¡®El lobo de Snow Hollow¡¯: licantrop¨ªa con esp¨ªritu de los ochenta

Una de las m¨¢s agradables sorpresas en plataformas durante los peores d¨ªas de pandemia y encierro en casa fue el estreno de la singular¨ªsima Thunder Road, debut en el largometraje de Jim Cummings, que adaptaba un corto propio protagonizado tambi¨¦n por su persona: una comedia negra sobre la depresi¨®n, desconcertante en su tono y en su estilo, que partiendo de lugares habituales del indie americano acababa alcanzando una fusi¨®n entre la comedia y la tragedia de exquisito cari?o por sus personajes.

Con El lobo de Snow Hollow, que llega en estos d¨ªas a Movistar, Cummings repite protagonismo con un personaje en principio muy semejante: un perdedor lastrado por los conflictos matrimoniales y familiares, tambi¨¦n polic¨ªa ¡ªaqu¨ª es el ayudante del sheriff, precisamente su padre¡ª, y que, como en Thunder Road, parece que se va a echar a llorar casi en cada toma. Grit¨®n, exalcoh¨®lico y al borde de un ataque de nervios constante, el rol de Cummings articula una pel¨ªcula ins¨®lita que, en su superficie, por el ambiente, el engranaje de thriller y el matiz de comedia negra, podr¨ªa emparentarse con el Fargo de los hermanos Coen, pero que se despliega a partir de un esp¨ªritu a¨²n m¨¢s cafre y efervescente.

Un aire desprejuiciado y carente de grandes pretensiones, incluso en su escueto metraje, pero de envidiable socarroner¨ªa, que, al estar centrado en un misterio donde los cr¨ªmenes parecen perpetrados por un hombre lobo, nos lleva irremisiblemente a ciertas grandes obras de los a?os ochenta con semejante p¨¢tina de gamberra licantrop¨ªa, principalmente Un hombre lobo americano en Londres y Aullidos. Y es justo ah¨ª donde hay que encajar El lobo de Snow Hollow, en esa d¨¦cada donde resultaba dif¨ªcil trazar la fina l¨ªnea que a veces separa la estupidez supina, la chorrada perfecta y la genialidad hist¨®rica. De hecho, el sello de producci¨®n de Orion Pictures, compa?¨ªa resucitada en 2013 tras su debacle econ¨®mica de los a?os noventa, marca de principio a fin el divertido delirio de Cummings.