Ferrera y Adolfo, petardo en una plaza de talanqueras
El extreme?o corta una orejita del sobrero de regalo tras fracasar ante una descastad¨ªsima corrida
Esta es la cr¨®nica de un final anunciado. El amargo relato de una plaza, anta?o referencia, que ha acabado convertida en una plaza de pueblo. Si el pasado jueves era el cr¨ªtico taurino de este diario, Antonio Lorca, el que titulaba La Maestranza es una port¨¢til, tras la und¨¦cima corrida de la Feria de San Miguel de Sevilla, esta tarde fue el turno de Madrid. Las Ventas ha degenerado de tal forma que cuesta diferenciarla de una plaza de talanqueras.
Y es muy triste. Y grave, muy grave. En un momento como el actual, en el que la fiesta de los toros comienza a ver la luz, tras la estocada casi mortal de la pandemia, la tauromaquia no puede permitirse perder su faro de referencia. Pero quiz¨¢s ya es demasiado tarde. Porque poco o nada queda de aquella plaza que daba y quitaba, de esa que med¨ªa con rigor y exigencia a los distintos protagonistas de este espect¨¢culo.
Ahora Madrid lo jalea y aplaude todo. Da igual c¨®mo est¨¦ colocado el torero o la forma en la que ejecute los lances y muletazos. O c¨®mo se pique, banderille¨¦ o se mate al toro. Todo vale. Los aficionados entendidos y exigentes han desaparecido, y su lugar lo ocupa un p¨²blico que busca la diversi¨®n y el triunfo f¨¢cil.
Todo esto explica el que Antonio Ferrera se marchara con una oreja y entre aplausos tras fracasar estrepitosamente en su encerrona con los toros de Adolfo Mart¨ªn. En otros tiempos, tras semejante actuaci¨®n, lo que habr¨ªa escuchado de camino a la furgoneta habr¨ªa sido una bronca.
Porque el trofeo que obtuvo en el tiempo de descuento no puede ni debe maquillar el petardo que protagoniz¨®. Un petardo compartido, eso s¨ª, con el ganadero Adolfo Mart¨ªn. Ni uno solo de los seis toros que lidi¨® aprob¨® el examen de la lidia. ?Qu¨¦ falta de casta!, ?qu¨¦ soser¨ªa!, ?qu¨¦ vulgaridad! Una corrida que fue de menos a nada, y que termin¨® con un quinto toro que se derrumb¨® al inicio de la faena y un sexto que se acab¨® rajando con descaro.
Pero ah¨ª no acab¨® la historia. Entre la sorpresa general, y con la noche ya cerrada, a Ferrera se le ocurri¨® pedir el sobrero (despu¨¦s pedir¨ªa tambi¨¦n el segundo, ante la negativa presidencial). No hab¨ªa tenido bastante con seis. As¨ª que sali¨® el s¨¦ptimo, con el hierro de Pallar¨¦s, y lo recibi¨® con un pu?ado de telonazos que el p¨²blico acogi¨® con regocijo. Y, tras un discreto tercio de varas, cogi¨® las banderillas y las comparti¨® con varios miembros de su cuadrilla: Fernando S¨¢nchez, Jos¨¦ Chac¨®n y Joao Diego Ferreira, que clav¨® un par monumental.
Con la muleta, y ante un animal noble y soso, tore¨® a media altura, con la muleta casi siempre retrasada, muchas veces descolocado. No remat¨® ni un solo muletazo, pero dio igual. Como igual dio que la estocada no fuera perfecta. No pod¨ªa marcharse de vac¨ªo.
Antes, frente a los seis titulares, solo hab¨ªa conseguido saludar una ovaci¨®n tras la lidia del segundo, un astado noble, descastado y de corto recorrido, como todos. Situado junto al tendido tres, Ferrera se coloc¨® de frente y cit¨® siempre con la muleta muy retrasada. Y, as¨ª, al unipase construy¨® una labor en la que ¨²nicamente destacaron un pu?ado de naturales limpios y templados. Tres. A lo sumo, cuatro.
El resto fue la nada m¨¢s absoluta. Un desierto de emociones en el que se lucieron los hombres de plata. Fernando S¨¢nchez, Javier Valdeoro, Jos¨¦ Chac¨®n, Jos¨¦ Manuel Montoli¨² y Joao Diego Ferreira tuvieron que desmonterarse tras brillar con los palos. Y alguno de ellos casi lo paga caro. Fue el caso de Montoli¨², que, tras un gran par de S¨¢nchez, y en un gesto de amor propio, se la jug¨® de verdad ante un toro parado que le acab¨® cogiendo de mala manera, afortunadamente sin consecuencias. Torer¨ªa, que se llam¨® siempre¡
Adolfo Mart¨ªn / Antonio Ferrera
Toros de Adolfo Martín, desiguales de presentación, serios por delante, pero algunos muy justos de remate, y muy descastados; y un sobrero (7º) de Pallarés, correcto de presentación, noble y soso.
Antonio Ferrera: dos pinchazos, estocada corta perpendicular y atravesada y dos descabellos (silencio); (aviso) bajonazo (saludos tras leve petición de oreja); dos pinchazos y estocada caída (silencio); pinchazo, pinchazo hondo caído, cinco descabellos (aviso) y otro descabello (silencio); dos pinchazos (aviso) y estocada ligeramente tendida y atravesada (silencio); pinchazo, pinchazo hondo (aviso), dos pinchazos y tres descabellos (silencio); media estocada algo tendida y atravesada (oreja).
Plaza de toros de Las Ventas. Domingo, 3 de octubre. 6ª de la Feria de Otoño. Unos tres cuartos de entrada (sobre un aforo máximo permitido del 50%).
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