El viaje de cuatro siglos de un cuadro robado que refleja la violencia del Barroco
El abogado y pol¨ªtico ?scar Alzaga dona al Museo de Bellas Artes de Bilbao el lienzo que sustrajo el violador de Artemisia Gentileschi. Reconstruimos el periplo de la tela
Era 1612. Artemisia Gentileschi, la gran pintora italiana del siglo XVII, se somet¨ªa a juicio tras ser violada por el artista Agostino Tassi, su maestro y amigo ¨ªntimo de su padre, el tambi¨¦n pintor Orazio Gentileschi. Seg¨²n las actas del proceso, Tassi sali¨® condenado por el delito de violaci¨®n, pero no por el del robo de un cuadro de Orazio titulado Judit y su sirvienta con la cabeza de Holofernes. Esa pieza, que inspir¨® obras posteriores de la pintora y que fue su manera de representar con la furia de su pincel el terrible episodio de la violaci¨®n, cuelga ahora en el Museo de Bellas Artes de Bilbao tras ser donada por el abogado, pol¨ªtico y catedr¨¢tico de Derecho Constitucional ?scar Alzaga Villaamil.
La obra ha llegado al museo tras un largo periplo que comenz¨® el d¨ªa del robo en la casa de Gentileschi. Orazio escribi¨® al papa Pablo V para denunciar la violaci¨®n de su hija y la desaparici¨®n de un cuadro de gran tama?o cuyas medidas se corresponden con el que acaba de donar Alzaga, que lo adquiri¨® en 1995 en una subasta en Londres por una cantidad que prefiere no desvelar. Sobre la tela aparece una fecha: 1612. ¡°Muchos historiadores dicen que es el a?o de la factura, pero por los estudios que hemos hecho vemos que es una obra anterior¡±, explica Jos¨¦ Luis Merino Gorospe, conservador de arte antiguo del Bellas Artes de Bilbao. ¡°Es de un claro estilo caravaggiesco, propio de su periodo de Roma. Tiene un tenebrismo muy marcado y un claroscuro muy contrastado¡±, contin¨²a. ¡°Ser¨ªa entonces la primera vez que pinta este tema, pero somos prudentes y rigurosos y admitimos la horquilla entre 1605 y 1612. Vamos a seguir estudiando la obra¡±.
El mito de Judith con la cabeza de Holofernes, cientos de veces representado en la historia del arte y una de las grandes obras de Caravaggio, liga de una manera muy especial la obra de padre e hija. No es solo un ejemplo de la influencia entre ambos artistas y su admiraci¨®n por el gran pintor del Barroco, es tambi¨¦n una manera de entender la obra de Artemisia, que qued¨® profundamente marcada tras la violaci¨®n que sufri¨®. ¡°Ella repiti¨® el tema como venganza art¨ªstica¡±, opina el experto del Museo de Bellas Artes de Bilbao. ¡°Tiene dos versiones de Judit que son muy crudas, muy sangrientas, inspiradas en el original de Caravaggio. Una de ellas estuvo expuesta en Bilbao en 2008¡å.
Un viaje de cuatro siglos
Antes de llegar a los salones del domicilio de Alzaga, donde cuenta que expone todas sus obras, el cuadro form¨® parte de las colecciones de importantes familias italianas. La primera pista sobre su paradero que ha encontrado Merino Gorospe est¨¢ en unas siglas que aparecen en la tela: GMR. ¡°Hacen referencia a Giuseppe Marchese Rondanini (1725¨C1801), en cuya colecci¨®n hab¨ªa obras de importantes artistas italianos¡±, explica el experto, y recuerda que este coleccionista adquiri¨®, entre otras piezas, el ¨²ltimo trabajo de Miguel ?ngel, que se conoce como Piedad Rondanini.
La colecci¨®n de esta importante familia se origin¨® con Natale Rondanini (1540¨C1627) y fue pasando a sus herederos hasta llegar a Giuseppe Marchese, que dej¨® su impronta en el cuadro de Gentileschi. ¡°Esta versi¨®n es con toda seguridad la que aparece inventariada en 1662, cuando pertenece a Felice Zacchia Rondanini (1593¨C1667), como una Juditta che ha tagliata la testa ad Holoferne pintada sobre un lienzo Imperatore, esto es, de seis palmos de alto (132 cm), medida que coincide con nuestra Judit¡±, relata Merino Gorospe. A?os despu¨¦s, la obra form¨® parte de dos exposiciones que se celebraron en diciembre de 1694 y diciembre de 1710 en el claustro de San Salvatore in Lauro en Roma. ¡°Ah¨ª aparece mencionada como Una Giuditta di Orazio Gentileschi¡±, apunta el experto.
Hay una segunda inscripci¨®n en el cuadro que alude a otra importante colecci¨®n, la de Bartolomeo Marchese di Capranica (1782¨C1864), perteneciente a una familia de mecenas de teatro que emparent¨® con los Rondanini y que, por problemas econ¨®micos, acab¨® vendiendo en 1841 su palacio y casi con seguridad la colecci¨®n de arte. A partir de ese momento, como suele suceder con muchas piezas de este tipo, se pierde la pista hasta que aparece en 1984 en una exposici¨®n de la galer¨ªa Colnaghi en Londres. A?os despu¨¦s, se subasta en Londres y es cuando pasa a la colecci¨®n de Alzaga.
Gracias a esta donaci¨®n, el museo bilba¨ªno cuenta con dos obras del autor, la Judit y Lot y sus hijas, pintado en 1620 en la corte de Carlos I de Inglaterra. ¡°La National Gallery de Londres ha adquirido en 2020 el Mois¨¦s salvado de las aguas de Gentileschi, que har¨ªa pareja con el nuestro¡±, recuerda Merino Gorospe. Alzaga recuerda que el cuadro estuvo en el radar del Prado (instituci¨®n a la que ha hecho otras donaciones). Finalmente no se produjo el acuerdo porque el requisito que solicitaba el catedr¨¢tico no se pudo cumplir. ¡°Yo le dije al director: ¡®Te pido que te lleves lo que puedas colgar¡¯. No quer¨ªa que acabara en un almac¨¦n¡±.
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