La biblioteca sumergida de F¨¦lix Romeo
Agosto ver¨¢ nacer una de las fantas¨ªas literarias del escritor aragon¨¦s, fallecido hace cerca de diez a?os
Iban a inundar Lechago, en Arag¨®n, que ¨¦l consideraba su pueblo. En medio de una de esas fiestas en que convert¨ªa sus cenas con amigos, fueran tres o trescientos, al escritor F¨¦lix Romeo se le ocurri¨® que en ese pantano pod¨ªa haber, sumergida, una biblioteca. Al final, el pantano se qued¨® a las puertas de Lechago (Romeo era de Zaragoza, pero, como su padre y su amigo Luis Alegre eran de Lechago, ¨¦l tambi¨¦n quiso ser de all¨ª), y aquella idea se qued¨® en la nube, como tantas que alegraron la vida de aquella pandilla que ten¨ªa su capital donde estuviera F¨¦lix Romeo.
Ahora resurge la fantas¨ªa, y la est¨¢ moldeando en hierro otro fiel de la legi¨®n de amigos del escritor, el artista Jos¨¦ Azul. Si no se tuerce nada, el 20 o el 21 de agosto habr¨¢, sumergida en el pantano, una biblioteca como esa que se le ocurri¨® a F¨¦lix Romeo.
El autor de Todos los besos del mundo muri¨® en Madrid de un infarto el 8 de octubre de hace diez a?os. ?l se quedaba en casa de Aloma Rodr¨ªguez, poeta, periodista, amiga y paisana, despu¨¦s de una celebraci¨®n de la revista Letras Libres. Hab¨ªan compartido la voluntad de Romeo de prolongar la comida y las risas, y tras la despedida se fueron a dormir un sue?o del que ya ¨¦l no se despertar¨ªa. Ten¨ªa 43 a?os.
¡°Es complicado llenar¡±, dice Aloma, ¡°un vac¨ªo como el que deja alguien tan arrollador, inteligente y generoso, que daba a cada amigo lo que necesitara, libros, pel¨ªculas, ideas, cuadros o alegr¨ªa. Te quitaba los miedos, disparaba lo que estuvieras haciendo. Era un activista de la obra ajena, un hombre a favor de los otros¡±. Convenci¨® a los suyos de que ¡°estar en Zaragoza era ser moderno y vanguardista¡±. Era, dice Alegre, ¡°extremadamente generoso, y a alguien as¨ª resulta imposible no quererlo¡±.
Su idea loca de sumergir bajo un pantano una biblioteca significa, dice Julio Llamazares, que vio su propio pueblo, Vegami¨¢n, sumergido en las aguas, ¡°una met¨¢fora surrealista que se corresponde con la literatura de Romeo¡±.
¡°Ser¨¢ una especie de escafandra a lo Verne, decorada como si fuera un objeto del siglo pasado, y estar¨¢ por all¨ª la propia imagen de F¨¦lix en hierro, flotando en medio del pantano¡±, afirma Jos¨¦ Azul
Nadie quer¨ªa el pantano, pero, como se acercaba, recuerdan Luis Alegre y Jos¨¦ Azul, Romeo se dedic¨® a aislarlo buscando ideas para convertirlo en met¨¢fora. Tras aquella idea de poner entre las aguas una biblioteca estaban las bravatas de Umbral y los libros que arrojaba a su piscina. Pero Romeo quer¨ªa que esa biblioteca fuera de libros preferidos¡ As¨ª que ahora, para hacer realidad aquel sue?o, en el cofre de hierro en el que trabaja Azul habr¨¢ libros, discos, pel¨ªculas, obras de arte preferidas de unos 300 artistas a los que acude la comisi¨®n que pone en orden esta fantas¨ªa.
Azul espera estar a la altura de la enso?aci¨®n con la que el escritor dibujaba sus ocurrencias. Esa biblioteca sumergida ¡°ser¨¢ una especie de escafandra a lo Verne, decorada como si fuera un objeto del siglo pasado, y estar¨¢ por all¨ª la propia imagen de F¨¦lix en hierro, flotando en medio del pantano¡±.
El cofre ser¨¢ completamente herm¨¦tico, naturalmente, y un d¨ªa, dicen los que llevan adelante la idea como si estuvieran siguiendo un guion nacido aquellas noches, dar¨¢ testimonio del amor de quien quiso tanto los libros. ?l no la hubiera puesto, pero seguramente all¨ª estar¨¢, entre los que sus amigos env¨ªen para poblar este recuerdo submarino, su Noche de los enamorados, su novela p¨®stuma.
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