. Las inundaciones de Los Alc¨¢zares, en septiembre de 2019, y la asfixia de todos los peces durante el macabro episodio de anoxia (falta de ox¨ªgeno en las aguas), en octubre, recuerdan a plagas b¨ªblicas, pero son consecuencia del colapso del ecosistema y, sobre todo, se?ales de que el desarrollo agr¨ªcola, ganadero y tur¨ªstico ha empezado a cobrarse su enorme coste ambiental, social y econ¨®mico mucho antes de lo esperado.

Pero muchas de las din¨¢micas sociales y econ¨®micas que hoy se observan en la zona se reproducir¨¢n en otros territorios cuando estalle en ellos la emergencia clim¨¢tica ya declarada, en marcha y aparentemente imparable. Miguel Mesa del Castillo, doctor en arquitectura en la Universidad de Alicante y experto en ecolog¨ªa, se acerca a la dimensi¨®n simb¨®lica del desastre: ¡°Comparado con la escala gigantesca de la Gran Barrera de Coral o en grandes ¨¢reas la Selva Amaz¨®nica, el Mar Menor es un paradigma a escala relativamente peque?a de lo que est¨¢ ocurriendo en el planeta como consecuencia del cambio clim¨¢tico y de las formas de explotaci¨®n de los recursos naturales en el contexto socioecon¨®mico del tardocapitalismo. En la laguna se dan procesos de anoxia, p¨¦rdida de diversidad animal y de fondos marinos, acidificaci¨®n, contaminaci¨®n por metales pesados¡ Ya no es cient¨ªficamente discutible: la laguna se muere, aunque las soluciones son cada vez m¨¢s complejas, las causas directas o indirectas est¨¢n claras: agricultura intensiva, urbanismo desaforado, sobreexplotaci¨®n de acu¨ªferos, contaminaci¨®n de ramblas, arrastres debidos a los cada vez m¨¢s frecuentes fen¨®menos clim¨¢ticos extremos como la DANA, o vertidos ilegales, entre otras. Todos sabemos que antes o despu¨¦s tendremos que afrontar la p¨¦rdida de esta parte de nuestro patrimonio natural.¡±
En Lo Pag¨¢n todav¨ªa quedan pescadores que cosen sus redes, discuten sobre el viento y bromean en la lonja. Para ellos, el Mar Menor tiene la suficiente importancia como para olvidar el verdadero nombre del Mediterr¨¢neo al que llaman, por contraste, ¡°Mar Mayor¡±. Al borde de un par de playas se aprietan los modestos adosados donde veranean familias procedentes de Murcia o de Madrid. Son habituales los taxis rotulados con el escudo de la capital frente a los peque?os jardines. Hacia Santiago de la Ribera el paseo mar¨ªtimo es m¨¢s elegante. Ahora el agua fangosa no invita a navegar y los precios de las viviendas se han desplomado, pero sigue habiendo unos cuantos locales donde pr¨¢cticamente todo (colchonetas, raciones abundantes y grandes jarras de sangr¨ªa) est¨¢ al alcance de cualquiera. Los jubilados que eligieron con prudencia estas playas de olas bajas siguen remoj¨¢ndose, aunque con inquietud: aqu¨ª el ba?o es seguro, pero unos kil¨®metros m¨¢s all¨¢, en Los Alc¨¢zares, ha estado prohibido durante semanas.

Kuki Keller, empresario y artista, es uno de los personajes m¨¢s interesantes y carism¨¢ticos de la zona. A finales de los setenta fund¨® en Lo Pag¨¢n El Varadero, un bar que sirvi¨® de ventana hacia el mar a muchos m¨²sicos y artistas de la Movida madrile?a. Cuenta que el primer gran abuso se comete tras la Guerra Civil, cuando se construye la Ciudad del Aire para alojar a los militares de la Academia de San Javier en mitad de una rambla. A partir de entonces, seg¨²n Kuki, todo han sido irregularidades por parte de las administraciones, como la construcci¨®n de varios bares (la llamada ¡°Curva de Lo Pag¨¢n¡±) frente al suyo en terrenos donde, seg¨²n la Direcci¨®n de Costas, no ser¨ªa legal la realizaci¨®n de obras. Kuki responsabiliza de la degradaci¨®n de la laguna a ¡°los pol¨ªticos¡± pero tambi¨¦n al silencio de sus vecinos, que en muchos casos se han enriquecido a su costa.

Alrededor del Mar Menor la poblaci¨®n busca maneras de articular sus sentimientos. El 31 de octubre de 2019, se manifestaron en Cartagena 55.000 personas pidiendo soluciones, entre ellas, el cese de los vertidos, y all¨ª se pudo ver a representantes de todos los partidos pol¨ªticos (incluido el Partido Popular, tras gobernar m¨¢s de 25 a?os en la Regi¨®n de Murcia y haber agravado la situaci¨®n en 2001 con la aprobaci¨®n de la Ley de Suelo) excepto Vox, que en las elecciones generales del 10 de noviembre fue el m¨¢s votado en tres de los cuatro municipios alrededor de la laguna. Miguel Mesa lo explica as¨ª: ¡°La resignaci¨®n generalizada ante lo que parece inevitable ha desactivado la indignaci¨®n social dirigida a forzar a las distintas administraciones a tomar decisiones firmes para frenar la cat¨¢strofe. La explicaci¨®n m¨¢s razonable es que en el fondo se piensa que el Mar Menor se va a recuperar o que en todo caso se puede reponer con algo que no necesariamente es peor, aunque no se sepa c¨®mo y aunque aparentemente se desconf¨ªe de la acci¨®n administrativa y, por supuesto, del criterio cient¨ªfico¡±.
Mientras tanto, el verano de la covid no ha empezado mal. Se vuelven a capturar doradas y m¨²joles, la zona nunca ha dependido del turismo extranjero (muchos ingleses son residentes permanentes) y los chiringuitos funcionan a pleno rendimiento. Nadie sabe qu¨¦ pasar¨¢ cuando lleguen los temporales de oto?o. Los veraneantes llevan toda la vida viniendo y todos los a?os esto est¨¢ un poquito peor, pero, ?ad¨®nde iban a ir si no?

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