Javier Gurruchaga: ¡°He pasado solo mucho tiempo. Demasiado¡±
El hombre orquesta de la Orquesta Mondrag¨®n no ha perdido la ternura con la que se defiende de los mordiscos que ha sufrido
En los escenarios, en la calle tumultuosa, ¨¦l mismo es multitud. Pero Javier Gurruchaga (San Sebasti¨¢n, 63 a?os), que vive en el centro hist¨®rico de la Movida madrile?a, es tambi¨¦n un solitario. Mira alrededor, triste, en busca de los amigos que ya no est¨¢n. Y se siente solo. El hombre orquesta de la Orquesta Mondrag¨®n no pierde, sin embargo, la ternura con la que se defiende de los mordiscos que ha sufrido.
Pregunta. ?Cu¨¢ndo se dio cuenta de que la vida iba en serio?
Respuesta. La vida va en serio. Lo que me obsesiona es lo corta que es y lo dura que es. Todo este tiempo de la pandemia¡ Amo la vida antes que cualquier cosa. Pero no dejo de pensar en la muerte. He pasado mucho tiempo solo. Demasiado tiempo. Me gusta estar solo, pero tanto tiempo solo me da miedo. Y, encima, enter¨¢ndote de las muertes. La vida va en serio, y tambi¨¦n me la he tomado a broma. Eso me ha permitido re¨ªrme, divertir a la gente. Ahora me molesta un ojo. Parece que se quiere escapar la vida. Quiero vivir y tengo miedo. Todo es una mezcla de sensaciones.
P. ?De qu¨¦ ha tenido miedo en esta ¨¦poca?
R. De las muertes. La muerte de Popocho Ayestar¨¢n, tan cercano; la muerte de Gerardo Vera, de Joan Potau, de Vicente Ameztoy, de Paco Brines¡ Le he cogido miedo a todo. Esta pandemia de los cojones. De chaval viv¨ª ansiedades, pero estas ansiedades¡ Ahora he vuelto a los escenarios, ha sido maravilloso, ya no he tenido dolores.
P. ?En qu¨¦ tiempo de la vida le ha pesado m¨¢s la soledad?
R. Quiz¨¢ a esta edad, aunque luego llego a casa, me encuentro con los discos, con los libros, con los documentales¡ Ahora veo menos pel¨ªculas y m¨¢s documentales. En un episodio muy triste de mi vida, del que sal¨ª airoso [fue juzgado y absuelto en 1998 en el caso Arny, un proceso sobre pederastia en un local p¨²blico sevillano], me le¨ª las obras completas de Shakespeare. Y luego hice un musical, Quo vadis?, sobre Ner¨®n. Los accidentes de la vida, como la muerte de los padres, te dejan tocado. He sido hijo ¨²nico, he luchado, he tenido ganas de vivir, con mis cinco sentidos, con mi conciencia limpia y solidaria.
El odio al diferente se est¨¢ repitiendo ante nuestras narices¡±
P. Vivi¨® la Transici¨®n, un buen tiempo para usted.
R. Ahora vivimos repitiendo ciertos clich¨¦s. En las nuevas generaciones hay bastante ignorancia con respecto a aquellos tiempos. Se banaliza todo, se blanquea todo. Las reacciones a lo que ocurre son a veces infantiles, tontorronas. Es una ¨¦poca m¨¢s pobre, porque tambi¨¦n se pierde la memoria, y todo tiene pinta de que pueden volver a pasar cosas de las que no nos queremos acordar. Lo veo peor todo, se censura m¨¢s, se autocensura. Por eso veo esos documentales, sobre la guerra nuestra, sobre la guerra mundial. Lo dan por lejano, pero todo tiene riesgo de repetirse.
Parece que se quiere escapar la vida. Quiero vivir y tengo miedo¡±
P. En algunos ¨¢mbitos, las libertades, los derechos, ha habido mejoras.
R. S¨ª, pero¡ En los documentales veo a los nazis, veo los pogromos, las persecuciones de los intelectuales, la quema de libros¡ ?Y no es verdad que ahora vemos cosas parecidas? Se est¨¢ repitiendo la historia, se?ores, y delante de nuestras narices. Ese odio al diferente se vuelve a repetir. Lo terrible es que uno se encuentra solo cuando ve que pol¨ªticos supuestamente democr¨¢ticos blanquean eso, miran para otro lado.
P. En este barrio de Chueca hubo recientemente una manifestaci¨®n nazi contra los homosexuales.
R. Me pill¨® tomando un caf¨¦ aqu¨ª al lado. Lo estuve viendo y luego me fui a la Gran V¨ªa y segu¨ª a mi bola, aunque luego vi todo en los telediarios. Es terrible, me recuerda a la Noche de los Cristales Rotos. Me da escalofr¨ªos; la vida va tan en serio. As¨ª me la tomo ahora, en serio, aunque haya tambi¨¦n tantos motivos para seguir riendo.
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